Del 9 al 11 de Octubre, como un viento de amor constante, llegó Amma y se fue. Sólo fueron tres días, pero su intensidad fue tal que nos mantendrá cálidamente abrazados durante todo el año. Hemos sido más de 1000 los que nos apuntamos a hacer seva: el servicio desinteresado que nos ayuda en nuestro constante crecimiento personal.
Sevitas llegados de muchos lugares, de toda la Península, de Francia, de Italia, de Sudamérica...con las mochilas a la espalda, los sacos de dormir a punto, las ganas de conocernos, de compartir, de servir. Unos para cinco días, otros para tres, algunos sólo para unas pocas horas, todos con deseo de servir. Abrazos con conocidos a quienes no veíamos desde un año atrás y con gente nueva que vino por primera vez. Reencuentros y descubrimientos. Bailes en la cocina y gestos de complicidad por los pasillos. Equipos improvisados y súper efectivos para tender moqueta de última hora o repasar las duchas una vez más.
Hicimos pizzas, cortamos verduras, hablamos del Centro Amma de España, en Piera; paseamos periodistas, explicamos Embracing the World; servimos cafés y chocolates, colaboramos en los puntos de venta, barrimos, fregamos, dimos lo que teníamos y...sonreímos.
Sonreímos a la gente que hacía cola, ilusionada por reencontrar a Amma, y a los que venían por primera vez; sonreímos cuando le cantamos bhajans y cuando acompañamos a la gente al darshan o les acogimos después de recibir el mantra. Sonreímos mucho, porque Amma nos lo ha dicho siempre: como poco, regala una sonrisa. Y, sobre todo, sonreímos porque nos sentíamos tan felices que las palabras no bastaban. Brillando de ilusión ante un nuevo encuentro con Amma.
Y Amma nos llamó el primer día a su darshan, a su abrazo, un regalo inesperado. La voz se corrió a la velocidad del rayo y se sucedieron las carreras para conseguir un número. Y ahí las sonrisas se dispararon. Sentirse únicos en la unidad, así es estar en los brazos de Amma.
Ir al encuentro de Amma es una experiencia siempre nueva y distinta y cada persona lo vivimos de una manera especial, íntima y preciosa, pero todos compartimos sentimientos: nos sentimos acogidos desde lo más profundo, mecidos y abrigados por esa ola de compasión y amor que se llama Mata Amritanandamayi Devi, nuestra querida Amma.
Te esperamos, Amma, el año que viene, con la misma ilusión de siempre.
-----------------------------------------------------------------------------