Estamos aquí de nuevo, en la entrada a un nuevo año. Sólo pensar en Año Nuevo despierta vibraciones de esperanza, felicidad y entusiasmo.¡Que las flores de la paz y la alegría florezcan en los corazones de mis hijos! Que la fragancia de esas flores se extienda por todo el mundo a través de vuestras buenas acciones.

Durante el año pasado, el mundo ha sido testigo de muchos conflictos y desastres naturales. La reciente inundación en Kerala dejó cicatrices en mucha gente de angustia y desastre. No obstante, hay una cosa que necesitamos recordar: Cada situación difícil en la vida nos ofrece la oportunidad de corregir algún error. La inundación fue un aviso, un mensaje. Durante bastante tiempo, hemos estado explotando la Naturaleza a cambio de beneficios egoístas de breve duración. Lo que vimos fue la amarga consecuencia de ello. Por tanto, en este nuevo año, demos un paso adelante y trabajemos con mayor entusiasmo para proteger y restaurar la armonía de la Naturaleza. Podemos conseguir un futuro más luminoso escuchando a la sabiduría de la Naturaleza. Trabajemos también firmemente y recemos para incrementar el amor y la solidaridad entre los pueblos y naciones. Por nuestra parte, ambos, esfuerzo y oración son necesarios.