Un día, la esposa de Sudama presionó a Sudama para que hablara con su viejo amigo Sri Krishna, que ahora era el rey de Dwaraka. Con Aval (arroz inflado) prestado, para ofrecer a Sri Krishna, Sudama se dirigió a ver a su viejo amigo.
Sri Krishna se alegró muchísimo al ver a su amigo de la infancia. Lavó los pies de Sudama y le dio la bienvenida a su palacio, lo alimentó y lo trató como a un rey.
Sri Krishna cogió dos puñados de arroz inflado del paquete de tela de Sudama y se lo comió.
Sudama regresó a su casa al día siguiente, contento y feliz con su reencuentro con Sri Krishna, olvidando totalmente la ayuda financiera que inicialmente se había propuesto pedir. Al acercarse a su casa, descubrió que su pequeña cabaña se había convertido en una gran mansión. Su esposa e hijos, que vestían ropas y adornos muy bonitos, le dieron la bienvenida a la nueva casa.
Sudama le ofreció algo muy simple a Krishna y recibió mucho a cambio. El ciclo interminable de amor que se dio entre ellos ha servido como un ejemplo inmortal de verdadera devoción y amistad.
Kochu Unni, un niño de 3 años que vive en el ashram, tenía en sus manos Aval (arroz inflado) envuelto en una tela, para ofrecérselo a Amma. Al final de los bhajans, Amma lo llamó al escenario y deliciosamente cogió su ofrenda. Ella le dijo al pequeño que la ofrenda de Sudama era el símbolo de la entrega de su ego a Sri Krishna.
Luego Amma le pidió que repitiera: "Si te conviertes en un Kuchela (uno que no tiene nada), puedes convertirte en un Kubera (uno que es rico)". Y añadió: "Si te conviertes en un cero, te conviertes en un héroe".
“El devoto es un sirviente del Señor y el Señor es un sirviente del devoto. Solo hay amor puro entre ellos ".
Amma hizo que Kochu Unni lo repitiera cuatro veces. Antes de terminar, Amma le hizo una última pregunta.
“Para alcanzar este amor puro, ¿qué necesitamos?”
Sin perder tiempo, Kochu Unni respondió: “¡Bodham! ¡Conciencia!"
-Tulasi