Los pecados son lavados con lágrimas de arrepentimiento
Nuestra conciencia debe ser como la aguja bien equilibrada de una báscula.
Hijos, errar es humano. Nadie está libre de cometer un error. Tanto da que hagamos lo que no debemos o que hagamos lo que debemos, en ambos casos nos equivocamos. Por desconocimiento se cometen errores. También bajo la presión de las circunstancias. En cualquier caso, el primer paso para corregir errores es ser consciente de ellos. Una vez que seamos conscientes de nuestro error, debemos arrepentirnos. El arrepentimiento es una forma de reparación. No hay pecado que no pueda ser lavado con las lágrimas del arrepentimiento. Dicho esto, una vez que sabemos lo que es justo no deberíamos repetir nuestros errores. Debemos arrepentirnos sinceramente. Algunos pretenden mostrar arrepentimiento solo en presencia de otros.
Para superar debilidades, lo primero es reconocerlas
El ego y el falso orgullo son la cobertura de los errores propios, que atribuimos a otros.
Hijos, cometer errores es natural. Puede haber defectos en nuestra conducta y acciones. Podemos tener defectos de carácter. Pero la mayoría de la gente justifica sus acciones cuando comete errores, tropieza o falla. Intentan cualquier cosa para cubrir sus fallos. Incluso argumentan que el error no es suyo, sino de otro. Culpando a otro nunca superaremos nuestros fallos. Por ejemplo, las experiencias amargas en la infancia pueden dejar cicatrices permanentes en la mente, incluso deformar el carácter. Culpar a nuestros padres o a otros no va a resolver nuestros problemas. Nuestras debilidades pueden incluso hacerse más pronunciadas y afectar adversamente a nuestras relaciones con los demás.
Libérate del ego y encuentra en tu interior tu verdadera fuerza
Hijos, mucha gente dice “no puedo reír de todo corazón. No puedo abrir el corazón cuando hablo, no importa con quién hable. Siempre estoy triste.” Cuando miramos a nuestro alrededor, vemos que todos los seres en la naturaleza, excepto el hombre, viven felizmente. Árboles y plantas se mecen dichosamente en la brisa, los pájaros pían sin preocuparse por el mundo, los ríos gorgotean al fluir. Hay dicha a nuestro alrededor. ¿Por qué solo el hombre se siente abatido estando rodeado de tanto gozo?
La naturaleza no carga con el peso del ego. Carece del sentido del “Yo”. Solo los humanos tienen ego. Mientras continuemos aferrándonos a él seremos infelices, si lo abandonamos podremos disfrutar de vidas tranquilas, gozosas. Mientras retengamos el egoísta sentido del “Yo” no encontraremos la verdadera fuerza en nuestro interior. Si las cortinas están cerradas no podremos ver el cielo en el exterior. Pero si las abrimos, el cielo será visible. Del mismo modo, solo contemplaremos nuestro verdadero ser si nos desprendemos del ego.