Dirigiéndose a la audiencia dijo: “La mayoría de la gente solo tiene un mantra, ‘Yo, yo, yo…’ Cuando la gente realiza acciones solo pensando en su resultado, no duda en hacer cualquier cosa con tal de alcanzarlo, incluso delinquir. Esa perspectiva de servicio propio hace que la gente considere a todos los demás como enemigos. En la agonía de la competición ciega para mantener todo bajo su control, los esfuerzos de la humanidad son insinceros e incompletos. Solo cuando el gozo de compartir está en nuestras acciones, éstas son completas. Deberíamos ser conscientes de la unidad de todos los seres en la creación.

Entre los muchos programas culturales puestos en escena durante el darshan de Amma, destacó la danza de Krishna Vrindavan Kolattam. El concepto de esta danza tradicional es que todas las gopis (muchachas vaqueras) danzan con Krishna. Pero en esta interpretación las gopis eran varones. Participaron en la danza tres generaciones, los más jóvenes, poco más que quinceañeros. En cada melodía y ritmo, los pasos variaban. Esta danza tradicional  se realiza normalmente solo en templos, pero aquí tuvo lugar en el templo del amor viajero de Amma, que surge dondequiera que ella va y allí permanece en los corazones de todos los que pasan por sus brazos.

Amma terminó el darshan a las 10:30 de la mañana siguiente. Al salir del estrado centenares de personas aún acudían al lugar, porque habían oído que Amma estaba allí. Amma tenía que marcharse  para llegar al programa siguiente, pero se quedó hasta asegurarse de que todos los que habían venido a verla recibían su prasad y podían pasar unos momentos en su presencia.