MÉRITOS DE VIDAS PASADAS - 2ª Parte

SINTESIS SATSANG 19.01.2019
Enseñanzas de Amma, compartidas por Ânand
Méritos de vidas pasadas – 2ª parte

*Todo el mundo quiere convertirse en un director, dirigir y controlar la vida de los demás. Pero no la suya propia.

*Historia: llega un discípulo al Maestro y le dice: quiero ser tu discípulo, quiero servirte toda la vida.

-El Guru le dice: ¿qué quieres hacer?

-El discípulo contesta: aconsejarte.

*Asimismo hacemos nosotros con Amma, la aconsejamos y juzgamos. Porqué hace esto así, y no de otra manera.

*Cuando Amma lo único que quiere es elevar nuestra conciencia, Amma lo único que quiere es salvarnos.

*Y para esto tenemos que estar dispuestos a obedecer.

*Aquí en el ashram nosotros somos los maestros y Ella la discípula.

*Si estamos aquí es para ir más allá de nuestros gustos y aversiones; si no lo hacemos así, no conseguiremos nada.

*Si no vamos más allá del yo y mío, no conseguiremos nada.

*Tenemos que romper estas barreras para poder sumergirnos en la Conciencia Suprema.

*Pero siempre estamos tratando de escapar y no afrontar los cambios que precisamos.

*En el ashram los residentes tienen mucha libertad, y las reglas que Amma pone son para nuestro bienestar.

*Deberíamos ser como bebés-leones, leroncitos, no tener miedo, tener coraje.

*El rugido del león se escucha en todo el bosque, y su comportamiento es modélico, sólo caza y mata cuando tiene hambre.

*No deberíamos ser como un cordero, que significa ser débiles.

*Tenemos el coraje del león dentro nuestro, tenemos que buscarlo para encontrarlo.

*Es el poder de Dios en nuestro interior.

*Historia: había una vez un leoncito que perdió a sus papás al nacer y se crió en una familia de ovejas, por lo que estaba convencido de que era una oveja más.

-En el transcurso del tiempo, un buen día pasó un león por allí, y se preguntó:

-¿Pero qué hace este león comportándose como una oveja?

-Fue para allí y le dijo: pero si tú eres un león, ¿qué haces aquí con las ovejas?

-No, yo soy una oveja como estas, yo no soy un león, le contestó.

-No, no, no..., ven conmigo, y lo llevó a un lago y le dijo el león adulto; mira tu cara reflejada en el agua, es igual que la mía, y ahora te enseñaré a rugir.

*Así empieza a darse cuenta el leoncito de que podía llegar a ser el rey de la selva.

*Todos somos Dios, y este poder está dentro nuestro.

*Tenemos el coraje del león.

*Debemos rugir y no tener miedo.

*No debemos ser débiles como la oveja.

*Debemos ser como leones, pero no físicamente, sino interiormente.

RESUMEN

¿Adónde nos pueden llevar los méritos acumulados en otras vidas?

Pues todo depende de los esfuerzos que hayamos dedicado a la búsqueda de la Verdad, todo depende de la intensidad de nuestras tapas (austeridades) en nuestras vidas anteriores.

El swami Paramatmananda en su libro: Polvo de sus pies, volumen I, dice:

Algunos pueden pensar: esa persona casi no hizo sádhana (prácticas espirituales) y, sin embargo, obtuvo la Gracia de Dios y se convirtió en santo de la noche a la mañana, así sin más. Si vemos un alma extraordinaria como esa, es porque ha hecho un gran tapas (austeridades) en sus vidas anteriores.

En el norte de la India hay muchas antiguas mansiones construidas en la época de la ocupación británica, hace cientos de años. Un día un jardinero y su equipo estaban limpiando el terreno de una de ellas, quitando las malas hierbas y el resto de la maleza. De repente, la azada del jardinero golpeó algo sólido y un chorro de agua se elevó por el aire, todos se sorprendieron y gritaron: eh! De dónde sale esto?

Buscando, desenterraron una fuente que había estado cubierta durante siglos por las plantas, del mismo modo, si vemos u oímos hablar de alguien que ha alcanzado un alto estado espiritual con poco o ningún esfuerzo, no se debe a ninguna gracia especial, sino a que sus intensos esfuerzos de otra vida están dando fruto ahora.

Ya vemos adonde nos llevan los esfuerzos realizados en vidas pasadas. Si hemos acumulado méritos en otras vidas, en esta lo tenemos más fácil.

Uno se puede convertir en santo con relativa facilidad si sus austeridades de vidas anteriores han sido importantes. No importa que estos méritos hayan sido acumulados en vidas muy antiguas, o que hayan pasado siglos, los méritos se van acumulando y quedan guardados como si fuera un depósito de dinero que tienes en el banco.

Ya vemos el ejemplo que nos pone el swami Paramatmananda: pasaron siglos, la fuente estaba cubierta, pero con el detonante del golpe de azada, la fuente apareció.

Los méritos, son la fuente, las malas hierbas, son las vásanas y deseos que tenemos que sanar, pero si cogemos la azada y vamos limpiando, la fuente aparece.

Aparece la fuente desde donde todo procede, y la percibimos en nuestro interior.

No debemos juzgar en si alguien tiene más facilidades en el camino.

No debemos juzgar si a una buena persona, si a una persona llena de bondad, le sobreviene una enfermedad y abandona el cuerpo, pues probablemente aquello es lo mejor para su alma.

Por ejemplo, podemos asistir a algo tan desagradable, y que nos puede impactar muchísimo: un niño de 3 años en su inocencia, tiene el impulso de cruzar la calle sin mirar, lo hace corriendo a toda velocidad, y un coche que estaba viniendo, no le da tiempo de nada y lo arrolla. El niño perece.

Podemos decir: un niño que era un encanto, la alegría de sus padres y de su familia, creaba armonía a su alrededor.

¿Cómo puede Dios permitir eso?

A los 3 años todavía no se ha activado nuestro ego, y todo lo que el mismo conlleva. Un niño, una niña, a esta edad, es todo inocencia.

¿No podría ser que a esta alma no le faltara nada o casi nada para liberar a su alma, por los méritos acumulados en vidas pasadas, y sólo con este pequeño espacio de vida, esta alma alcanza la liberación?

No podemos saber cómo y cuando actúan los méritos acumulados en otras vidas.

Lo importante es tener la disposición de hacer méritos en la vida que vivimos, para que el saldo de nuestra cuenta corriente vaya creciendo.

Como si fuera la cuenta corriente del banco donde van creciendo los euros.

Con los méritos espirituales que vamos acumulando en esta vida, a lo mejor no vemos más euros en nuestra cuenta corriente en el banco, lo que percibimos es una paz que va creciendo en nuestro interior.

Hacer crecer esta paz, nos lleva a la liberación.

Con los euros satisfacemos nuestros deseos del mundo.

Con los méritos espirituales satisfacemos el único deseo puro: encontrar a Dios.

En este satsang Amma nos dice algunas de las cosas que nos pasan y que debemos hacer con lo que nos está pasando, para ir ganando esta paz que deseamos.

Veamos:

“Todo el mundo quiere convertirse en un director, dirigir y controlar la vida de los demás, pero no la suya propia”.

“Si estamos aquí es para ir más allá de nuestros gustos y aversiones, si no lo hacemos así, no conseguiremos nada”.

“Si no vamos más allá del yo y lo mío no conseguiremos nada”.

“Tenemos que romper estas barreras para poder sumergirnos en la Conciencia Suprema”.

“Pero siempre estamos tratando de escapar y no afrontar los cambios que precisamos”.

“En el ashram los residentes tienen mucha libertad, y las reglas que Amma pone, son para nuestro bienestar”.

Lo que nos pasa, nos dice Amma es que para estar contentos, los demás se han de comportar de acuerdo a lo que nosotros queremos, o a lo que nosotros esperamos de ellos.

Lo que queremos es que las cosas y las personas sean como yo deseo, de acuerdo a mis gustos y aversiones, y si me tengo que salir de mi papel, el papel que me corresponde, me da igual.

Y que además de que nos ocurre esto, no estamos dispuestos a cambiar, no estamos dispuestos a hacer cambios.

Siempre tratamos de escapar: no obedecer, no respetar las normas y los cauces por donde nos indica Amma que hay que seguir.

Amma nos pone el ejemplo del discípulo que ya se consideraba preparado, pero lo que quería ser, era: el consejero de su propio Guru.

Como a la misma Amma que también le dicen lo que tiene que hacer, o como peinarse, o como vestirse..., y lo único que Amma desea es elevar nuestra conciencia, y salvarnos.

Aunque estemos con Amma por los méritos contraídos en vidas pasadas, nos pasan todas estas cosas porque necesitamos continuar acumulando méritos en esta vida.

Y Amma nos dice como hacerlo:

“No deberíamos ser como una oveja, que significa ser débiles”.

“Deberíamos ser como bebés-leones, leoncitos, no tener miedo, tener coraje”.

“El rugido del león se escucha en todo el bosque, y su comportamiento es modélico, sólo caza y mata cuando tiene hambre”.

“Tenemos el corazón del león dentro nuestro, pero tenemos que buscarlo para encontrarlo”.

“Es el poder de Dios en nuestro interior”.

“Todos somos Dios y este poder está dentro nuestro”.

“Todos tenemos el coraje del león”.

“Debemos rugir y no tener miedo”.

“No debemos ser débiles como la oveja”.

Para continuar acumulando méritos en esta vida Amma nos dice que debemos ser como leones, que debemos tener el coraje del león. Que debemos rugir sin miedo.

A lo que Amma se refiere es a que busquemos esta fuerza interior innata que está en cada uno de nosotros, no a que vayamos vociferando a unos y a otros.

Amma se refiere a la fuerza de dentro.

Cuando esta fuerza despierta nos pasa como al leoncito de la historia que nos cuenta Amma, quien creía que era una oveja porque desde que nació se encontró entre ovejas, hasta que un león mayor le hizo dar cuenta de quien era.

El león mayor es Amma, y está aquí para que nos demos cuenta, para que recordemos quien somos.

Podemos ir poco a poco, pero con decisión, con coraje.

El swami Paramatmananda en relación a este coraje progresivo cuenta una historia que refleja lo que supone el estar dispuestos y practicar, pues la misma práctica te hará tan fuerte como un león.

Dice así:

En la mitología griega encontramos una historia que ilustra este principio.

El héroe mítico Milón de Crotona se convirtió en el hombre más fuerte del mundo levantando y cargando todos los días a través de su pueblo un ternero, hasta que se convirtió en un toro adulto. Milón se fue haciendo más fuerte mientras seguía cargando el ternero que iba aumentando lentamente de tamaño y de peso, como empezó cuando era un ternero, y lo siguió cargando mientras el animal crecía poco a poco, su cuerpo fue capaz de irse adaptando a la carga, de igual manera, aumentando lentamente el tiempo de práctica espiritual, podemos llegar a una etapa en la que constantemente estemos en un estado mental espiritual.

Así vamos adquiriendo la fuerza, el coraje del león que nos menciona Amma.

Hay que rugir sin miedo.

Por ejemplo no hay que ir por la vida intentando convencer a nadie de nada, pero tampoco tener miedo en decir la Verdad de la vida humana, si la situación lo requiere.

Esta semana ha estado en el ashram un matrimonio que conocí hace bastantes años, cuando vivía en India, en Amrtapuri; no habían estado nunca aquí, en este ashram, y me dieron la oportunidad de hablarles de la Verdad de un ashram, de la Verdad de Amma, y lo debía hacer con cierto énfasis, pues me dijeron:

Este es el coraje con el que hay que hablar de Dios. Lo vamos a practicar y a lo mejor venimos a hacer seva.

Acabo de leer el volumen II del libro Polvo de sus pies del swami Paramatmanandas, y estoy volviendo a leer el volumen I, porque el volumen II ha grabado mucho más intensamente en mi conciencia el verdadero sentido de la vida: Dios, Dios, Dios..., sólo Dios.

Y ha potenciado el coraje para continuar la práctica con más entusiasmo, y así poder ir acumulando méritos en esta vida, para que sumen a los de vidas pasadas.

No tengo la sensación, tengo la certeza de que es lo único que importa.

OM  NAMAH  SHIVAYA

 

 

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