La Fuente de la Felicidad

SINTESIS SATSANG 28.12.2019
Enseñanzas de Amma, compartidas por Ânand

 La Fuente de la Felicidad

*Pregunta: He escuchado muchas veces en Tus satsangs que no lograremos la felicidad a través de los objetos. ¿Si no la tenemos, podemos pensar en ella, o imaginárnosla? Esto nos dará un poco de felicidad. El estado de la mente en el que no hay ondulaciones es un estado de felicidad. ¿Puedes hablar de las cosas que nos dan una pequeña felicidad? ¿Puedes explicar qué es la felicidad, independiente de cualquier factor externo?

*Cualquier tipo de enfermedad que nos produzcan los objetos externos siempre será cambiante, esta es su naturaleza, naturaleza de cambio, siempre cambiante.

*Después de un tiemnpo la mente comnienza a pensar en algo que nos dará más felicidad.

*Lo que nos daba felicidad antes, después no nos la da.

*Por ejemplo: primero tienes una bicicleta, luego quieres una moto, luegos quieres un coche, luegos quieres un coche más grandes,...

*No existe la felicidad continua en los objetos externos.

*Tu mente siempre te pedirá más y más.

*La Fuente de la Felicidad está en nuestro interior.

*Pensamos que las personas nos pueden dar felicidad, pero cuando nos hablan duro, nos hacen sufrir.

*Una persona que hoy es buena, mañana puede no serlo.

*Si nuestra felicidad depende de otra persona, nunca podrá ser eterna.

*Si nos alaban somos felices, si nos critican caemos.

*El control de la felicidad debe estar en nuestras manos.

*Debemos tener una relación adecuada con el mundo.

*Si vamos al zoo vemos a los animales salvajes a través de la jaula.

*Si nos acercamos mucho a los objetos del mundo nos pueden enredar.

*Ver las cosas a distancia.

*No nos enredemos en las cosas del mundo.

*Si estamos muy cerca tendremos expectativas, pero nadie puede responder a nuestras expectativas.

*Vemos a la rana como elefante, y al elefante como rana, somos nosotros los que ponemos estas expectativas en los demás, y no dependemos de lo externo para nuestra felicidad.

*No somos velas, somos soles refulgentes, no somos ovejas, somos leones.

*En el sueño profundo sentimos felicidad, todo desaparece, hasta nosotros mismos, y esto nos da felicidad. Al despertar todo vuelve a resurgir, y todo es como antes. En el sueño profundo hay felicidad suprema, pero no es permanente, al despertar aparece el mundo.

*La felicidad debe ser continua, al despertar debe continuar, entonces es cuando podremos vernos a nosotros mismos en los demás.

*Nuestra verdadera naturaleza será amor y compasión.

*En un bhajan Amma canta:

-¿Para qué hemos tomado este cuerpo?

-Para no caer en errores y no renacer.

-¿Porqué he tomado este nacimiento?

-Para aprender cosas y no caer en los mismos errores, para completar la tarea de conocer quien soy realmente, y al saber de mi ser, no naceré más.

-Comprendemos que nada está separado de nosotros.

*Nos casamos pensando que el otro o la otra nos dé felicidad, y esta es una expectativa errónea, que sólo lleva a lucha, conflicto y errores.

-No pienses que los problemas se terminan al casarse.

*Todas las personas lloramos mucho al encarnar.

*Vivamos la vida sin hacer llorar a los demás.

*Deberíamos morir con una sonrisa en nuestra cara, y hacer de nuestra muerte una celebración.

*Deberíamos amar y servir a los demás, verlos como divinos y no tener ninguna expectativa con nadie, no esperar que los demás nos amen.

*Debemos hacer las acciones como ofrenda a la divinidad, y lo que recibamos, bueno o malo, aceptarlo como una ofrenda/prasad del Señor, sin perder nuestra paz.

RESUMEN

¿Hay alguien que no sepa donde reside la Fuente de la Felicidad?

No creo que haya nadie que ignore donde se encuentra la verdadera felicidad, por lo menos las personas que son buscadores de la Verdad.

Todos los sabemos, la Fuente de la Felicidad nace dentro de cada uno de nosotros.

Otra cosa es que la vayamos a buscar allí, o la busquemos en otros sitios; lugares equivocados por supuesto.

Lo que nos ocurre a menudo es que confundimos el placer con la felicidad.

La diferencia es que el placer está limitado por el tiempo, viene y se va, y la felicidad es permanente.

El placer lo intentamos conseguir con lo de fuera: cosas y personas, y la felicidad nace desde el centro de nuestro corazón.

Amma nos dice:

“Cualquier tipo de felicidad que nos produzcan los objetos externos siempre será cambiante, esta es su naturaleza, naturaleza de cambio, siempre cambiante”.

“Después de un tiempo la mente comienza a pensar en algo que nos dará más felicidad”.

“Lo que antes nos daba felicidad, después no nos la da”.

“Por ejemplo: primero tienes una bicicleta, luego quieres una moto, luego quieres un coche, luego quieres un coche más grande,... no existe la felicidad continua en los objetos externos”.

“Tu mente siempre te pedirá más y más”.

“Si nos acercamos mucho a los objetos del mundo nos pueden enredar”.

“Ver las cosas a distancia, no nos enredemos en las cosas del mundo”.

Amma nos lo dice bien claro, con las cosas y objetos del mundo podremos ser felices, o podremos sentir placer, pero más tarde o más temprano este placer se esfuma, se termina.

¿Porqué?

Porque la mente se ha cansado de este objeto, y te propone una nueva búsqueda, la mente busca algo que la motive o excite más.

Por ejemplo: estamos usando un móvil, y va bien, estamos a gusto con él, pero un día vemos a alguien con un móvil más bonito, con más prestaciones, y ya deseamos tener otro igual al que hemos visto.

La mente ya ha creado la expectativa, y mientras no podamos cumplir la expectativa, no sólo ha desaparecido el contentamiento con el que estábamos usando nuestro móvil, sino que se ha creado la ansiedad de conseguir el nuevo que vimos.

En cuanto a los coches, Amma cuenta una historia de un chico, quien trabajó muy duro para ganar dinero, el dinero que necesitaba para comprarse el coche de sus sueños, y finalmente consiguió el dinero, y compró el coche.

Paseaba por todas partes orgulloso de su coche, con su novia, con sus amigos, con la familia.

Se sentía muy feliz.

Cierto día vio un coche mucho más bonito y potente que el suyo aparcado en el garaje al lado de su casa. Era el coche que se había comprado su vecino.

A partir de este momento desapareció toda su felicidad.

Su vecino se la había arrebatado.

Y así nos pasa con todos los objetos y cosas con los que esperamos ser felices, incluso con la comida.

Cuidado! No abuses de algo que te gustga mucho, aunque la mente te insista, pues hasta el cuerpo puede quejarse dándote un buen dolor de estómago, en el caso de seguir a tu mente.

Amma dice, poniendo el ejemplo de un helado: si en el helado estuviera la fuente de la felicidad, tendrías el mismo placer cuando te tomas el 2º o 3er. helado que cuando te has tomado el 1º., y no ocurre así.

Cuando te tomas el segundo helado ya no te deleita su sabor como en el primero. Y si tomas un tercero, todavía disfrutarás menos que con el segundo.

Si el helado fuera el verdadero motivante de la felicidad, nos produciría el mismo placer el 1º., que el 3º.

Y lo mismo ocurre cuando buscamos ser felices a través de los demás.

¿Qué dice Amma al respecto?

“La Fuente de la Felicidad está en nuestro interior. Pensamos que las personas nos pueden dar felicidad, pero cuando nos hablan duro, nos hacen sufrir”.

“Una persona que hoy es buena, mañana puede no serlo”.

“Si nuestra felicidad depende de otra persona, nunca podrá ser eterna”.

“Si nos alaban somos felices, si nos critican, caemos”.

“Nos casamos pensando que el otro o la otra nos dé felicidad, y esta es una expectativa errónea que sólo lleva a la lucha, al conflicto y a los errores. No piensen que los errores terminan al casarse”.

“Todas las personas lloramos mucho al encarnar”.

“Vivamos la vida sin hacer llorar a los demás”.

“Deberíamos amar y servir a los demás, verlos como divinos, y no tener ninguna expectativa con nadie”.

“No esperar que los demás nos amen”.

“Nadie puede responder a nuestras expectativas”.

“Vemos a la rana como elefante, y al elefante como rana, somos nosotros los que ponemos estas expectativas en los demás. Y no dependemos de lo externo para conseguir nuestra felicidad”.

“Debemos tener una relación adecuada con las personas en el mundo”.

No podremos conseguir la felicidad duradera, disfrutando de las cosas y de los objetos del mundo.

Y tampoco nos pueden proporcionar este tipo de felicidad otros seres humanos.

Porque ni unos, ni otros tienen atributos para conseguirlo.

Aunque nosotros en nuestras relaciones humanas insistimos en buscar la felicidad en el otro, insistimos en buscar la felicidad en la otra.

No nos damos cuenta que este tipo de felicidad, hoy nos puede producir satisfacción, nos puede producir contentamiento, pero mañana nos puede producir dolor.

Pues la procedencia que produce esta felicidad y este dolor es externa, es de fuera.

Nosotros no tenemos ninguna influencia para que cambie el comportamiento o manera de actuar de la otra persona.

Y por lo tanto nos convertimos en dependientes.

Cedemos la decisión de ser felices a los otros.

Lo que quiere decir que nos convertimos en mendigos.

Mendigamos la felicidad: ¡quiero ser feliz, pero tú no me dejas!

¿De dónde procede esta actitud?

Esta actitud tiene su procedencia en la expectativa que te ha creado la mente para conseguir la felicidad.

Si tú estás contento conmigo, si me sigues la corriente y me das la razón, me sentiré a gusto contigo. Este comportamiento del otro contigo te produce satisfacción.

Pero... ¿a quién se la produce?

Esta es una felicidad que viene de fuera, y se instala en el ego, es por eso que no puede ser duradera.

Y no es duradera, porque el otro, porque la otra que te ha mostrado amor, lo ha hecho con la mano extendida: ¿qué me das a cambio?

Y en el momento que tú no quieres, o no puedes darle lo que te pide aparece el conflicto, la felicidad se va y aparece el dolor.

Entonces si la felicidad no está afuera, ni en las personas, ni en las cosas,...

¿De dónde procede la felicidad verdadera?

Veamos lo que nos dice Amma al respecto:

“El control de la felicidad debe de estar en nuestras manos”.

“En el sueño profundo hay felicidad suprema, pero no es permanente, al despertar, aparece el mundo”.

“La felicidad debe de ser continua, al despertar debe de continuar; entonces es cuando podemos vernos a nosotros mismos en los demás”.

“Nuestra verdadera naturaleza es amor y compasión”.

“Deberíamos hacer las acciones como ofrenda a la Divinidad, y lo que recibamos, bueno o malo, aceptarlo como una ofrenda/prasad del Señor, sin perder nuestra paz”.

“¿Para qué hemos tomado este cuerpo? Para no caer en errores y no renacer”

“Cuando comprendemos que nada está separado de nosotros y nos preguntamos: ¿para qué he tomado este nacimiento? Lo he tomado para aprender cosas y no caer en los mismos errores, para completar la tarea de conocer quien soy realmente, y al saber de mi ser, no nacer más”.

“Deberíamos morir con una sonrisa en nuestra cara, y hacer de nuestra muerte una celebración”.

Pues bien, ya vemos donde está la Fuente de la Felicidad.

La Fuente de la Felicidad tiene un punto de partida, y este punto de partida está en que tu lleves el control de tu vida. El control de tu vida lo has de llevar tu, ha de estar en tus manos.

Si las emociones dependen de tus decisiones, no te afectarán ni las ofensas, no los halagos de los demás, porque sabes que la misma persona que hoy te quiere pisotear, mañana te puede querer abrazar.

Y ante algo en lo que no puedes intervenir, mejor no dejarlo entrar, mejor que no entre dentro de ti.

Tú tomas la decisión de lo que te va a afectar o lo que no te va a afectar.

A esto le llama Amma el tener el control de tu vida en tus manos.

Con las cosas y con los objetos ocurre igual.

Tú debes tomar la decisión desde tu libre albedrío, desde la reflexión, no desde el bombardeo a que te somete la mente empujada por el hábito, empujada por el deseo.

En la reflexión que es indispensable para tomar decisiones te darás cuenta de hasta donde te beneficia, de hasta donde te perjudica el poseer una cosa u objeto determinado.

Si es algo que debes comprar te darás cuienta de hasta donde es necesario comprarlo o no.

Y probablemente seas más feliz favoreciendo con este dinero a otras personas más necesitadas, que satisfaciendo tu ilusión momentánea.

De esta manera vas manteniendo el control de tu propia vida y lo mantienes en tus manos.

No está ni en las manos de los demás, ni tampoco bajo el influjo de tu campo emocional.

La felicidad verdadera nace en el corazón, y si la hacemos nacer allí, y la mantenemos en nuestra vida, es que hemos tomado la decisión de ser felices.

¿Qué nos ayuda a tomar esta decisión?

Como Amma canta en un bhajan, se trata de tomar conciencia, y recordar a menudo:

¿Para qué he tomado este cuerpo?

¿Para qué he nacido?

Para aprender de la vida, y no repetir errores que me hagan renacer.

Para conocerme a mí mismo.

Para conectar con Dios en mi interior.

Algo que te ayuda a conectar con la felicidad que hay dentro de ti, es actuar sin que tus acciones te afecten. Para que tus actos no te afecten ofréceselos a Dios, ofrecéselos a Amma. No los hagas por ti, no los hagas para ti.

Amma voy a decir esto, o voy a hacer esto, te lo ofrezco a ti, y si no lo hago de acuerdo a Tus deseos, perdóname.

Y podemos continuar siendo felices si no estamos pendientes del resultado de nuestros actos.

Como Amma dice: recibe el resultado de tus acciones, sea bueno o sea malo, como prasad, sin perder tu paz. Los resultados de nuestras acciones siempre son un regalo de Dios.

Realiza tus acciones de acuerdo a lo que te corresponde. Si interactúas con otras personas, lo que hagas, hazlo de manera sincera, ni para que guste o no guste a las personas con las que interactuas. No importa si los otros lo hacen igual o diferente. Si lo hacen diferente, y crees que perjudica al proyecto dilo a quien corresponda, y no te ocupes de más.

No quieras imponer tu criterio, comprende y ama al otro sin más.

Así mantendrás la paz en ti, así continuarás siendo feliz, como decidiste en su momento.

Y cuando tu vida discurre dentro de la felicidad, atraviesas la puerta del traspaso al otro lado de este cuerpo, con la mejor sonrisa en tu cara.

Una sonrisa que refleja la felicidad con la que te vas, refleja a la Fuente de la Felicidad que estás vislumbrando.

OM NAMAH SHIVAYA

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