8.- Alabdha-Bhûmi-Katva: Estancamiento, Pérdida de ilusión, Desubicación.
-El estancamiento: cuando la práctica se vuelve rutinaria nos estancamos, a menudo hay falta de perseverancia.
-Debemos partir a una dirección clara sin distracciones, con intenciones claras de la dirección para nuestro autoconocimiento y desarrollo.
-¿Cuántas veces nos hemos visto teniendo una mente clara?
-Para después perdernos en un pensamiento de ansiedad o miedo.
-Es cierto que a veces uno echa una mirada hacia atrás y ve orgullosamente todo lo que ha progresado pero también uno puede mirar hacia delante y ver todo lo que le queda por progresar, entonces aparece el desánimo.
-Descorazonados por todo lo que falta, uno es incapaz de dar un paso más, cuesta horrores caminar en nuestro sendero marcado porque cada paso tiene el peso del tiempo, del tiempo futuro.
-Es precisamente el ego el que vive en ese tiempo lineal que va del pasado al futuro sin apenas detenerse en el presente, un tiempo que habla de causas y efectos.
-Y, sin embargo, la vida nos dice que no pensemos en nuestra rentabilidad, que cada momento es un fin en sí mismo.
-Pues la meta no está en un futuro sino en el eterno presente.
-Eso es precisamente lo que congela los ánimos, no ver todavía tierra firme cuando ya estamos cansados de navegar.
-La falta de perseverancia nos bloquea cuando todo parece que no avanzamos, aunque internamente se esté cociendo un proceso fértil de crecimiento espiritual.
-Es que incluso con una práctica sostenida todavía sentimos estados mentales masivamente negativos?
-Quizás se ha alcanzado una meseta, pero esto es simplemente una cuestión de perspectiva.
-Quizás la expectativa no sea realista en primera instancia, porque lo que surge de una práctica continua es un espectro completo de experiencia y la sabiduría para lidiar con el cambio con gracia y elegancia.
-Una intención firme y sólida, un deseo de superarse a sí mismo, es un buen lugar para comenzar. Mantén la ilusión de que uno necesita ser flexible, fuerte o estar realmente enfocado para practicar.
-Suele ocurrir, que creemos que estamos avanzando cuando de repente, nos damos cuenta que nos falta mucho por hacer.
-Nos desilusionamos, tenemos cambios de humor.
-No nos interesa intentarlo otra vez, cambiar la forma de hacer las cosas. No queremos dar mas pasos. Incluso pensamos: «esto no es para mi, pensaba que si pero ahora me doy cuenta que no». FRACASO
-Es inevitable para el buscador pasar por este obstáculo. Siempre acudirán momentos de desánimo en este recorrer de un camino arduo y difícil. Siempre se pasarán por momentos de desilusión.
-Incluso ponemos expectativas de como y de que manera nos ha de ayudar Dios, y si no se cumplen, hasta llegamos a decepcionarnos porque pensamos que Dios no nos quiere ayudar. Y entonces uno se derrumba.
-Pero siempre hay apoyos a los que podemos acudir, sino cuando estamos en lo más hondo del abismo, sí cuando la oscuridad máxima empieza a disiparse.
-Cuando nos hemos mantenido quietos en la oscuridad, y empieza a vislumbrarse un poquito de luz, nos damos cuenta que los obstáculos en el camino no son más que para que nos demos cuenta, precisamente de eso, de lo afortunados que somos de estar recorriendo el camino hacia Dios, que no es lo más importante en una vida, sino lo único que importa.
-Hay que recordar todos aquellos momentos que haciendo el camino, hemos sentido una verdadera felicidad en nuestro interior, hemos estado instalados en el gozo, aunque sólo sea por unos segundos, da igual.
-Y ahí es precisamente donde encontramos la fuerza que necesitamos para vencer a la desilusión y al desánimo.
OM NAMAH SHIVAYA