Extractos del mensaje de Amma.
Estamos ante un precioso momento de la interminable corriente del tiempo, diciendo adiós a 2023 y celebrando la llegada de 2024. Cada nuevo amanecer bendice el horizonte con un hermoso despliegue de colores. Del mismo modo, pidamos que este nuevo año os colme a todos con la brillante belleza de la alegría, paz, amor, prosperidad, buena fortuna y otros bienes materiales y espirituales.
Justo hoy hemos terminado de escribir una página en el libro de nuestra vida. Ahora pasamos de esta página a una nueva. Hasta cierto punto, tenemos la libertad de elegir lo próximo que vamos a escribir y cómo. Intentemos que esté lleno de intenciones y acciones positivas llenas de sentido y con lecciones de vida ejemplares.
Muchos países del mundo están pasando por vulnerabilidades extremas debido a guerras, terremotos y otras calamidades. Pidamos que el año 2024 traiga la paz a esas naciones. Amma reza al Paramatman – Ser Absoluto - para que la gracia divina haga realidad este deseo.
El Año Nuevo se celebra en todo el mundo cada año. Hogares y calles se decoran con luces. Se danza, canta y saluda con un “¡Feliz Año Nuevo!”. Sin embargo, el 2 de enero por la mañana la humanidad pone fin a esta carrera frenética. Todos se recogen en ellos mismos. Pensamientos vengativos, egoístas y odiosos sumergen las mentes humanas en la oscuridad. Hasta ahora, así han sido nuestras celebraciones de Año Nuevo. Si continuamos de este modo el mundo no se beneficiará. Por el contrario, sufrirá dolor.
No hay nadie que no aprecie la novedad. Un nuevo calendario, un nuevo diario, una nueva pluma, un nuevo teléfono, un ordenador nuevo nos colman de alegría. Esto sucede así, porque siempre deseamos cambios. Eso revela el subyacente defecto básico de todos los objetos del mundo material. Ningún objeto puede proporcionarnos felicidad o paz permanentes. Una vez atrapados en este ciclo, la vida nunca será nueva ni gozosa. Este factor siempre fresco y nuevo es el amor incondicional. Si este amor está presente, siempre permaneceremos frescos y felices, dondequiera que estemos.
Amritapuri celebró la alegría del nuevo año con actuaciones culturales y bhajans.
Mucha gente hace resoluciones al comienzo de cada año. Puede ser emprender un nuevo negocio o expandir uno ya existente o comprar una casa nueva con más habitaciones y comodidades. Otros deciden comprar un coche más caro o viajar a nuevos destinos o aumentar su saldo bancario… ¿Pero cuántos, al amanecer del nuevo año reflexionan y deciden reducir su egoísmo? ¿Ser un ser humano mejor? ¿o intentar amar, sino a todos, al menos a algunos por igual? ¿Mostrar compasión al que sufre? ¿Amar y proteger la Naturaleza? ¿Corregir los propios errores en lugar de criticar los ajenos? Tales resoluciones son las que realmente aportan novedad a la vida.
Podemos sentirnos atraídos por muchos objetos del mundo material. Esperamos que nos aporten satisfacción y gozo. Pero la felicidad que producen tiene una vida corta. Su encanto palidece y empezamos a desear algo nuevo. Cuando obtenemos lo siguiente también la alegría dura poco. Pronto nos cansamos del nuevo objeto. El mismo objeto puede convertirse en una fuente de tristeza. Incluso el coche más lujoso puede tener un accidente. Podemos rompernos un brazo o una pierna. Sin una auténtica comprensión de esto, podemos seguir deseando objetos materiales, uno tras otro. Pero al final lo que queda es tristeza y decepción. Finalmente, nos damos cuenta, que la felicidad permanente solo se encuentra en el interior, por tanto, necesitamos volvernos hacia él.
Cuando integramos principios espirituales, absorbemos el conocimiento para realizar cada acción con sabiduría. Cuando realizamos acciones con el conocimiento apropiado, somos conscientes de encontrar más gozo en estas acciones y que ese gozo no depende de factores externos. Esa es nuestra naturaleza inherente. Más aún, aportamos gozo y felicidad a otros.
Estad dispuestos a mirar al año que termina para identificar nuestros errores, corregirlos y aceptar nuevos comienzos positivos. Imaginad un hermoso jardín lleno de flores. Habrá muchas hojas por el suelo. Si el jardinero dice, “no voy a rastrillar ni una hoja muerta”, el jardín se llenará de hojas podridas. Su mal olor se sobrepondrá a la fragancia de las rosas. Hay flores fragantes dentro de cada uno de nosotros, como lotos emergiendo de la suciedad. Definitivamente, podremos manifestar la bondad dentro de nosotros.
Nuestro amor y disponibilidad internos para perdonar y olvidar es lo que mantiene frescas y bellas nuestras vidas. De las virtudes del pasado debemos eliminar sus elementos decadentes sin dudarlo. Eliminar las impurezas del odio, los celos y la competición, e intentar establecer las cualidades del amor, fe y cooperación en nuestros corazones. Entonces la vida será como un río que fluye en su curso sin impedimentos.
Debemos ser un ejemplo para nuestros hijos y hacerlos comprender estas cosas desde la infancia. No importa cuántos coches, motos o ropa cara podamos comprarlos ni a cuantas vacaciones en el extranjero podamos enviarlos. Si no los enseñamos los valores espirituales desde la infancia, continuarán queriendo más y más. Cuando enseñamos a los niños a trabajar duro y los valores espirituales desde la infancia, aprenderán a agradecer todo y a no perder el tiempo.
No sabemos cuánto tiempo viviremos. Mientras vivamos debemos amarnos y así bendecir nuestras vidas. Perdonar y ser pacientes con los errores ajenos ayudará a eliminar cargas de nuestras mentes. Si hemos causado dolor a alguien, debemos pedir perdón. Si hacemos todo esto, la tristeza se alejará de nuestra vida y disfrutaremos plenamente de gozo.
Para que nuestras esperanzas florezcan y produzcan frutos, debemos caminar cada día en alerta, atención y discernimiento. En realidad, no hay nada nuevo en el Nuevo Año, solo es otro día. Su novedad e importancia surgen de nuestra nueva resolución. Si así lo queremos, podemos hacer que cada día sea nuevo y hermoso. Es nuestra propia mente la que hace que nuestra familia, actividad y vida sean hermosas, feas u odiosas.
Dirigir una compañía de quinientos empleados es dirigir quinientas mentes. Si no aprendemos a dirigir nuestra propia mente y pensamientos, toda la compañía estará en riesgo. Así como dirigimos el mundo externo, debemos aprender a dirigir nuestro mundo interno. Si no, nuestra personalidad no evolucionará por completo.
Amma nos da una lista que pueda ayudarnos a mejorar nuestra vida:
- Ser agradecidos con la vida. Agradecer toda experiencia vital y a quienes nos ayuden en el viaje de la vida. Mostrar agradecimiento a la Tierra y la Naturaleza.
- Los buenos hábitos marcan la buena dirección en nuestra vida y nos alejan de la senda inapropiada. Al mismo tiempo, tenemos que intentar eliminar los malos hábitos. Hacer una lista de los malos hábitos en un diario, por ejemplo, la gula, la pereza, la adicción a los móviles, el deseo compulsivo por la comida rica. Observar nuestro progreso en la erradicación de malos hábitos.
- Afronta todos los retos con serenidad. Prepara tu mente para aceptar todas las experiencias. Enciende la llama de la fe en la vela de tu mente. Incluso en un huracán, mantén la mayor vigilancia para mantener la llama encendida.
- Desarrollemos el hábito de la risa y la sonrisa. La risa es la mejor medicina para la salud física y mental. La risa es contagiosa y fluye con facilidad hacia los otros.
- Pongamos conocimiento en cada pensamiento y acción.
- Mantener la fe en el camino elegido, en Dios, en el Guru, en tu propio Ser. Esto te dará la fuerza para superar cualquier reto que la vida te presente.
- Responsabilízate de tus errores y malas experiencias. Esto nos ayudará a corregirnos
- Cuida tu salud. Si es necesario, cambia tu estilo de vida y hábitos alimenticios.
- Practica la meditación cada día para mantener la mente en calma.
- Sé compasivo con todo el mundo, incluyendo aves, otros animales, plantas y árboles.
Que en este nuevo año, nuestra mente permanezca serena, libre de temores, aflicción, odio o ira. Que la sonrisa del amor esté presente en nuestros labios. Que la compasión llene nuestro corazón. Que el sol del discernimiento brille en nuestro intelecto. Que todos bendigan el nuevo año con acciones que despidan la fragancia del amor y la compasión. Que la gracia divina bendiga a todos mis hijos.