Asistieron tan solo 7 alumnos, quizás porque era un fin de semana de un puente. De todas maneras, ya se había pensado en hacerlo con un grupo pequeño para poder guardar las distancias de seguridad y demás precauciones sanitarias: todos -profesor, voluntarios y participantes- llevaban su correspondiente mascarilla y se cuidó mucho la ventilación y la limpieza.
Los alumnos participaron en el curso con mucho entusiasmo. En este sentido todo transcurrió muy bien, con tranquilidad, cuidando los unos de los otros.
En esta ocasión no se puso tienda, por prudencia, al ser el primer curso después de mucho tiempo y ver los organizadores cómo se desarrollaba. También como una forma de garantizar que en todo momento se iban a guardar las distancias.
Sí que se ofreció fruta y zumos, además de prasad (alimento bendecido) en un pasillo muy ventilado del centro.
El curso empezó con una pequeña puja a Amma recitando los 108 nombres y acabó con el Árati; todo el curso quedó envuelto por la presencia de Amma.
En el momento del descanso de la comida se proyectó un pequeño video sobre Amma y su obra humanitaria de Embracing the World.
Fue para todos emocionante encontrarse en un curso IAM después de dos años. Y nos recordó que pase lo que pase, Amma está siempre con nosotros, en el corazón de cada uno.
Participar en un curso IAM como voluntario o como alumno nos recuerda que siempre tenemos esta técnica, que nos ha dado Amma, para estar en contacto con nuestro propio ser.