Una vez, un guru en su ashram, estaba hablando a sus discípulos de la variedad de la naturaleza humana. Él llenó cuatro vasos de agua y puso una piedra en el primer vaso. No hubo cambio en el agua. La piedra se fue al fondo del vaso.
Después puso un terrón de barro en el segundo vaso. El barro se disolvió en el agua enturbiándola.
Luego puso una guedeja de algodón en el tercer vaso. El algodón se empapó lentamente y el agua se infló.
Finalmente puso un caramelo en el cuarto vaso. El caramelo se disolvió y el agua se endulzó.
Señalando al primer vaso, dijo el Guru: “Ellos representan cuatro tipos de personas. La mayoría se comparan a una piedra. Ni mejoran, ni mejoran las vidas de otros.
El segundo tipo es como el terrón de barro. No solo no benefician a la sociedad, también contaminan las mentes de aquellos con los que entran en contacto. Contaminan las mentes de toda la sociedad.
El tercer tipo es como la guedeja de algodón en el agua. Son totalmente egoístas. Tratarán de apoderarse de todas las cosas del mundo para ellos mismos y para su propio disfrute. Acopiarán fortuna pero nunca ayudarán a otros.
El cuarto tipo es como el caramelo. Desprenden dulzura en las vidas ajenas. Tales personas deben ser tomadas como ejemplo y si lo seguimos nuestras vidas también se llenarán de dulzura. Lentamente, nuestra dulzura se infundirá en las vidas de los demás.
Podéis preguntaros cómo una persona puede crear la diferencia en el mundo. Incluso los pequeños actos de bondad pueden conmover a otras personas. Por ejemplo, cuando sonreímos a otro, ese otro nos devuelve la sonrisa. De igual modo, las buenas acciones que realizamos inspirarán a otros a hacer el bien.
No perdamos ninguna oportunidad de realizar un acto insignificante de bondad. Igual que incontables gotas de agua forman un río, los pequeños actos de bondad que hagamos hoy, serán el instrumento para lograr mañana una gran transformación social.
El fuego es la deidad que preside la palabra hablada. Las cualidades del fuego son el calor y la luz. No obstante, en tiempos recientes, solo estamos emitiendo calor y humo, en lugar de luz. Este calor y humo nos están ahogando.
Seamos capaces de unirnos como uno solo para encender la lámpara del conocimiento interna y externamente, con lo que eliminaremos el calor y el humo. Si permanecemos juntos como uno, podemos lograrlo. Hagamos lo correcto con auto confianza y con actitud de generosidad y amor.
Podéis peguntaros, “¿Cómo puede eliminarse esta densa oscuridad solo encendiendo una pequeña lámpara?”
Si cada uno de nosotros enciende una pequeña lámpara, la fuerza de la luz se multiplicará y todo se iluminará. Así mismo, esta acción nos ayudará a encender la lámpara en nuestros corazones.
La autora es una líder espiritual y humanitaria reconocida mundialmente.