Satsang: Sat: Verdad, Ser. Sanga: unirse a.
SINTESIS SATSANG 07.07.2024
Enseñanzas de Amma, compartidas por Luis
El apego humano es una enfermedad, el apego al Gurú es la cura
“Los seres humanos tienen dos grandes problemas. Uno surge cuando no consigues lo que deseas, y el otro, por extraño que parezca, surge cuando logras tu deseo”.
Pregunta: “Amma, ¡qué raro! ¿Cómo puede surgir un problema cuando consigues lo que pretendes?”
Amma: “Hijo, es sencillo. Siempre que se cumplen tus deseos, se desencadena automáticamente una serie de problemas a causa de tu apego por aquello que has alcanzado. Cuando logras algo tiendes, a continuación, a protegerlo, aumentando así tu afán de posesión. La mente se torna confusa, tanto si consigues lo que deseas como si no. En tu lucha por conservar lo conseguido, sea lo que fuere, destruyes tu paz mental. El apego creado por tu mente constituye, por tanto, el verdadero problema. El apego es una enfermedad. Si una persona está demasiado apegada, puede incluso volverse loca.
No puedes estar apegado a algo en el mundo y, al mismo tiempo, estar en paz; porque un excesivo apego origina una gran tensión mental, lo que inevitablemente producirá dolor. Cuando te apegas demasiado a algo, el nerviosismo y la ansiedad que produce ese apego aceleran el proceso del pensamiento e intensifican el caos mental. Es tal la presión que se produce que al no poder soportarla tu mente se torna incontrolable. No sabes hacia dónde encaminarte ni a quién recurrir, ya que pierdes todo poder de discernimiento. Tu mente se transforma, al igual que un bosque tras el paso de un ciclón. Hasta ese momento podías observar, desde una cierta distancia, todas las cosas, y también a medida que estas se presentaban en tu vida. Sin embargo, llega un momento en el que la presión del apego alcanza su grado máximo, la carga se vuelve demasiado pesada y ya no sabes qué hacer ni cómo vencerla.
Pierdes tu dominio sobre la vida y, al sentirte inmensamente solo y desilusionado, te conviertes en una víctima fácil de tu mente. Te ahogas en tus pensamientos, ya que te desbordan y engullen a medida que te identificas con la mente y con sus emociones negativas. Corres el peligro de que te sobrevenga un colapso emocional que te empuje hacia los reinos más oscuros de la mente. Puedes incluso perder la razón. Esto es lo que pueden provocar todos tus apegos.
La Madre va a relatar una historia que hace tiempo le contaron. Una vez, un hombre visitó el sanatorio de un médico amigo suyo. El médico lo llevó por todo el hospital para visitar a los pacientes. En una celda se encontraba un hombre sentado en una silla, balanceándose, mientras repetía feliz, una y otra vez, el nombre “Pumpum, Pumpum, Pumpum…” El visitante preguntó al doctor: “Pobre hombre, ¿qué le ocurre? ¿Quién es Pumpum?” El doctor le contestó: “Pumpum era su amada. Ella lo abandonó y huyó con otro hombre, lo que provocó su locura”. El visitante suspiró, y continuaron la visita. Al acercarse a otra celda, el visitante se sorprendió cuando vio en su interior cómo otro hombre se golpeaba la cabeza contra la pared, mientras pronunciaba el mismo nombre: “Pumpum, Pumpum, Pumpum…” De nuevo preguntó al doctor: “¿Qué es todo esto? ¿Pumpum tiene algo que ver también con este hombre?” El doctor le respondió: “Sí, este es el hombre con el que finalmente PumPum se casó”.
La gente no cesa de perseguir objetos mundanos. Por eso, y a pesar de toda su educación y conocimiento intelectual, la gente sigue sintiéndose desdichada e insatisfecha. Incluso los más ricos se sienten desdichados. Se hastían fácilmente y su insatisfacción les provoca constantes y nuevos deseos. Sienten que siempre falta algo en sus vidas para sentirse completos.
La vida es un don precioso. Sin embargo, no usamos nuestro discernimiento para realizar una buena elección. Elegimos las cosas equivocadas y terminamos sintiéndonos desgraciados. El problema radica en nuestro interior. Es nuestra actitud equivocada la que engendrará insatisfacción y aburrimiento. Damos demasiada importancia a lo que sólo es secundario, y dejamos de lado lo que es esencial y primordial.
La madre pasó entonces a relatar otra historia para ilustrar esta enseñanza.
Una persona sufría dos clases de padecimientos. Padecía de la vista y también tenía problemas digestivos. Fue a consultar a un médico y éste le recetó un colirio para los ojos y un jarabe para el estómago. Tenía que ponerse en los ojos una gota de colirio y tomar varias cucharadas de jarabe para mejorar su digestión. Pero desgraciadamente, el paciente, en su nerviosismo, confundió las instrucciones de su médico. Cuando llegó a su casa, se bebió una porción del colirio y en sus ojos se echó unas gotas de jarabe. Consecuentemente, los dos problemas se agravaron.
La misma gran confusión reina en nuestras vidas. Si queremos llevar una existencia plena de satisfacciones y beatitud, debemos dar mucha más importancia al alma, a la realización del Ser, y otorgar menos importancia al cuerpo. Sin embargo, actuamos a la inversa. Confundimos los recipientes y aplicamos el remedio equivocado a la enfermedad inadecuada. Toda la energía, cuidados y atenciones que deberíamos dedicar al alma, la concentramos en nuestro cuerpo, en embellecerlo e idolatrarlo. El alma apenas recibe unas gotas de nuestra atención, la dejamos abandonada a su propia suerte. En nuestra confusión, adoptamos una perspectiva errónea, pensamos y actuamos de manera negativa, lo que engendra hastío e insatisfacción.
Una vez establecido en el Ser, estás permanentemente dispuesto a dar, no deseas nada. En tal estado no es posible el aburrimiento. Amma sólo quiere dar, no necesita nada, ni espera nada de nadie. Ella se conforma con lo que la vida le regala. Por eso Amma no se aburre jamás.
Para poder dar sin cesar, debe desaparecer el sentimiento de separación, todo sentido de dualidad, lo que significa transcender la mente. Sólo entonces podrás dar verdaderamente, sin desear, tomar o recibir nada. El aburrimiento procede de tu egoísmo y de tu visión egocéntrica. Cuando estáis en el Atman, cuando tu centro cambia del yo al Ser y careces de otro centro, quedas completamente liberado del tedio.
El amor de Radha por Sri Krishna y el amor de Mira por su amado Giridhar no se extinguieron, son eternos. Ninguno de ellos esperó recibir nada a cambio por su amor. Todos ellos entregaron en abundancia, vivieron en la dicha y la plenitud, y jamás se aburrieron. Todo lo que recibían, fuera bueno o malo, lo apreciaban y aceptaban de buen grado. Por ello siguen habitando en nuestros corazones. Se volvieron inmortales porque renunciaron a todo. Sólo empiezas a vivir de verdad cuando mueren tu ego y tu mente. Radha y Mira dieron muerte a sus egos. Mira decía: “Oh, Giridhar mío, no importa si no me amas, pero mi Señor, nunca me arrebates el derecho de amarte”. Esa era su actitud. Radha y Mira eran totalmente desinteresadas, su amor era puro, carente de ego y de pensamientos egoístas.
Cuando vives obedeciendo a tu mente, actuando según sus caprichos y fantasías, no eres tú mismo, sino la mente. Esta forma de actuar constituye una verdadera locura. Es como si estuvieras muerto, ya que estás viviendo como si tu fueras un simple cuerpo y una mente, sin reconocer tu verdadera existencia como el Ser. Si crees que tan sólo eres un cuerpo, vives ilusoriamente. ¿Acaso no es una locura considerar real lo ilusorio, superponer a la realidad aquello que no pertenece a ella? Mientras vivas en la mente, estarás bajo el dominio del aburrimiento.
La opresión y el ruido constante de tu mente constituyen una pesada carga que aumenta a diario y te abruma. Lo lamentable es que tú, el portador de esta carga, no eres consciente de su gran peso. Al creer que tu hastío y tristeza provienen de situaciones externas o de otras personas, vas de un lado a otro, acumulando experiencias de todo tipo hasta que, finalmente, quedas exhausto y te hundes en tu propio fracaso. ¿No deseas eliminar la carga de tu mente para sentirte libre y en paz? “Si, me gustaría”, dice la mayoría de la gente. Pero no quieren abandonar aquello a lo que se aferran. Creen que si lo abandonan se tornarán vulnerables y perderán su seguridad.
Incluso un niño pequeño posee este sentimiento. Si un niño no está en compañía de su madre o de su padre, se siente muy inseguro. Los niños siempre van de un lado a otro sujetándose al sari de su madre o a la camisa de su padre. Eso les hace sentirse seguros y protegidos. Pero no durará mucho porque la fuente de ese sentimiento de seguridad es inestable. A medida que el niño crece, aumenta el sentimiento de inseguridad porque descubre que la presencia de sus padres no constituye la verdadera seguridad. Empezará a sentir que tal presencia es más bien un obstáculo para su libertad. Pronto empezará a sentir que alguna otra cosa o persona puede proporcionarle más satisfacción que sus padres o su hogar, o la ciudad donde vive. La insatisfacción y el hastío van de la mano. Cuando empiezas a aburrirte con tus padres, quieres alejarte de ellos. Cuando te aburres de tu casa o de tu ciudad, procuras vivir en alguna otra parte. De igual modo, cuando te aburres de tu viejo coche, quieres comprar otro nuevo. Si te aburres de un largo noviazgo, buscas otra novia que sea diferente. En tu búsqueda de seguridad y satisfacción, abrazas constantemente la inseguridad. Nunca llegas a estar contento. Sólo sigues encontrándote con tu inseguridad e insatisfacción.
Es tu mente la que es insegura. Ella es la fuente de tu aburrimiento, de tus temores y de todos tus problemas. Deshazte de tu mente, en lugar de sustituir un objeto por otro. Si te libera de la mente, te convertirás en una nueva persona, con una visión fresca y siempre renovada de la vida. Mientras lleves a cuesta la mente, seguirás siento la vieja persona de siempre, acumulando los mismos temores, la misma inseguridad, aburrimiento e insatisfacción.
La verdadera seguridad en esta vida únicamente se encuentra en el Ser (Atman) o Dios. Y el único modo de liberarte de tu hastío es mediante la entrega de tu propio Ser a Dios o a un Maestro Perfecto (Satguru). Sé un testigo de todo lo que sucede en la vida. Eres el Purusha eterno. Eres Purnam (Perfección). Eres el Todo y no un individuo limitado. Elimina tus sentimientos de dolor, aburrimiento e insatisfacción. Vive en el gozo supremo y en la plenitud.”
Cuando terminó la conversación, nadie sentía deseos de hablar. La explicación que la Madre acababa de dar era tan hermosa y tan reveladora que, si antes alguien hubiese querido formular alguna pregunta, en ese momento la hubiera olvidado. La Madre permanecía con los ojos cerrados. Todos espontáneamente hicieron lo mismo, adoptaron una actitud contemplativa, absorbiendo con fruición la energía espiritual que de manera tangible se percibía en la atmósfera.
Más tarde, cuando empezaron a salir de su estado meditativo, la Madre pidió a los brahmacharis que entonaran un cántico:
Tú, que buscas
La felicidad por doquier,
¿cómo vas a encontrarla sin renunciar a tu vanidad?
Hasta que la Madre Universal,
Encarnación de la Compasión
No brille en tu corazón,
¿cómo podrás ser feliz?
La mente, Carente de amor
Y devoción hacia Shakti, El Poder Supremo,
es una flor sin fragancia,
una hoja arrastrada por las olas
de un mar tempestuoso.
Que no te sujeten las garras
Del buitre llamado destino.
Adora al Ser en soledad.
No esperes los frutos De tus acciones,
Adora la forma del Ser Universal
En lo más íntimo de tu corazón.
Un tiempo más tarde, un devoto preguntó a Amma sobre el papel del Guru en nuestro proceso de crecimiento. Amma responde:
“Cuando estáis en presencia física de un Satguru, emerge todo vuestro dolor. Ha permanecido largo tiempo escondido en vuestro interior y ahora se manifiesta, pues un verdadero Maestro es como el sol, un sol espiritual. En su presencia no hay noche. Sólo la luz reina constantemente. Cuando el sol del Maestro brilla, penetra en lo más profundo de vuestra mente. Por la gracia de su Luz contempláis lo que habita en vuestro interior. Veis el infierno oculto que lleváis dentro, y al observarlo descubrís su existencia. Siempre ha estado allí, pero lo desconocíais. ¿Cómo vais a libraros del dolor oculto si no sois conscientes de su presencia? Es importante que sepáis que su origen está en vuestro interior, no procede del exterior. Hasta ahora habéis creído que el dolor se producía a causa de factores externos: relaciones rotas, deseos insatisfechos, la muerte de alguien, la ira de los demás o sus insultos e injurias. Pero la verdadera causa se halla en vuestro interior. Y ahora, ante la luz infinita de la gloria espiritual del Maestro, se os revela claramente. Comprendéis que todo vuestro dolor reside únicamente en vuestro interior.
Recordad que el Maestro no permitirá que en esa empresa luchéis solos. Os ayudará usando su infinita energía espiritual y procurará que sanen todas vuestras heridas. El dolor está causado por la mente y las tendencias negativas. Cuando lleguéis a entender la naturaleza de vuestro dolor, necesitaréis cooperar con el Maestro. Él es el médico divino cuyo poder y energía son inagotables. Recordad que sois los pacientes que debéis someteros a una gran intervención quirúrgica. Pero no os preocupéis, podréis confiar plenamente es este médico. Tened una fe total en él. Estáis en su sala de operaciones. Dejad que trabaje con vosotros, cooperad con él y no luchéis; quedaos quietos y no os mováis. Por supuesto, os aplicará anestesia. El amor incondicional y la compasión que él expresa a través de todo su Ser, actúa como la anestesia que os prepara para la operación.
Una vez que el Maestro empiece a operar, no permitirá que os vayáis. Ningún médico deja que un paciente se escape a mitad de la operación. De un modo u otro el Maestro se encargará de que permanezcáis en la mesa de operaciones todo el tiempo, pues sabe el peligro que entraña cualquier abandono repentino. El Satgurú no os dejará marchar. Pero la intervención llevada a cabo por Éste no es nada dolorosa, si la comparamos con la pésima condición de vuestra enfermedad y con el gozo supremo y demás beneficios que vais a obtener. El desbordante amor y la compasión del Maestro aliviarán en gran manera vuestro dolor. El Satgurú es uno con Dios y, por tanto, os sentiréis envueltos en el amor y la compasión de Dios.
El Maestro no causa dolor, más bien lo destruye. No tiene intención de daros un alivio momentáneo, sino definitivo, eterno.”
Que Amma nos dé Su Luz y Su Fuerza, Luz para poder hacernos conscientes de nuestras heridas y egoísmo, y Fuerza para permitir que Amma, la médica Universal, nos cure de todo mal, de forma definitiva y para toda la eternidad.
Gracias
Om Namah Shivaya