Satsang: Sat: Verdad, Ser. Sanga: unirse a.
SINTESIS SATSANG 29.11.2020
Enseñanzas de Amma, compartidas por Ânand
LA EDUCACIÓN
Me gustaría hablar hoy de la educación que hemos recibido, y de la educación verdadera.
Aquí en el ashram, hemos reducido un poquito el tiempo de seva, (voluntariado o servicio voluntario), al menos en el horario oficial, aunque luego queda el extraoficial, pues intentamos que no quede nada por atender en el día a día, tanto las cosas urgentes, como las que no lo son tanto, y hemos incrementado un poco más el tiempo de oración.
En las prácticas de la tarde, aparte del Guru Stotram, los 108 nombres de la Madre Divina, unos minutos orando para que mejore el bienestar en el mundo con el Lokah Samastaha...., los bhajans, y el Arati, compartimos cada día un mensaje de Amma.
Un mensaje de una o dos líneas. Pero ya sabemos que una palabra de Amma puede tener la profundidad del Océano, por mencionar una profundidad que no es fácil de comprender con nuestra mente.
Lo que nos da pie para mantenernos lo máximo de enfocados posible en la palabra de Amma, y al que le apetece hacer el esfuerzo de poner en práctica el mensaje del día, que Amma nos hace llegar.
El martes de esta semana compartimos un mensaje de Amma, corto, muy corto, y ahora que lo voy a escribir me doy cuenta de que tiene 9 palabras, un número divino.
El mensaje dice así:
EN LA EDUCACION REAL, LOS VALORES DEBEN SER INHERENTES.
Compartiendo este mensaje de Amma, casi nos comimos el tiempo que le dedicamos a los bhajans.
Es un tema el de la educación, que mueve muchas cosas en mi interior.
Amma dice que la educación que recibimos a temprana edad, queda grabada en nuestra mente, en nuestro ser. Es como si en un campo de césped recién plantado, lo pisas varias veces por el mismo lugar y se queda el camino hecho ya para siempre, la hierba no crece allí.
Así son los mensajes que recibimos sobre todo en la infancia; se quedan grabados como surcos profundos que nos hacen leer la vida de una manera determinada.
Nuestro comportamiento está condicionado por los valores que hemos recogido, los que nos han transmitido en nuestra infancia.
Puede ser que mientras hemos ido viviendo la vida, algunos conceptos cambien, pero el condicionante de la infancia es el que tiene más peso.
Y hay valores de los que hemos recibido de pequeños que nos sirven y mucho, pero en general el concepto y el objetivo de la vida, y la manera de ser felices, nos los han vendido al revés.
Uno de los mensajes que recibí de pequeño, fue: mira, trabaja mucho, gana mucho dinero, y con este dinero tendrás todo lo que desees, y serás feliz.
Me creí el mensaje, y me entregué a él, trabajé mucho, gané dinero, y si he de ser sincero, no me lo pasé mal, mejor dicho me lo pasé bien, y creía que aquello era la felicidad que me habían prometido, pero luego he descubierto, que no, que aquello no era la felicidad de la que nos habla la educación verdadera, la educación que nos transmiten los Maestros verdaderos, las enseñanzas que nos transmite Amma.
Amma nos habla de una felicidad que no depende de nada, ni de nadie.
Una felicidad que está en el interior de cada uno de nosotros, y que podemos acceder a ella, viviendo de una manera determinada, con unos objetivos que por lo menos en mi caso no me enseñaron de pequeño, y creo que la mayoría de personas nos encontramos así.
Casi toda la gente que estamos en contacto con Amma, saben de la felicidad que estoy hablando. Me refiero a estos segundos que por la Gracia de Dios, por la Gracia de Amma se instala un gozo en tu corazón, que ya no lo cambias por nada, que ya no lo cambias por nadie.
A estos momentos que vienen, cuando vienen, y desde luego sin ir a buscarlos, les llamo aperitivos.
Estos aperitivos que Dios hace que conozcas, para indicarte que ya estás siguiendo el tipo de educación que te transmite a través de Amma, y que este es el camino a seguir, este es el camino que debes continuar.
Lo que hace que vivas el aperitivo con profundo agradecimiento, y le digas a Amma: Oh! Que bien, esta es la felicidad donde quisiera instalarme, y el aperitivo me va muy bien, pero deseo disfrutar de todo el banquete.
En la educación verdadera, en la educación real, Amma nos dice que los valores han de ser inherentes, lo que quiere decir que los valores han de ser esenciales, los valores han de ser permanentes, que los valores no han de depender de nada externo. Pues los valores son los que conforman nuestra naturaleza. Los valores serán en definitiva el condicionante de la manera en que vivamos la vida.
Y la educación real, es la que encontramos en las enseñanzas de nuestra amada Madre.
Son las enseñanzas, es la educación, para vivir de una manera determinada. Enseñanzas para la vida, y como vivirla. Es la educación que se recibía antiguamente en las gurukulas, las escuelas donde se aprendía a como vivir la vida, y se aprendía conviviendo con el Guru.
El Guru transmitía a los pequeños, que Dios les había obsequiado con un cuerpo humano, y como debían utilizarlo recurriendo a los valores inherentes, esenciales, permanentes y que no tienen ninguna dependencia de nada externo.
Estos valores son totalmente diferentes a las que hemos recibido en nuestra infancia, indicándonos como teníamos que enfocar la vida, y cual es el objetivo como ser humano y de tu cuerpo.
Hablamos de educación para vivir, y como vivir.
Otra cosa es el conocimiento o habilidades que necesitamos adquirir para ganarnos la vida. Los estudios, o profesiones que debemos aprender para trabajar y ganarnos el sustento, mientras estamos en las edades correspondientes.
Dentro del como vivir la vida, está el generar recursos para nuestras necesidades.
En este punto Amma nos dice: No está mal ganar dinero, pero no trabajes para enriquecerte, y con lo que dispongas ayuda a otros que están verdaderamente necesitados.
Este es un valor esencial que te ayuda a ser feliz, y no el intentar ganar mucho dinero, para lanzarte a un consumo incontrolado, buscando la felicidad en él.
La felicidad no la podemos encontrar viviendo de la manera que nos ha educado la sociedad y la familia, y no la podemos encontrar no porque no sepamos llegar a ella, sino porque simplemente no existe en el lugar que nos han dicho.
En la educación que hemos recibido encontramos el placer, y confundimos el placer por la felicidad.
El placer depende de factores externos, y la felicidad no.
El placer depende de otras cosas: como el dinero, los demás,...
La ciencia ha llegado a investigar y descubrir que todo placer lleva en sí mismo la semilla del dolor.
O sea que más tarde o más temprano el placer te lleva al dolor, e incluso al sufrimiento.
Un ejemplo muy simple que podemos poner, es que si seguimos a la gula, en momentos determinados, como fiestas, o celebraciones, en el momento de degustar los alimentos, alimentos no habituales en nuestra dieta diaria, y que atraen más a la gula, muy probablemente el cuerpo ante tal cantidad de comida ingerida, se queje, y nos produzca dolores de estómago, de cabeza, etc.
Hay muchos ejemplos que podríamos poner, del dolor adonde nos llevan los placeres que perseguimos buscando una felicidad que no conseguimos, porque la buscamos en lugares equivocados, por la educación que hemos recibido en la infancia.
Los buscamos en factores externos, y no encontramos allí la felicidad, sencillamente porque allí no reside la felicidad.
La educación real o verdadera, si nos transmite valores esenciales y permanentes que no dependen de nada externo, y entonces por la Gracia de Dios, la felicidad aparece sin ir a buscarla de manera expresa.
Son estos aperitivos de los que hablábamos antes, y que no tienen contraindicaciones, pues no sólo no producen ningún dolor, sino que te motivan más y más a practicar estos valores esenciales que Amma nos transmite.
Otra de las creencias procedente de la educación recibida en la infancia y a lo largo de nuestra vida que desde luego condiciona nuestra forma de vivir, es la muerte.
Hemos oído por doquier: fulanito o fulanita se ha muerto, ya todo se acabó para él, o para ella.
O sea, la muerte es el final. Cuando te mueres, todo se acabó.
Y esto revierte en una cantidad enorme de miedos, que hacen que no nos comportemos de una manera natural, ante las circunstancias que nos presenta la vida, pues el miedo es un condicionante muy poderoso.
De hecho Amma dice que todos los miedos proceden del miedo a la muerte.
Y también dice Amma que el miedo a la muerte, no es un miedo a la misma muerte, sino a todo lo que dejamos cuando nos vamos, mi cuerpo, mi familia, mi casa, mi dinero, mi, mi, mi,...
Tenemos pues, una información errónea procedente de la educación que hemos recibido desde el momento de nacer, que nos hace vivir una vida llena de miedos, con las consiguientes repercusiones negativas en nuestra vida, que nos apartan de la felicidad verdadera. Que nos alejan de la paz inherente en nuestro corazón.
Y con este estado llegamos a abandonar el cuerpo, con este estado llegamos a la muerte.
En cambio en la educación real y verdadera que Amma nos transmite, nos habla de que la muerte no es un punto y final, sino que la muerte es un punto y seguido.
En conclusión que la vida continua una vez muere el cuerpo, pues el cuerpo no eres tu, el cuerpo es el vestido que el alma, tu verdadera identidad, lleva puesto en esta vida. El vestido se rompe y ya no sirve, pero tú sigues con vida. En otro plano, sí, pero tú no puedes morir porque tu verdadero ser es inmortal.
Si esto lo podemos asimilar, porque esta educación verdadera, llega cuando llega, en la vida de cada ser humano. ¿no es algo que nos hace vivir sin miedos? ¿Y la vida cobra otro sentido?.
Con esta verdad incorporada en ti, la vida tiene un sentido totalmente diferente, hasta el punto que puedes mirar a la muerte de cara, y sonreír. Puedes imaginar que te vas a morir, y si lo pruebas, lo puedes comprobar por ti mismo.
Túmbate en la cama e intenta visualizar que Dios te llama para pasar a otro plano, lo que decimos muerte.
En esta prueba te darás cuenta que en la muerte no hay pena, en la muerte no hay dolor, en la muerte hay satisfacción de pasar a otro plano de la existencia, en el que Dios, en donde Amma te está esperando con los brazos abiertos, y allí todo es Amor, un Amor incondicional.
Estas son las diferencias entre la educación que nos han dado, y evidentemente hemos recibido esta educación por pura ignorancia de quienes nos la han transmitido, y de quienes se la retransmitieron a ellos, etc., y la educación que nos hacen llegar los Maestros verdaderos, y por supuesto Amma.
Otra cosa de la que no nos han hablado en la educación convencional o humana, es del karma, hablo en primera persona, a lo mejor hay personas que ya han tenido acceso a este conocimiento más jóvenes.
Y claro estamos aquí, como sabemos para limpiar o purificar nuestro karma, el que llevamos acumulado de vidas anteriores, más el que hayamos podido crear en la vida en la que estamos.
¿Cuál es la educación que nos va a ayudar a eliminar karma?
La educación convencional o humana que hemos recibido, y que nosotros por nuestra parte también hemos transmitido a nuestros hijos, y familia, y con la que hemos vivido o que vivimos, no sólo no nos ayuda a quemar karma, sino que propicia que creemos más karma.
Nuestros hábitos están alimentados por la educación con la que nos hemos encontrado, y no hábitos que practiquemos procedentes de la educación real, son hábitos que proceden del karma con el que hemos aterrizado en el mundo, más los que hemos creado en esta vida, y estos hábitos se potencian en negatividad a través de practicar los mensajes del mundo.
Por ejemplo:
Recibes un mensaje que no te sienta bien de alguien, y respondes airadamente, el otro continúa en sus trece y levanta más la voz, y tú continuas pensando: ¿pero qué se ha creído este o esta? Y gritas todavía más.
Los dos pensamos no me voy a dejar avasallar, y por la educación recibida pensamos que la fuerza está en no ceder, y que prevalezca mi punto de vista.
¿Qué ocurre? Lo que ocurre con este comportamiento es que no llegamos a ninguna conclusión positiva, y por supuesto no sólo impedimos nuestra expansión de conciencia, sino que nos quedamos estancados en nuestro crecimiento.
Amma dice que la discusión está en el terreno de la mente, y desde ahí no podemos avanzar.
Este mensaje viene de la educación verdadera.
Por lo que si lo seguimos, primero evitaremos la discusión, aunque para ello sea necesario morderte la lengua, practicando la paciencia, practicando la humildad, porque ahí, es donde reside la fortaleza; en la paciencia y en la humildad es donde reside la grandeza, no en querer tener la razón, nos dice Amma.
Una vivencia con Shubamitananda swami.
Por otra parte son situaciones que nos crea la propia vida para que podamos reducir nuestro karma, que si las podemos vivir desde la educación real, nos será posible entrar en la reflexión, para intentar averiguar que tipo de malestar tenemos.
Será posible preguntarnos: ¿Cuáles son las emociones implicadas y afectadas?, y con una profunda reflexión y con sinceridad llegaremos allí donde está situado nuestro estado de conciencia.
Y desde ahí nos será más fácil buscar el origen, pues si encontramos la causa de nuestro malestar, si encontramos el origen desde donde procede esta sensación de incomodidad, habremos resuelto no sólo el conflicto que estamos viviendo, sino que habremos cambiado en positivo nuestro estado de conciencia para todo tipo de situaciones que se nos presenten en el futuro.
El origen casi siempre lo logramos encontrar siguiendo los principios de la educación verdadera, y suele estar agazapado en mensajes y creencias que proceden de la otra educación, de la educación que hemos recibido en la infancia.
En gran parte de la educación recibida de pequeños encontraremos el origen, encontraremos la causa, que nos condiciona en nuestro comportamiento actual en la vida, y son los motores que ocasionan malestar y la toma de decisiones erróneas, que nos llevan al dolor.
Siguiendo a pies juntillas la educación recibida en la infancia por el entorno que nos rodea a cada uno, vamos en dirección contraria, pues nos enseñan a competir, pero no nos enseñan a como vivir.
Lo cierto es que cuando conectamos con la causa u origen, que ocasiona cada vivencia desagradable, o que nos produce dolor, logramos cambiar la dirección, nos situamos en la dirección correcta, y poco a poco vamos evitando el repetir los mismos errores.
Y ahora está Dios aquí, ahora está Amma entre nosotros, y nos dice por activa y por pasiva: eh! Chicos, eh! Chicas por ahí no es, es por ahí.
Hay dos tipos de educación, dice Amma, la educación para el sustento, y la educación para la vida.
Sólo la educación para la vida que Amma nos transmite, nos facilitará el vivir plenamente.
Y para ello según Ella mismo nos dice nos hace falta abrir el corazón, y con humildad entregarnos a Dios, entregarnos a Amma.
Practicando la educación verdadera que Amma nos recuerda día tras día, convertimos las dificultades en oportunidades para comprendernos mejor a nosotros mismos y a los demás. Aprendemos a deshacernos de las críticas con alegría, recurriendo a la verdad de quien somos y para que estamos aquí.
Con la educación para la vida que Amma nos hace llegar, que es la educación real, con los valores esenciales y permanentes, valores que no dependen de nada externo, somos capaces poco a poco de ir integrándola en nuestra vida, e ir dejando y borrando los mensajes que no nos sirven de la anterior educación que recibimos en la infancia, y guardando los que nos sirven, porque nos damos cuenta que la educación real, la que le da un verdadero sentido a la vida es la que nos da Amma.
Recemos para que nuestra madurez haga que prevalezca la educación de nuestra amada Madre en la vida de cada uno de nosotros.
Muchas gracias.
OM NAMAH SHIVAYA