La invocación Maitreem bhajata y la canción nacional Vande maataram fueron bellamente representadas por Saindhavi Prakash Kumar, Suchitra Balasubramaniam, Vidya Kalyanaramam y Vinaya Karthik Rajan.
El Dr. Thangam Meganathan (presidente de las Instituciones Educativas Rajalakshmi) dio la bienvenida a Amma al programa.
“Ningún otro país o civilización ha profesado el concepto de venerar la condición femenina tanto como nuestra rica civilización india. Ningún otro sistema o práctica cultural ha celebrado la fuerza de la mujer como lo ha hecho el patrimonio cultural indio. Desde tiempos inmemoriales ha sido reverenciado en India el poder femenino, no solo en términos espirituales o filosóficos, también en la vida real.” Dijo J. Rajalakshmi, vicepresidente del comité.
Amma respondió: “Para Amma hombres y mujeres son iguales. Ambos han sido bendecidos por Dios y la Naturaleza con cualidades y talentos únicos. Para que la sociedad florezca y se desarrolle se necesitan igualmente las contribuciones de hombres y mujeres a todos los niveles. El hecho de estar viendo hoy en día más mujeres participando en la esfera política, social y económica es un gran alivio.
“La condición femenina es el principio subyacente a la esencia de ser mujer. Hoy en día muchos hombres consideran a la mujer como un cuerpo, solo carne. Muchos de ellos tienen la actitud de “después de todo la carne no tiene vida; solo es algo para comer.” Hemos olvidado la grandeza de la maternidad.
“Estamos acostumbrados a ver referirse en los medios a las mujeres maltratadas como ‘víctimas’ o ‘presas’. Estas palabras las retratan como indefensas, débiles o desamparadas. Incluso mucha gente cree que las mujeres son débiles, ineficaces e inconsistentes. Esta creencia debe cambiar. Para que esto suceda, la mujer debe concienciarse del poder de la condición femenina y de la maternidad. Ellas deben reconocer este poder.
“Equivocadamente algunos hombres se creen superiores y más nobles que las mujeres y que por esa razón deben ser los dueños de las mujeres. Ni Dios ni la Naturaleza tienen que ver con esta creencia. No existe tal ley o distinción en la naturaleza. Dondequiera que vemos las cualidades de amor y compasión según la tradición de Bharat (India) las vemos como una encarnación de lo femenino. Así, se ha formado el concepto de cinco madres: deha-mata, desa-mata, bhu-mata, veda-mata y go-mata, es decir, nuestra Madre de Nacimiento, la Madre Nación, la Madre Tierra, la Madre Veda y la Madre Vaca.
“La sociedad ha etiquetado a la mujer como indefensa, débil y voluble y le ha encadenado en este condicionamiento. Pero no hay nada que la mujer no pueda hacer si se lo propone. Todo lo que necesita es crear la circunstancia adecuada para despertar su fuerza intrínseca. De hecho, si miramos atentamente, podemos ver fácilmente la fuerza de la femineidad y su poderosa influencia en todas las esferas, desde la familiar a la gobernanza nacional.
“La fuerza de una mujer está en la maternidad. La maternidad es un poder transformador. Es un poder que actúa mediante el conocimiento del corazón ajeno. Dios ha agraciado a la mujer con una bendición divina, el útero, que hace de la compasión algo natural en ella. Esta compasión intrínseca que tiene la mujer es extremadamente valiosa. Pero debe equilibrarse con el conocimiento adecuado. De otro modo, existe la posibilidad de que la gente se aproveche indebidamente de esta característica.
“La mujer no es ni indefensa ni dependiente como gatitos. Tiene el valor y la fuerza de rugir como leones. No son velas que necesiten ser encendidas por otros, son el sol auto refulgente. Los hombres pueden tener más fuerza muscular que las mujeres. Pero las mujeres tienen un músculo que las hace más poderosas que el hombre. Ellas deben reforzar ese músculo, el músculo del corazón. Si la mujer intenta competir con el hombre desarrollando su poder muscular físico, será como intentar rectificar un error utilizando otro error, que no llevará a la sociedad a ninguna parte. Si la mujer alcanza la libertad y oportunidad adecuadas, puede romper todos los grilletes y levantarse.
“El ashram de Amma dirige un programa humanitario para empoderar a la mujer llamado Amrita SREE, que ha ayudado a cientos de miles de mujeres en todo el país. El ashram da a estas mujeres un capital y las herramientas para poner en marcha su propia empresa. Muchas de estas mujeres no habían recibido ninguna educación previa. Muchas eran maltratadas por sus maridos, que volvían borrachos a casa y las pegaban. Muchas de ellas sufrían pobreza, hasta el punto de tener que recurrir a veces a masticar hojas de betel para calmar las punzadas del hambre cuando no había nada de comer en la casa. Tras unirse a Amrita SREE muchas de ellas han prosperado. Sus empresas son exitosas y ahora están ganándose la vida dignamente. Más aún, esas mujeres se han unido para ayudar a otras mujeres desamparadas y sin techo cercanas a ellas, de muchas maneras, incluso construyendo casas para familias sin techo. Sus maridos, aquellos que solían maltratarlas, ahora las tratan con un respeto recién descubierto y con dignidad.
“La sociedad creada por los hombres es como una carretera de carril único por el que solo ellos pueden transitar. Pero los tiempos han cambiado. La sociedad tiene que ser como una autopista con igualdad de oportunidades para el tránsito de las mujeres. Los hombres no solo tienen que dejar paso para que las mujeres los adelanten cuando sea preciso, también tienen que pavimentar su camino.
“La mujer es el primer gurú de la sociedad. De ahí que si las madres lo intentan pueden sembrar profundamente las semillas de nuestra rica cultura en sus hijos e hijas. Las lecciones que enseñan la importancia de respetar a jóvenes y mujeres serán absorbidas de forma natural. Si se crean las circunstancias apropiadas, nuestras hijas crecerán para ser ciudadanas modelo. Podremos también despertar en ellas una cultura y carácter nobles. La ciencia dice que los genes de una persona determinan su comportamiento. Pero Amma cree que el entorno en el que uno crece tiene mayor influencia.
“Hoy en día parece que lo único en lo que piensan las mujeres es en marchar hacia adelante. Y es cierto, ellas deben definitivamente moverse hacia adelante. Pero sería mejor, si se pararan ocasionalmente para mirar hacia atrás. Porque justo detrás, siguiéndolas hay una niña. La madre tiene que desarrollar un poco de paciencia en beneficio de su hija. Hay que crear un poco de espacio, no solo en el útero también en su corazón.
“La fuerza, belleza y fragancia de nuestra sociedad futura tiene que ser definida por las madres de hoy. La leche materna no solo nutre el cuerpo del hijo , también desarrolla su mente, intelecto y corazón. Del mismo modo, las lecciones y valores impartidos por la madre, el rol a seguir, proporcionan la fuerza y el valor que el niño utilizará en el futuro. Solo cuando las madres despierten y luchen por esto, seremos testigos del nacimiento de una nueva era, llena de amor, compasión y prosperidad.
“La feminidad y masculinidad son cualidades internas. No pueden ser desarrolladas por un mero cambio de estilo en moda y costumbres. La gente que cree que ‘el objetivo de la vida es realizar deseos emocionales y físicos’, que las relaciones entre hombres y mujeres son solo para satisfacer esas necesidades. Los hombres con esa mentalidad no pueden amar ni respetar a nadie, no solo a las mujeres. Tales personas solo se aman a sí mismas. La perspectiva india de la vida no gira alrededor del cuerpo físico, está centrada en el alma. Para ver a Dios en todas las cosas, para realizar nuestras acciones según el dharma, para ver cada relación incluyendo la de marido – mujer como medios para conocer a Dios, esa es la perspectiva india de la vida.
“El templo es la casa del ídolo. Del mismo modo, la casa de la conciencia divina interior es este cuerpo. El mundo también es un templo, porque Dios vive en este mundo. Esta es la visión espiritual india. Alguien con incluso un conocimiento rudimentario de esto intentará no maltratar ni insultar a nadie, no solo a las mujeres. Solo podrán aproximarse a ellas con una actitud de respeto y reverencia.
“Intentar cambiar la naturaleza intrínseca de un objeto o una persona es conjurar un peligro. Por eso, para adaptar actitudes y profesiones en tiempos de cambio, las mujeres tienen que intentar retener su naturaleza intrínseca. Si lo hacen así, podrán alcanzar cimas más altas. Brillarán en todos los campos. No tendrán que luchar por el respeto y el reconocimiento. Vendrán a ellas natural y espontáneamente. La energía intrínseca y la eficiencia de una mujer trascienden a la imaginación del hombre. Espíritu maternal, paciencia, contención y resiliencia son cualidades que también el hombre debe cultivar. En las mujeres estas cualidades son innatas. Si estas cualidades son ampliamente reconocidas como requisito indispensable para dirigir con éxito familias, naciones e instituciones, ¿cómo puede ser la mujer inferior al hombre?
“Hubo un periodo dorado en India cuando la gente podía ver la conexión entre el individuo y la sociedad desde una perspectiva espiritual. En tiempos védicos y post védicos las mujeres eran vistas con gran respeto y reverencia. En esos tiempos las mujeres tenían sus derechos, posición, libertad y respeto. En los milenios siguientes, India fue objeto de numerosas invasiones externas y esclavizada. Estos ataques a la soberanía de India y su consiguiente subyugación, pagó su precio en los ciudadanos, no solo externamente, intelectualmente, emocional y socialmente. Hubo un intento de destruir nuestros valores espirituales, sistemas de creencias, costumbres, tradiciones y respeto mutuo. Nuestra identidad básica, capacidad de pensamiento, incluso nuestra individualidad estuvieron comprometidas.
Nos convertimos en gente débil, fácilmente influenciable y tentada. Esto cambió nuestro acercamiento a la familia, nuestras relaciones personales y nuestras ideas acerca de la mujer. Muchas de las profundas heridas infligidas entonces, nunca se han cerrado.
“Sin embargo, India es India. Los antiguos rishis infundieron en este suelo el poder y visión especiales para volver a despertar y escalar las alturas una vez más. Nadie puede destruir o robarnos esta habilidad. Aún así, hemos puesto nuestro propio esfuerzo en ello. Tenemos que continuar con el intento de despertar a aquellos que están dormidos. Puede ser imposible despertar a los que fingen dormir. Pero, si los durmientes despiertan, los que fingen estar dormidos no podrán fingir mucho más.
“Cuando empecemos a reconocer la esencia espiritual de nuestra tierra y nos comportemos de acuerdo con ella, India volverá a despertar. Su perdida grandeza y prosperidad retornarán espontáneamente. Amma reza al Paramatman por este retorno. Amma sueña con una era y sociedad doradas, donde hombres y mujeres reciben el mismo respeto y reconocimiento. Un tiempo dorado en que las mujeres no serán amenazadas o humilladas en su casa, en el trabajo ni en las calles. Un tiempo dorado en el que ni una sola mujer será analfabeta. Este es el sueño de Amma.”