Domingo, 08 Mayo 2016 18:41
Bailando una vez más con Krishna, Rasa Lila en Vrindavan
7 de Abril, Vrindavan, Uttara Pradesh – Gira India 2016.
Como recuperando un tiempo perdido, - primera visita de Amma a Vrindavan en casi treinta años – el evento estuvo lleno de actividades y acontecimientos tanto para Amma como para el grupo de la gira. Inmediatamente después de su llegada el jueves, Amma fue llevada directamente a un lago sagrado, conocido como el Brahma Kund. Con shobayatra – nama – smkirtan y grupos folclóricos en procesión, Amma recibió la bienvenida al Brahma Kund, donde había sido invitada a bendecir el lugar y a presenciar una forma antigua de arte folclórico conocido como Sanjhi* iniciada por Radha Rani.
Muchos de los residentes del Ashram de Amritapuri que no habían podido hacer toda la gira, peregrinaron a Vrindavan para estar ahí con Amma. Parecía como si Amritapuri se hubiera trasladado temporalmente a Vrindavan.
Esa tarde, para delicia de todos, tuvo lugar una actuación especial de Rasa Lila en honor a Amma, rememorando escenas de los primeros años de Sri Krishna. La fascinante actuación incluía una rememoración del joven y travieso Sri Krishna robando mantequilla a las gopis, en el proceso de robar sus corazones y conducirlas en los primeros pasos a un viaje hacia el pináculo de su devoción. Los diálogos sabios e ingeniosos, la hermosa interpretación de la música transportó a todos a un plano diferente de experiencia.
Como recuperando un tiempo perdido, - primera visita de Amma a Vrindavan en casi treinta años – el evento estuvo lleno de actividades y acontecimientos tanto para Amma como para el grupo de la gira. Inmediatamente después de su llegada el jueves, Amma fue llevada directamente a un lago sagrado, conocido como el Brahma Kund. Con shobayatra – nama – smkirtan y grupos folclóricos en procesión, Amma recibió la bienvenida al Brahma Kund, donde había sido invitada a bendecir el lugar y a presenciar una forma antigua de arte folclórico conocido como Sanjhi* iniciada por Radha Rani.
Muchos de los residentes del Ashram de Amritapuri que no habían podido hacer toda la gira, peregrinaron a Vrindavan para estar ahí con Amma. Parecía como si Amritapuri se hubiera trasladado temporalmente a Vrindavan.
Esa tarde, para delicia de todos, tuvo lugar una actuación especial de Rasa Lila en honor a Amma, rememorando escenas de los primeros años de Sri Krishna. La fascinante actuación incluía una rememoración del joven y travieso Sri Krishna robando mantequilla a las gopis, en el proceso de robar sus corazones y conducirlas en los primeros pasos a un viaje hacia el pináculo de su devoción. Los diálogos sabios e ingeniosos, la hermosa interpretación de la música transportó a todos a un plano diferente de experiencia.
Los artistas de la obra no eran profesionales, sino gente corriente. La gente de Vrindavan cree que durante el transcurso de la obra ellos son realmente Radha y Krishna. Dan de comer a Krishna, hacen el árati y toman prasad de él. Para ellos es Krishna en cuerpo y alma.
Para introducir a la importancia de esta tradición, Vineet Narayan, anfitrión y Presidente de la Fundación Braj narró la historia de dos sanyasis de Benarés que siguieron el camino del Conocimiento. El menor de los sanyasis quería explorar Vrindavan a pesar de la resistencia del mayor. Aquí se sumergió en devoción y empezó a gozar del canto de Radhe Radhe, a pedir pan por las casas sin reparar en la casta y asistir a la representación de Rasa Lila. Pasaron seis meses. Angustiado, el sanyasi mayor vino a Vrindavan a ver al menor y contempló escandalizado que había abandonado sus estrictas prácticas védicas. El mayor reprendió al menor, advirtiéndole que su deber era seguir los principios védicos en lugar de caer en emociones devocionales. El menor le explicó el estado de ánimo transcendental de la gente del Vraj, pero el mayor permaneció impasible. No obstante accedió a asistir a una representación de Rasa Lila, sentándose en la última fila con el joven sanyasi. Durante la representación, le susurró al oído, “si ese que está en el escenario es el Krishna real, bajará para darme su guirnalda”. Tras lo cual, el Krishna del escenario bajó, atravesó entre la gente y puso la guirnalda en el cuello del sanyasi mayor. Aún no convencido, esa noche en sus habitaciones el sanyasi mayor pensó: “Debo haber susurrado demasiado alto y me oyó desde el escenario. Si ese es realmente Krishna, mañana por la noche me dará su hoja de betel cuando se la ofrezcan a él.” La noche siguiente, cuando el telón cayó para un cambio de escena, de pronto Krishna emergió desde detrás del telón, de nuevo caminó entre la gente y llegando hasta el sanyasi exclamó en voz alta para que todos le oyesen: “Este codicioso individuo no se conformó ayer con mi guirnalda, ahora también quiere mi hoja de betel ¡”. Con lo cual el sanyasi mayor se rindió a la devoción de Sri Krishna y finalmente comprendió los sentimientos del joven sanyasi. Esta historia es solo un ejemplo de los innumerables milagros que la gente ha visto realizar a Krishna desde el escenario. Por eso se dice que el Raaslila representado en Vraj no es solo teatro folclórico sino Krishna, Radha, Gopis y Gopas descendidos hasta los jóvenes en escena.
Tras la representación ofrecida a Amma, el pequeño Krishna bajó del escenario y se sentó en el regazo de Amma, apoyando la cabeza en su mejilla, ofreciendo una vista conmovedora que adquirió todo su significado por el hecho de que ello sucedía en el lugar donde las lilas de la infancia de Krishna habían tenido lugar muchos siglos atrás.
Aprovechando la ocasión, Amma relató un hermoso incidente del tiempo de las gopis. Una vez un astrólogo visitó Vrindavan, preguntó la fecha del nacimiento de las gopis que conoció allí. Todas dieron la misma fecha, solo la hora era diferente. Jóvenes y viejas gopis aseguraban tener la misma fecha de nacimiento. Él no podía creerlo. Cuando preguntó porqué todas tenían la misma fecha de nacimiento, explicaron que esa era la fecha en que habían conocido a Sri Krishna cuando vino a Vrindavan. Solo variaba la hora porque le habían conocido a horas diferentes del mismo día.
Amma cantó dos bhajans de Krishna y finalmente pidió a todos que bailaran. Cuando todos y cada uno de los varios centenares de devotos presentes cerraron los ojos y bailaron, cada uno imaginando que bailaba con Amma, se sentía que todo este tiempo después, el Raasalila se reproducía de nuevo en la sagrada tierra de Vrindavan.
*Sanjhi art.
Pitra Paksh es un periodo quincenal en el que los hindúes recuerdan a sus familiares fallecidos y ofrecen oraciones especiales por ellos. En ese ambiente triste no se fomentan diversiones.
Sin embargo para complacer a Krishna, Radha Rani y sus amigos decidieron decorar el camino de Krishna regresando por la tarde después de pastorear a las vacas. Usaron polvo de colores, pétalos de flores, estiércol de vaca, cereales, lentejas, frutos frescos y secos, conchas de mar, etc., como materia prima y así crear adornos en el suelo o en la superficie del agua cada día para complacer a Krishna.
Como esto se hacía por la tarde (Sandhya), se llamó arte Sanjhi. Este folclore se perdió durante siglos después de los tiempos de Krishna. Pero en los años setenta, fue recuperado por un santo, antiguo rey de Rajastán. Inició un Sanjhi Mela en el Brahma Kund de Vrindavan.
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