NEGOCIAR CON DIOS - 1ª Parte

SINTESIS SATSANG 02.02.2019
Enseñanzas de Amma, compratida por Ânand
Negociar con Dios – 1ª parte

*Pregunta: Cuando nos enfrentamos a penas y obstáculos, rezamos. ¿Cómo es que Tú nos escuchas? ¿Qué hace Amma? ¿Nos quita el pensamiento y podemos sentirnos mejor?

*Este tipo de rezar no es oración, es negocio.

-Deseamos ver nuestros deseos cumplidos.

*Nuestra vida austera debería ser una oración.

*Deberíamos de estar conscientes en cada momento de nuestra vida.

*Dos ejemplos de estar alerta y consciente.

-Cuando uno conduce un coche, está alerta  y consciente, no sólo conduce, sino que está alerta, delante, detrás, a los lados,...

*Un soldado que está de vigilia, está alerta y consciente por si llega el enemigo.

-Cualquier descuido le puede hacer mucho daño a su país.

*Así es como debemos ser.

*Que la oración forme parte inseparable de nuestra vida.

*Estar constantemente alerta.

*Esto nos ayuda a sintonizar con la presencia Divina.

*Si conectamos con la presencia Divina, desaparecen penas y tristezas que las creamos nosotros.

*Las penas y tristezas no las crea Amma.

*Si conduces un coche y aparecen curvas y algunas cerradas, frenas, cambias las marchas, vas ajustando de acuerdo al terreno que pisas.

-Así debemos  hacer, ajustarnos de acuerdo a las situaciones.

-Usar correctamente el cambio de marchas y el viaje será suave.

-De lo contrario podemos caer en el abismo.

*La manera de ajustar nuestras vidas es, prestar el mismo interés a nuestras vivencias, que cuando conducimos el coche.

*El ajuste ha de ser en el interior, que es donde se encuentra la paz.

*Con esta comprensión debemos enfocar la vida.

*Y esta comprensión nos ayuda a enfocar nuestra mente en Dios.

*Actuar sin esperar resultados.

*Amar a Dios, sin esperar nada a cambio.

*Aprender a amar a los demás sin esperar nada a cambio.

*Amma no espera nunca nada de nadie.

*Es muy difícil hacer como Amma, porque siempre esperamos algo a cambio, pero por lo menos intentarlo. Tener esta actitud.

*Sin actitud de interés y sacrificio, no podemos esperar nada de la vida.

*Necesitamos tener esta actitud de renuncia y entrega.

*El sacrificio está incluido en todo.

*Un científico, después de muchos años de investigación, puede fracasar.

-Pero empieza de nuevo con entusiasmo.

-Utiliza el fracaso como trampolín.

*Este entusiasmo y optimismo, debe tener un aspirante espiritual.

RESUMEN

En diferentes ocasiones Amma ha dicho que no debemos negociar con Dios.

Nuestra relación con Dios debe ser sincera.

La sinceridad es esencial para dirigirnos a Dios, para hablar con Dios.

Pues una cosa es orar a Dios, y otra cosa muy diferente es negociar con Dios.

Dice la persona que pregunta:

Cuando nos enfrentamos a penas y obstáculos rezamos. ¿Cómo es que Tú nos escuchas? ¿Qué hace Amma? ¿Nos quita el pensamiento y podemos sentirnos mejor?

Amma responde:

“Este tipo de rezar no es oración, es negocio; deseamos ver nuestros deseos cumplidos”.

“Nuestra vida entera debería ser una oración”.

“Amar a Dios sin esperar nada a cambio”.

“Actuar sin esperar resultados”.

“Amma nunca espera nada de nadie”.

“Es muy difícil hacer como Amma, porque siempre esperamos algo a cambio, pero por lo menos intentarlo, tener esta actitud”.

“Sin una actitud de interés y sacrificio, no podemos esperar nada de la vida”.

“El sacrificio está incluido en todo”.

“Necesitamos tener esta actitud de renuncia y entrega”.

“Un científico después de muchos años de investigación puede fracasar, pero empieza de nuevo con entusiasmo”.

“Utiliza el fracaso como trampolín”.

“Este entusiasmo y optimismo debe tener un aspirante espiritual”.

En las palabras de Amma podemos darnos cuenta de la diferencia que hay entre orar a Dios y negociar con Dios.

Cuando negociamos con Dios, le pedimos insistentemente que nos de aquello que deseamos.

Oh! Dios mío, si me amas de verdad dame este chico como novio, o dame esta chica como novia, ni siquiera le pedimos un novio o una novia, sino alguien específico.

Oh! Dios mío, si me amas de verdad dame un trabajo, pero que sea este trabajo, en tal lugar, y en tal departamento, o...  mira como haces para que pueda comprar este coche, o... me gustaría tanto tener una casa como esta.

Y hasta le pedimos a Dios en nuestra negociación con Él, cosas más simples y cotidianas, y también claro está le pedimos cuando perdemos la salud.

Oh! Dios mío quiero tomarme este pastel, pero no tengo nada de dinero, me lo puedes dar por favor.

Oh! Dios mío deseo hacer este viaje, es el sueño de mi vida, dame facilidades para poderlo hacer.

Oh! Dios mío por favor llévate la enfermedad que tengo, no la quiero, me produce mucho dolor.

A todas estas peticiones, y otras del mismo estilo Amma le llama negociar con Dios.

A nosotros nos puede parecer oración, pero no lo es.

Y con todo y con esto Dios accede, y hace que nuestras peticiones se cumplan.

Entonces, ¿Si son negociaciones, porque accede Dios?

Pues a lo mejor accede para potenciar nuestra fe.

A lo mejor accede para que nos demos cuenta de que nos puede dar más, mucho más.

A lo mejor accede para que nos demos cuenta de que nos lo quiere dar Todo.

Amma dice que estas negociaciones con Dios son peticiones de migajas, que esto es pedirle migajas a Dios, cuando Dios lo que desea es dárnoslo Todo.

Dios desea darnos la liberación.

En el caso de pedir novios y novias, conozco historias en las que Dios les concedió lo que pedían estas personas, vivieron la relación, y al salir de ella ya no querían volver a repetir.

En otros casos, ya Dios les quitó la oportunidad de aparejarse, no les concedió el deseo, porque estaban preparados y tenían la fuerza necesaria para centrarse en Dios, por lo que les protegió.

Y también hay otros casos a los que Dios les concedió lo que le pedían y continúan viviendo lo que les toca vivir.

En uno de los tours de Europa que hice con Amma, vino una persona a contarme cuán grande es Amma; era una persona que también hacía el tour con Amma, me dijo no tengo ni un duro, nada de nada, pero me moría de ganas de tomarme un pastel de zanahoria, que es el que me gusta más, y  le decía a Amma: por favor Amma, quiero tomarme un pastel de zanahoria, y me lo quiero tomar ahora. Esta persona hacía un seva de llevar cosas de la cocina al comedor.

¿Y sabes lo que pasó Ânand?

Que mientras le pedía el pastel de zanahoria a Amma, entré en la cocina para llevar cosas al comedor, y me salió fulanito y me dijo: toma este pastel, han traído unos cuantos trozos, y este es el último.

No habían pasado ni tres minutos desde mi petición Ânand. Cuán grande es Amma.

Así somos nosotros, le pedimos estas migajas a Dios, y las queremos enseguida.

Lo queremos todo programado de acuerdo a nuestra propia historia personal, y esto está bien, siempre que tengamos la actitud de aceptar cualquier cambio que Dios nos proponga al programa que tenemos establecido.

Ayer llamó al ashram una mujer, que quería saber que días exactamente estaba Amma en Amritapuri, esta primavera, y los programas públicos, o sea los días que saldría a dar dharsan.

Le dije con Amma es todo impredecible, y más en la India, pero puedes ir siguiendo las noticias al respecto en la pestaña Yatra de la página web de Amritapuri

Hace unos días hablábamos de una mujer enferma de cáncer, pues bien esta mujer está dispuesta a ir a Amritapuri, a poner a los sagrados pies de Amma la enfermedad que tiene, sin ninguna expectativa de lo que le pueda decir Amma, sin ninguna expectativa de si Amma la curará o no, y hasta incluso aceptando que una vez en Amritapuri, Amma no la reciba.

Esto es orar por Dios, esto es oración, esto no es negociar con Dios.

Cuando alguien está enfermo ha de orar a Dios para que ocurra lo mejor para él/ella, pues sólo Dios sabe que es lo mejor para cada alma.

Cuando uno/a está enfermo/a, le ha de pedir a la propia enfermedad, le ha de pedir a Dios que le de Luz para saber los motivos por los que tiene la enfermedad, pues para esto ha venido. La enfermedad lleva uno o varios mensajes debajo del brazo, y tenemos que hacernos amigos de ella, para que nos los cuente. Esto es orar.

Hay que distinguir entre orar a Dios y negociar con Dios.

A Dios no hay que pedirle nada en concreto, ni siquiera cuando oramos por los demás.

A Dios hay que pedirle que sea lo mejor para aquella o aquellas personas, y este tipo de oración si que beneficia a aquel ser, pues al orar sin expectativas del resultado favorecemos el karma de aquel ser por el que oramos.

Lo que ocurre es que nos han educado a que la enfermedad viene de fuera, y alguien de fuera nos la va a quitar.

Y esto no es así.

Nosotros tenemos mucho que ver cuando contraemos una enfermedad.

He cogido un virus, puede decir alguien, y es cierto, pero... ¿qué pasa con todas aquellas personas que también estaban contigo en el momento que entró el virus en ti y nadie lo ha cogido, excepto tú?

Cuando contraemos una enfermedad, hay que ir al médico, claro que sí, cuando contraemos una enfermedad hay que orar sinceramente a Dios, y sobre todo hay que estar alerta del mensaje que la enfermedad lleva para nosotros.

Amma nos lo cuenta así:

“Deberíamos estar conscientes de cada momento de nuestra vida”.

“La oración ha de formar parte inseparable de nuestra vida, y estar constantemente alerta”.

“Esto nos ayuda a sintonizar con la presencia Divina”.

“Cuando conectamos con la Divinidad desaparecen las penas y tristezas que creamos nosotros”.

“Las penas y tristezas no las crea Amma.

“Si conduces un coche y aparecen curvas, y algunas cerradas, frenas, cambias de marchas, vas ajustando de acuerdo al terreno que pisas”.

“Así debemos hacer, ajustarnos de acuerdo a las situaciones”.

“Usar correctamente el cambio de marchas, y el viaje será suave”.

“Sino podemos caer por el abismo”.

“La manera de ajustar nuestras vidas, es prestar el mismo interés a nuestras vivencias que cuando conducimos el coche”.

“Debemos ajustar el interior, que es donde se encuentra la paz”.

“Con esta comprensión debemos enfocar la vida”.

“Esta comprensión nos ayudará a enfocar nuestra mente en Dios”.

El principal mensaje que nos quiere transmitir Amma es la suma importancia que tiene el estar alerta, el estar consciente de absolutamente todo lo que ocurre a nuestro alrededor.

¿Nos imaginamos en que estado de alerta está un soldado con el fusil al hombro haciendo guardia, o agazapado en la trinchera, pendiente del enemigo?

El estar conscientes y alerta de nuestra propia vida, nos hace más fuertes.

Más fuertes, significa que recurrimos a los elementos de fuera, miramos todo aquello que nos puede ayudar cuando lo necesitamos, sin rehuir a nuestra parte de responsabilidad personal.

Por ejemplo, voy a pedir un archana, y seguro que me quita mis penas y tristezas.

El archana seguro que te va a ayudar, pero no olvides, como nos dice Anmna, que las penas y tristezas no las crea Ella. Por lo que tú tienes tu parte de responsabilidad de lo que te pasa y porque pasa, y debes actuar en consecuencia.

Ni tampoco debemos caer en el error, de cuando vemos a alguien que lo pasa mal, decirle: venga va, que voy a pedirte un archana al ashram y todo resuelto.

Esto no es prestar una ayuda correcta.

Primero hay que saber el estado de conciencia de a quien queremos ayudar, y  si le podemos dar el mensaje que todo en la vida tiene un significado, que debemos hacer el esfuerzo de averiguar este significado, y que si así lo desea le pediremos un archana (oración colectiva de alta vibración) para que le ayude a descubrir porqué le pasa, lo que le está ocurriendo.

Y no decirle: no te preocupes, yo te pido un archana y todo te lo va a solucionar, con lo que nos situamos en un punto de querer decir: y el favor me lo debes a mí.

Pues esto puede crear más frustración a aquella persona que queremos prestarle ayuda de buena fe.

La conclusión de esta primera parte del satsang: Negociar con Dios, podría ser que el estar conscientes y alerta en la vida nos predispondrá más a la oración, que a la negociación con Dios.

El estar conscientes y alerta también nos hará más humildes ante Dios, para orar pidiendo que nos de Luz, pidiendo que ocurra lo mejor en nuestra vida, y en la vida de aquellas personas por las que oramos.

En la medida que vamos ajustando nuestra vida, como cuando conducimos un coche por una carretera que debemos prestar muchísima atención,...

Nos vamos dando cuenta que no sirve de nada negociar con Dios pidiéndole migajas,...

Y nos centramos en la oración sincera,...

Hasta convertir nuestra vida entera en oración.

OM NAMAH SHIVAYA

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