INTRODUCCIÓN - 1ª parte
Existe un número de obstáculos predecibles que aparecen en el viaje interno, junto a varias consecuencias desarrolladas a partir de ellos. Aunque esto puede ser un desafío, en cierta forma es tranquilizante saber que son parte natural y previsible del proceso. Esto puede ayudarnos a mantener la fe y convicción ya planteadas como algo esencial.
Hace miles de años, los antiguos yoguis buscaron estrategias para navegar en su viaje de auto conocimiento. Alrededor de 600 años AC, Patanjali, sumarizó el conocimiento yogui existente en sus Yoga Sutras.
En el camino es posible encontrar nueve tipos de distracciones consideradas obstáculos, a saber: enfermedad física, tendencia de la mente a funcionar ineficientemente, duda o indecisión, falta de atención en cuanto a hacer uso de los recursos que nos conducen a samadhi, flojera de mente y cuerpo, fracaso en regular el deseo por los objetos mundanos, pensamientos o presunciones incorrectas, falla en lograr las etapas de la práctica, e inestabilidad en mantener un nivel de práctica ya obtenido.
** Saber que éstos son predecibles es un alivio.
Si sabemos que éstos son los impedimentos a lo largo del camino, probablemente nos sentiremos mucho menos incómodos al encontrarnos con ellos. En vez de pensar, “algo pasa conmigo”, podemos considerar tales obstáculos como tropezones previsibles en el sendero del desarrollo y la vida espiritual. Sabiendo que éstos van a venir, y que otros antes que nosotros los afrontaron, podremos seguir su guía y experiencia para encararlos.
Primero, uno de estos nueve estados o impresiones mentales hace su aparición, y la atención se involucra con eso. Éstos literalmente distraen de cualquier cosa en la que la atención haya estado focalizada en ese momento. Tal distracción viene primero.
Entonces, se convierten en obstáculos (antarayah).
Sin embargo, la segunda parte del proceso consiste en que esta distracción (chitta-vikshepa), una vez que la atención ya se ha involucrado y permanece fijada en la distracción, también se vuelve un obstáculo (antarayah), vivo e intenso, con todas sus cualidades perturbadoras y dolorosas. Por tanto, es un proceso que tiene dos partes, ocurre la distracción y a continuación pasa a ser un obstáculo. Si la primera parte (la distracción) no sucediera, entonces, la segunda parte (el obstáculo) no aparecería en la superficie como un problema.
Distracción y perturbación: Éstos son dos principios diferentes. Hay que tener en cuenta que primero debe haber distracción y la perturbación la sigue a continuación.
La siguiente píldora, el Jueves 11 de Febrero.
OM NAMAH SHIVAYA