Viernes, 20 Octubre 2000 20:06

La meditación es como un tónico

Pregunta: ¿La meditación puede ser dañina? Se dice que la cabeza de una persona se calienta cuando medita.

Amma: Siempre es mejor que sea un Gurú quien nos enseñe a meditar. La meditación es como un tónico. Un tónico nutre el cuerpo. El tónico viene con algunas instrucciones. Si lo que haces es ignorar las instrucciones y bebes todo el tónico, puede ser peligroso. Muchos tónicos deberían tomarse solamente siguiendo las instrucciones de un médico. Así mismo, debemos meditar según las instrucciones de un Maestro Espiritual. El Gurú hace primero una evaluación de tu disposición mental y física antes de prescribir la forma de sadhana que mejor se adapta a ti. Algunas personas pueden meditar durante mucho tiempo sin problema. Pero este no es el caso para todo el mundo. Algunas personas, con su entusiasmo inicial, meditarán o harán japa continuamente durante largas horas, sin seguir ninguna norma del reglamento. Lo hacen debido a un impulso repentino. Pero esto les hará perder el sueño y su cabeza se calentará. Esto sucede porque están meditando más de lo que su cuerpo puede tolerar.

 

Todo el mundo tiene una capacidad limitada, en función del estado de su mente y cuerpo. Si 500 personas se agolpan en un vehículo en el que pueden sentarse solamente 100, el vehículo no podrá andar. Y si ponemos el doble de grano de la cantidad permitida en una batidora, se sobrecalentará y se estropeará; incluso puede llegar a quemarse. Del mismo modo, si tú, ante la aparición del entusiasmo inicial, haces japa y meditación indiscriminadamente durante largas horas, tu cabeza puede calentarse y pueden surgir incluso más problemas. Por eso se recomienda que uno aprenda estas prácticas de un Satguru.

Solemos escuchar a la gente decir, “Somos Dios, todo está en nosotros.” Pero eso son solo palabras. No procede de la experiencia. La capacidad de cada instrumento es limitada. Una bombilla de 10 watios no puede emitir la luz de una bombilla de 100 watios. Las prácticas espirituales deben llevarse a cabo de acuerdo a la capacidad del cuerpo y de la mente. Has de tener cuidado para no exceder el límite.

Si compras un coche nuevo, no deberías conducirlo a la velocidad máxima al principio. La velocidad sólo debe incrementarse gradualmente. Han de seguirse algunas restricciones; de otro modo el coche se estropeará y se quedará inservible. Sucede lo mismo con la sadhana. Un principiante no debe meditar y hacer japa de forma excesiva, olvidándose de dormir durante el proceso. La meditación, el japa, el trabajo físico y estudiar las escrituras debe hacerse de manera gradual y regulada.

Algunas personas son propensas a las enfermedades mentales. Si meditan demasiado, su cuerpo se sobrecalentará y eso aumentará la agitación de su mente. Debe aconsejárseles que realicen principalmente trabajo físico. Si su atención se enfoca en el trabajo físico, les ayudará a reducir su agitación mental. Estando involucrados en el trabajo, su mente vagará menos y puede ser controlada. Si se les permite sentarse a meditar sin hacer ningún trabajo físico, sus problemas solo empeorarán. Pero si su enfermedad no es seria, pueden meditar durante 10 o 15 minutos diarios, eso es suficiente para ellos.

Hay muchos tipos de personas con diferentes naturalezas. Cada individuo ha de recibir instrucciones diferentes. Si aprendes a hacer prácticas espirituales como la meditación solamente leyendo libros, no sabrás qué restricciones necesitas tú específicamente.

Supón que vamos a una casa y hay un gran perro fuera. Llamaremos al propietario de la casa desde fuera y esperaremos hasta que llegue y haya atado al perro, de manera que no pueda hacernos daño. Pero si no tenemos ninguna paciencia y tan solo abrimos la puerta e intentamos entrar, el perro nos morderá. Así mismo, puede ser peligroso si seguimos adelante con nuestras prácticas espirituales, sin aceptar el consejo de una persona sabia y experimentada.

Un aspirante espiritual está en un viaje a través de un bosque lleno de animales crueles y feroces. Necesita la ayuda de un guía que sepa el camino a través del bosque. ¿No es mejor tener a alguien con nosotros que pueda decirnos, “Hay peligro más adelante ¡Ten cuidado! No vayas en esa dirección, ve por esta otra?”

Es inútil culpar a Dios cuando sufrimos las consecuencias de actuar siguiendo nuestro propio capricho. Una persona bajo los efectos del alcohol conducía un coche. El coche perdió el control y atropelló a un peatón. Cuando la policía arrestó al conductor, dijo, “¡Señor, no ha sido culpa mía que el coche atropellase a esa persona! ¡La gasolina tiene la culpa!” Hacemos lo mismo si culpamos a Dios por los peligros a los que nos enfrentamos por nuestra propia falta de precaución.

Hay un dharma (conducta correcta) para cada cosa, y debemos movernos de acuerdo con ese dharma. La meditación tiene su propia metodología. Los maestros espirituales han establecido las reglas y métodos de cada tipo de práctica. Uno debe escoger el tipo de prácticas espirituales que le van mejor solo tras considerar las tendencias físicas y mentales del aspirante. Un único método no será válido para todo el mundo.

Cualquiera puede aprender una teoría. Sin embargo, para tener éxito en los exámenes prácticos se necesita la ayuda de un profesor experimentado, porque es difícil dominarla por tu cuenta. Del mismo modo, el buscador necesita un Gurú que pueda guiarlo o guiarla en el camino espiritual.

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