Sindhu Ramachandran explicó a las amigas que la acompañaban, que su vida ha cambiado para mejor desde que es devota de Amma hace ya unos años. “Era una cabezota y si no me salía con la mía no era feliz. Sigo siendo cabezota, por lo menos un poco, pero lo llevo mucho mejor ahora. Mi actitud ante la vida ha cambiado. He encontrado la paz que me faltaba, vivo el presente en lugar de ser un bicho raro y convertir todo en un gran problema. Todos tenemos problemas. Ahora sé que con paciencia puedo encontrar soluciones”.
Más allá de su visita anual, su centro aledaño a Chicago actúa como pilar espiritual y humanitario durante todo el año. El ashram de cerca de 58 hectáreas, cuenta con 60 residentes y más, ofrece hábitats desde 2,6 a más de 18,5 hectáreas. 24 hectáreas del ashram son de tierra cultivable de la que se encargan muchos residentes del ashram comprometidos y dedicados a producir alimentos no modificados genéticamente y sin pesticidas desde agosto 2013. Esto incluye hortalizas y plantas como tomates, pepinos, verduras indias, frutales y una gran variedad de plantas medicinales. Alquila unas 4.5 hectáreas para agricultura sin química. Colmenas locales atendidas por residentes producen miel. El impacto en la comarca ha sido notable. Buena parte del producto se vende en mercados de agricultores locales también comprometidos en la venta de productos no modificados genéticamente y libre de pesticidas.
El Centro Amma está también implicado en servicios sociales básicos para la comunidad local. Todos los meses, voluntarios visitan un refugio local para indigentes, donde cocinan y sirven la comida a unas 150 personas. Durante los últimos 5 años no han faltado ni un solo mes y son los donantes de comida más estables por largo tiempo del refugio. Muchos de los refugiados han expresado su gratitud por el compromiso del Centro Amma con ellos y han dicho que la comida que reciben de él es su favorita.
También se realizan muchos talleres en el centro. Recientemente se ha impartido uno de preparación de líderes en producción de semillas orgánicas.
Además de servicio, Centro Amma Chicago actúa como un pilar de espiritualidad para la comunidad. Con oraciones diarias por la paz del mundo cada mañana, cantos devocionales cada noche, los residentes pasan su tiempo en introspección, meditación y oración con el objetivo definitivo de servir a la humanidad.