DESAPEGO Y SUFRIMIENTO
Pregunta: ¿Cómo encontrar paz y serenidad?
Amma: Para lograr paz y serenidad tenemos que modificar, en primer lugar, nuestra forma de pensar errónea. Actualmente creemos que la paz nos viene “de fuera”, y esa falsa concepción nos hace buscarla en el exterior, en los objetos mundanos. Pero, de hecho, la paz verdadera procede del interior. Dentro de vosotros está la fuente eterna de paz. Hay que comprender, primero, esta verdad para ponerse a trabajar y llegar hasta ella.
Para conseguir esa paz, la mente tiene que estar en soledad. No se trata de sentarse, sin más, en medio de un paraje natural. Un entorno así no es más que una pequeña ayuda para conseguir la auténtica soledad. La soledad verdadera es la soledad de la mente, lo que significa concentrar en un solo objetivo la mente. Si vuestra mente está alterada, ni siquiera un bello lugar os dará paz. Por tanto, hay que intentar apaciguar progresivamente la mente, controlándola e impidiendo que persiga cualquier objeto o idea
Pregunta: Amma, cuando vemos el sufrimiento del mundo, algunas veces pensamos que Dios es cruel.
Amma: “Eso es lo que dice todo el mundo. Nuestro sufrimiento está creado por nuestras propias acciones. Somos nosotros los únicos responsables. Dios no es de ningún modo responsable. Es necesario poseer algo de discernimiento para comprenderlo. Supón que te encolerizas con tu esposa y la abofeteas. Después de eso, tu mente se verá alterada. Te sientes muy triste por haber golpeado a tu esposa y, ciertamente, sufres. Pero, ¿de dónde procede la ira? Procede de ti, ¿no es cierto? ¿Por qué te has encolerizado? Tal vez porque ella no te ha traído el café a la hora. Tu deseo de beber café a la hora acostumbrada no se ha satisfecho, y te has alterado. Toda esta situación es debida a tu apego al café. Cuando el deseo no se satisface en el momento esperado, pierdes tu capacidad de discernimiento y tu equilibrio mental.
Hijos míos, Dios no es cruel. Él es la misma compasión. ¿Acaso alguien llama verdaderamente a Dios? Nadie dice: “¡Oh! Señor, sólo te quiero a ti”. Más bien, decimos: “¡Oh! Señor, dame esto, dame aquello”. Es así como rezamos. Sólo queremos satisfacer nuestros deseos. No rezamos para que venga a residir en nuestros corazones
Hijos míos, el sufrimiento surge cuando el deseo está presente. Incluso antes de la Creación, Él había dicho: “Estaréis siempre en la dicha divina si seguís este camino. Si tomáis el otro camino, sólo conseguiréis sufrimiento.” Hijos míos, habéis caído en el foso por haber desobedecido estas palabras, y ahora decía que habéis sido empujados. Dios nos había hablado de dos caminos. De vosotros depende la elección. Si queréis alcanzar la dicha eterna e infinita, el camino hacia Dios es accesible, pero hay que trabajar duro. Si sólo estáis interesados en las alegrías momentáneas, entonces tenéis abierto el camino del mundo. También deberéis realizar esfuerzos, pero menos que para alcanzar a Dios.
Pregunta: ¿Por qué hay dos caminos? ¿No bastaría con el camino de la felicidad? ¿Por qué Dios ha introducido la vía del sufrimiento?
Amma: ¿Qué quieres decir? ¿Que basta con la felicidad y no es necesario el sufrimiento? Todo está presente en la Creación. Hasta una pequeña aguja y una brizna de hierba tienen su razón de ser. Nada es innecesario. Observa atentamente. Es el sufrimiento el que ayuda a nuestro crecimiento. Los seres humanos no trabajan ni progresan si no hay sufrimiento. El miedo al sufrimiento y al dolor nos hace trabajar
Es vuestra mente la que crea el sufrimiento, no Dios. La Creación debe incluirlo todo, tanto lo bueno como lo malo. Lo uno sin lo otro no constituyen la Creación. Nuestro deber es actuar comprendiendo el lugar y la importancia de cada objeto
Dios nos ha dado instrucciones claras sobre la vía del gozo y la del sufrimiento. ¿Acaso no podemos evitar caer en los mismos errores, escuchando sus consejos?
Hijos míos, es como si preguntáramos por qué Dios ha creado el fuego, que es peligroso.
Hay un niño y hay un fuego. Un niño puede quemarse con el fuego. Pero Dios ha dado al niño una madre para advertirle de los peligros de jugar con el fuego. No podemos decir que el fuego no debería existir a causa de los numerosos niños que habitan en el mundo. ¿Cómo haríamos para cocinar nuestra comida?
. Vuestra madre os ha dicho muchas veces que el fuego quema y os ha advertido para que no os acerquéis a él. Pero si la desobedecéis, ¿de quién es la culpa?