En el caso de Athira, ella fue rescatada por Amma cuando tenía quince años, y fue atendida en el orfanato del Ashram en Paripalli, Kerala. Aunque tuvo que soportar traumas severos en su infancia, Athira dice que está agradecida a Amma por darla una vida en la que ella puede ayudar a otros, incluso con mayores sufrimientos.
Athira compartió sus experiencias después de su boda con Sandeep por Amma, ambos trabajadores de los Laboratorios Ammachi en la Universidad Amrita. Amma vertió lágrimas de alegría cuando bendijo este nuevo capítulo en sus vidas.
“Sandeep tiene un corazón lleno de compasión por aceptar a Athira en su vida y Amma se siente feliz por ellos. Amma pide que todos bendigan y recen por la pareja. Amma también desea encontrar un novio apropiado para la hermana menor de Athira. El padre de Athira murió joven, su madre era psicológicamente inestable y sufría de epilepsia severa”, dijo Amma.
“Para mí, Amma es todo, y siempre lo será. Ella es mi madre, mi padre, mi amiga, mi Guru, todo.” - dice Athira. Amma estuvo muy feliz en nuestra boda. Ella dijo que Sandeep es muy compasivo y esa compasión en su corazón fue lo que le hizo elegirme. El comprende la vida que tuve que soportar y a pesar de ello me aceptó. Así que pensé, Amma me dio esta vida con él.”
Athira y Sandeep son una pareja muy diferente a los padres de Athira. Sus padres se casaron muy jóvenes, felizmente, pero las cosas empezaron a cambiar cuando Athira tenía tres años. Los traumas graves infantiles de su madre resurgieron, se volvió mentalmente inestable y empezó a tener ataques.
Ver a su madre con esos ataques fue muy estresante para Athira y el resto de la familia. Todos los ingresos familiares se invirtieron en tratamientos médicos para tratar de controlar la epilepsia. El resto fue a parar a que el padre de Athira se refugiara en el alcohol para escapar al dolor. Athira tuvo que aceptar las circunstancias, e hizo lo mejor que podía como una niña.
“A los 38 años mi padre falleció, debido a toda la tensión, y no teníamos a nadie que cuidara de mi madre. Alguien nos habló de un orfanato de Amma, fuimos a Amritapuri a preguntar a Amma que podíamos hacer. Ella ecuchó todos nuestros problemas e inmediatamente dijo que ella se ocuparía de nosotras, ya que nuestra madre no podía.”
Amma puso a Athira y a su hermana cinco años menor que ella al cuidado del Orfanato Amrita Niketanam en Paripalli. No fue una transición fácil, dada la vida inestable que Athira había afrontado. Pero ella sintió intuitivamente el amor de Amma por ella.
La encargada del orfanato compartió historias acerca de la compasión de Amma con la gente necesitada, dándoles alimento, agua, hogares, sanidad, educación y asistencia en desastres. Pero aún más sorprendente para Athira fue el elemento que igualaba su vida, - Amma tomaba en sus brazos a miles de personas para debatir sus problemas y encontrar soluciones.
No tuve ningún afecto maternal de mi madre. Pero obtengo más que eso de Amma.
Athira
La experiencia de Athira se hizo más profunda, especialmente por su propia curación. Ella supo que el trabajo humanitario de Amma estaba basado en los principios espirituales del Sanatana Dharma. Aunque ella no conocía apenas nada acerca de prácticas diarias ni escrituras, Athira fue guiada por las enseñanzas amables de la encargada del orfanato.
“Ella nos enseñó la importancia de la archana, sentada, recitando con nosotras. No sabíamos sánscrito, ni siquiera la pronunciación, por lo que era difícil, pero ella nos enseñó pacientemente.” –recuerda Athira.
“Esto encendió mi fe en Amma y me aportó esperanza. Cuando afrontaba mis dificultades iba a la sala de oración del orfanato y rezaba ante la foto de Amma. No tuve ningún afecto maternal de mi madre, pero obtuve más que eso de Amma.”
“Amma me dio ese valor. Amma era mi único apoyo, especialmente apoyo mental. Íbamos a Amritapuri a recibir el darshan de Amma. Le contaba todos mis problemas y ella guiaba mis siguientes pasos.”
Al final de su vida escolar en Paripalli, Amma preguntó a Athira si le gustaría venir a Amritapuri y estudiar la licenciatura de administración de empresas (BBA) en la Univeridad Amrita. Amma la seguió muy de cerca, incluso instruyendo a Athira cuando ella no confiaba en como seguir adelante con su vida.
“Después del BBA, Amma dijo que estaba cualificada para encontrar un trabajo en una empresa externa, pero yo tenía miedo, porque no conocía el mundo. Mi vida era el Ashram y la Universidad. Así que Amma me dijo que trabajara en los Laboratorio Ammachi y viajara por las aldeas para enseñar yoga.”
“Ver la pobreza en las aldeas me cambió tan profundamente que me convertí en otra persona. Siempre pensé que estaba sola ante mis muchas dificultades, pero estas son personas que a menudo sobreviven con solo una comida al día.”
Según Athira fue ganando fuerza interior, sus responsabilidades se ampliaron a proyectos centrados en el empoderamiento de mujeres. Fue asignada al Centro de Empoderamiento de Mujeres e Igualdad de Género que trabaja con la Presidencia de la UNESCO por la Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer. La visión en una sociedad en la que no hay barreras para el empoderamiento social, emocional y económico de la mujer.
Los aldeanos no piensan en mañana. Viven el momento y se sienten en paz con lo que Dios los envie.
Athira
Los temores de Athira empezaron a desaparecer al unirse a equipos que viajaban a pueblos para dar a amas de casa formación profesional y destrezas para la vida, inculcándolas auto confianza e independencia. La Athira que una vez tenía miedo de dejar Amritapuri, conoció familias vulnerables en Kerala, Odisha, Chhattisgarh, Jharkhand, Gujarat, Uttar Pradesh y Tamil Nadu. Y a la larga, se dio cuenta de que ella había aprendido todo acerca de cómo afrontar los retos de la vida.
Ella explica que para los aldeanos, sus días se basan en ir a los campos por la mañana, regresar por la tarde y dormir a las 7 pm. Con una cultura arraigada en antiguas tradiciones, se reúnen en las fiestas para honrar a la madre naturaleza y al Divino.
“Ellos no piensan en el mañana, -dice Athira. Viven el momento y están en paz con lo que Dios quiera enviarles. Permanecen unidos en familia y comunidad. Su trabajo es estacional, unas veces ganan y otras no. A veces eso consiste en tener una comida de arroz y algunos pimientos. Y sin embargo se sienten bien”, dice Athira.
“Nosotros solo pensamos en ganar y ahorrar. Sí, esto es parte del desarrollo económico, y no digo que ello sea malo. Pero estamos demasiado apegados a él. Hemos perdido la capacidad de estar agradecidos por lo que ya tenemos. Los aldeanos aceptan la realidad de sus vidas y permanecen contentos. Me sentí muy estimulada por su actitud. Son almas puras.”
Al mismo tiempo, Amma aconsejó a Athira que estudiara a tiempo partido un master en Administración de Empresas en la Universidad Nacional a Distancia Indira Gandhi. De este modo Athira podría combinar su trabajo en los pueblos con una infraestructura académica de empoderamiento económico de la mujer.
Una de sus asignaciones más recientes ha sido el Proyecto SANKALP en colaboración con el Gobierno de India – adquisición de destrezas y conocimiento para la promoción de sustento. Es una iniciativa fundamental dirigida hacia una poblaciónde 4.500 mujeres por toda India. Athira consiguió nueve centros en el norte de Kerala.
“Nos centramos en organizar cursos de formación de seis meses en oficios como modistas y esteticistas para amas de casa. Cuando hablamos con ellas, empezamos por escucharlas directamente para entender sus situaciones vitales.
“Muchas de ellas habían afrontado retos de violencia doméstica y no habían recibido educación. Algunas eran analfabetas. La mayoría nunca había tenido forma alguna de independencia en su vida, así que nuestro trabajo fue ayudarlas a ganar valentía y auto dependencia.”
Quizá lo más profundo que refleja la historia de Athira es que comparte el efecto onda del amor y compasión de Amma. Comenzó con el rescate de Athira de la pobreza y abandono, que en definitiva le ha llevado a una vida en la que ella ayuda a salvar del sufrimiento a miles de otras personas.
“Amma trabaja a través de nuestras manos. Hagamos lo que hagamos, independientemente de los retos que afrontemos a lo largo del camino, todo está bien. Es nuestro seva para Amma. De hecho, este es un raro don que hemos recibido y solo puedo inclinarme en gratitud a Amma.”.