En 1989, los administradores del orfanato llegaron a Amma y confesaron que se habían quedado sin fondos. Le dijeron que, en poco tiempo, no tendrían más remedio que dejar en la calle a sus 500 hijos.

Amma desvió el dinero que se había ahorrado para construir la primera sala de oración de su áshram y lo usó para asumir el cuidado de los niños. Así fue como Embracing the World inició su primer proyecto humanitario.

Con los años, estos niños, muchos de los cuales procedían de hogares destrozados por el alcoholismo y la violencia doméstica, encontraron un lugar donde se les dio el amor, la educación y el apoyo necesarios para convertirse en adultos de vidas estables y exitosas.

"La mayoría de los niños provenían del área tribal de Attapadi, donde no tenían medios ni siquiera para hacer una comida completa al día", nos explica Suresh, un ex alumno del orfanato.

“Amma nos trajo a todos aquí, nos educó hasta la escuela secundaria e incluso nos apoyó después de la escuela si queríamos seguir estudiando. Cambió nuestras vidas, o más bien nos dio una nueva vida".

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