“Este es el momento propicio para dar la bienvenida al Nuevo Año 2020. Pidamos que el nuevo año sea portador de buena voluntad, prosperidad, salud, felicidad, paz y abundancia para todos, en todos nuestros empeños. Que la Madre Naturaleza perdone nuestros errores y nos bendiga con un año sin desastres naturales, en el que todos tengan satisfecho el estómago y un techo sobre su cabeza. Que haya paz en todos los rincones de la Tierra. Quizá mis hijos piensen que tales plegarias no son realistas. Pero los sueños como estos son los que nos muestran cómo dirigir nuestra vida y esfuerzos. Cada viaje comienza con un pequeño paso. Cada uno de nosotros puede crear pequeños cambios positivos en sus vidas. Si todos pudiéramos hacer esto, ello marcaría el inicio de una nueva era.”
Amma continuó, “el cambio positivo no se produce con el cambio de fechas. Para que éste se produzca tendríamos que enfocar el esfuerzo apropiado en la dirección correcta.
Sembremos buenos pensamientos para cosechar buenas acciones. Sembremos buenas acciones para cosechar buenos hábitos. Desde los buenos hábitos de conducta podremos crear una hermosa vida. Y mediante esa buena vida podremos reescribir nuestro destino. Si tenemos un corazón que no pierde la esperanza y una mente siempre alegre, podremos ver frescura y encontrar felicidad en todo. Además de esto, si poseemos las cualidades de amar, de amistad y contento, no podría darse una mayor celebración. ¡Que todos vosotros hijos míos, seáis mensajeros del amor y de la paz en este mundo! ¡Que la gracia bendiga a mis hijos para que sus vidas estén llenas de paz y felicidad!”
Después del mensaje de Año Nuevo, Amma dirigió una serie de bhajans que incluyeron el Shantamayozhukkate Jeevitam, con su amoroso coro de Lokah Samastah Sukhino Bhavantu (que todos los seres del mundo sean felices y tengan paz). La asamblea cantó con Amma de todo corazón y el aire se impregnó de una solemne atmósfera de plegaria. Finalmente Amma sorprendió a todos subiendo al estrado y dirigiendo a todos en una danza meditativa tradicional de los Baduga. Amma animó a todos a participar y así terminó la década anterior y comenzó una nueva, en meditación, reflexión, alegría y amor, como siempre dirigidos por el ejemplo de Amma, hermoso y lleno de gracia.