Tazhikakuda consiste en tres cuencos de latón de tres tamaños, puestos verticalmente sobre una astilla central, el más alto más pequeño que el siguiente. Amma llenó cada cuenco de Tazhikakuda con navdhanya (nueve tipos de grano) antes de colocarlo. Entonces Amma hizo abhisheka a cada cuenco (agua energetizada durante días de mantra japa). Después hizo el árati, rezó invocando al divino, vertió pétalos de flores alrededor y se sentó en meditación durante un buen rato.

Finalmente entró en el templo. La deidad de 250 kilos de peso, tras un proceso de siete días de purificación fue llevada al interior del templo, las puertas fueron cerradas y Amma instaló a la deidad. Los devotos continuaron recitando y todo el ambiente se cargó de energía. Veinte minutos más tarde se abrieron de nuevo las puertas del templo, Amma hizo el árati a la deidad recién instalada, vertiendo ciento ocho kalasas de agua cargada con mantra. Era una hermosa visión, la de Amma haciendo abhisheka, fuera de este mundo, inmersa en actitud divina.

Más tarde Amma inició su satsang, haciendo notar que la instalación real de Dios hay que hacerla dentro de cada corazón. Aunque cada uno tiene un dharma diferente (deberes) en cada estadio de la vida, Amma dijo que nuestro dharma supremo es realizar a Dios. Ese es el propósito de la vida, recordó Amma a la muchedumbre reunida; te sumerges en el estanque para limpiarte y después salir, no para ahogarte ahí.

Al día siguiente Amma entregó becas escolares Vidyamritam y pensiones mensuales Amrita Nidhi. Entre algunos invitados especiales estaban el poeta Akkitham, Guruvayur tantri (sacerdote) Chennas Dineshan Namputirippad, el escritor K B Sridevi y el antiguo ministro principal O. Rajagopal. Los invitados ayudaron a distribuir las becas y las pensiones. Amma distribuyó semillas para promocionar el cultivo de hortalizas orgánicas en cada hogar.

Por la tarde llovió y hubo tormenta. No es frecuente que llueva con fuerza en verano. Todos los puestos se calaron. Podía verse un paraguas sobre Amma, ya que el estrado tenía goteras pero ella continuó dando darshan. Los devotos se acercaban con la ropa calada, sobre charcos de agua. La escena recordó la primera visita de Amma a Manjeri en 1996 para un programa de tarde. Entonces empezó lloviznando y a medianoche llovía a cántaros. Pero, ni Amma ni la gente pararon o se marcharon.

Se necesitan muchos voluntarios para que un programa tan largo sea un éxito. Se podían ver a los voluntarios de AYUDH y alumnos de las escuelas Amrita Vidyalayam, dando servicio por doquier, contentos y entusiasmados. Todos felices de formar parte de esta suma a la constelación de templos Brahmasthanam de Amma, cada uno de ellos brillando en las mentes y corazones de los devotos, como una estrella iluminando el cielo nocturno.

Los dos días de celebración terminaron a la una y cuarto de la madrugada, con Amma cantando “Mariyamma, Mariyamma Shankari Taye…” y con los devotos llevando a Amma a sus corazones e instalando ahí su amor como en el templo real que siempre permanecerá en ellos, dondequiera que vayan.