Dimecres, 27 Mai 2020 20:15

El virus Corona es una llamada a la conciencia

Tenemos que ver en el dolor ajeno el nuestro propio, ver a nuestros semejantes como parte de nosotros mismos y establecer una conexión con el corazón de ellos.

24 Mayo 2020, Amritapuri
Del mensaje de Amma en los tiempos del corona

 Una vez, estando Amma en su gira del norte de India, interrumpimos el viaje para almorzar. La comida estaba preparada. El grupo en gira era casi de 500 personas. Buscábamos una sombra, encontramos un sitio con un árbol y paramos allí. El árbol estaba considerado como un lugar sagrado porque un mahatma había realizado allí sus prácticas de penitencia ascética. La gente estaba caminando alrededor del árbol, esperando a que una brisa hiciera caer algunas de sus hojas para recogerlas con gran reverencia y llevarlas con ellos como prasadam para adoración en sus salas de puja. Amma estaba muy conmovida viendo esto. Y deseó que la gente respetase de este modo cada árbol y planta. Entonces este mundo se transformaría en cielo.

Si los humanos protegiesen a las criaturas de la tierra, estas criaturas protegerían también a los humanos, así como está dicho que aquellos que salvaguarden el dharma, estarán igualmente protegidos por él. 

El virus Corona es un aldabonazo en la conciencia. Ciertamente, estos son tiempos de prueba. Pero tendríamos que intentar tanto como nos fuera posible permanecer alegres y felices y al mismo tiempo mantener un alto nivel de estado de alerta. Esta es nuestra responsabilidad. Permanecer alegres frente a las dificultades no significa reprimir la infelicidad que podamos sentir. No significa reprimirla si no superarla. El mejor modo de preservar el estado de felicidad de la mente es comprometerse y sumergirse en alguna actividad útil.    

Tenemos que intentar ver el dolor ajeno como parte del propio y establecer una conexión con el corazón de ellos. De algún modo, esta es la mejor oportunidad de volvernos hacia dentro. Muchos de nosotros seguimos de cerca los eventos en internet. Pero solo esto no basta. Por un breve momento, intenta mirar también a tu red interior. (inner net) Este es el momento adecuado  para intentarlo y compenderlo por nosotros mismos. El ejercicio físico es necesario en esta circunstancia. El yoga es excelente para esto, así como practicar la meditación y leer libros de espiritualidad.

Los aparatos electrodomésticos tales como una batidora vienen con un manual de instrucciones sobre como usarlos. Nos instruye sobre como usar la máquina con precauciones en cuanto al tiempo de uso para evitar que un calentamiento excesivo queme el motor.  Otros aparatos domésticos también vienen con su manual de instrucciones. Del mismo modo, la espiritualidad es el manual de instrucciones para la vida. Ella nos enseña a gestionar nuestra vida. Tenemos que acatar esas instrucciones espirituales. Si leemos y comprendemos los libros de espiritualidad podremos permanecer felices y contentos con lo que tengamos. No somos velas que necesitan que alguien venga a encenderlas, somos un sol auto refulgente. No sois gatitos perdidos e indefensos. Sois cachorros de león valientes y  rugientes.

La abundancia de esta tierra  no está concebida solamente para el disfrute de los seres humanos. Todas las criaturas tienen derecho a ella. Igualmente las generaciones futuras también tienen derecho a ella. Debido al egoísmo y la presión de las circunstancias caemos a menudo en la tentación de fijarnos únicamente en la ganancia temporal. Es esencial que superemos esa tentación.

Amma recuerda una historia: Un hombre estaba en peregrinación y alguien robó su bolsa con su billetero, ropa y víveres. Pronto sintió sed. Allá lejos vio un pozo, en la ladera de la colina. Caminó despacio hacia ella muriendo de sed y cansancio. Finalmente llegó al pozo y se sintió muy feliz. Comenzó a accionar la bomba de mano pero no salió ni una gota de agua. Frustrado y abatido, a punto del colapso, algo llamó su atención, un tarro pequeño a un lado del pozo. Rápidamente cogió el tarro y vio que tenía un poco de agua. Al empezar a beber, vio un papel pegado al tarro con una nota escrita: “Vierte esta agua en la bomba manual antes de empezar a bombear el agua y la bomba empezará a funcionar. Después de tomar el agua que necesites no olvides dejar un poco en este tarro para el siguiente viajero que pase por aquí.” 

Por un momento el viajero se quedó desconcertado. Estaba muriéndose de sed y pensó: “¿Y si vierto el agua en la bomba y no funciona?” Entonces perderé la poca agua que tiene. ¿La vierto o la bebo? Realmente muero de sed. Pero si no vierto esta agua en la bomba y saco algo de agua del pozo, será un delito contra la siguiente persona sedienta que pase por aquí.” 

Era una lucha interna entre su egoísmo y su preocupación por sus semejantes. Finalmente ganó su preocupación  y vertió el agua en la bomba. Para su deleite, la bomba funcionó y sacó agua fresca y clara.

Bebió hasta saciarse y después llenó el tarro.

¿Qué aprendemos de esta historia? Nos enseña a tomar lo que necesitamos y a ser al mismo tiempo considerados con la siguiente persona necesitada. Nos enseña a darnos cuenta de que el prójimo siente el mismo dolor que nosotros.

Debemos comprender esto y cultivar una actitud de entrega y consideración por el prójimo.

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