EL ÚLTIMO PENSAMIENTO ANTES DE MORIR

SINTESIS SATSANG 13.07.2019
Enseñanzas de Amma, compartidas por Ânand

 

El último pensamiento antes de morir

*Pregunta: Cuando un paciente se está muriendo en el hospital, ¿deberíamos darle morfina para aliviar el dolor o no?. Darle morfina ¿afectaría a su último pensamiento? (la persona que pregunta está refiriéndose a su padre enfermo de cáncer, ingresado en un hospital)

*La otra vida será según sea el último pensamiento que tengamos.

*El último pensamiento estará en función de nuestros apegos: esposa, hijos, nietos,...

*Pensareis en aquellos por quienes sintáis mayor apego.

*La acción repetida se convierte en hábito y el hábito transforma nuestro carácter, y esto es lo que cuenta en el último momento.

*En el último momento, seguiremos en aquello a lo que estemos habituados.

*Nuestro último pensamiento tendrá que ver con nuestras vasanas (hábitos)

*Si tu padre sufre dolores y los médicos sugieren darle morfina, mejor seguir la sugerencia de los médicos, aunque no tenga mucho dolor.

-Si está consciente, mejor dejarle morir en paz, sin dolor, para que pueda recordar al Señor, eso es lo mejor.

-Si el paciente tiene dolores, darle morfina es la mejor opción.

*El último pensamiento llegará según lo que hayamos cultivado.

*Amma puso el ejemplo de llevar el reloj en la muñeca izquierda durante veinte años, y cambiarlo un día a la derecha.

-Al principio cuando vayas a mirar la hora mirarás en la izquierda.

*Si durante muchos años has guardado las llaves del coche en un cajón, pero un día decides que es mejor guardarlas en el bolsillo, irás a buscarlas en el cajón.

-Porque la acción ha determinado tu carácter.

-Necesitarás del esfuerzo consciente por tu parte para recuperar la conciencia.

*En una entrevista con supervivientes del 11 de septiembre, (torres gemelas) preguntaron a una persona cual había sido su pensamiento cuando pensaba que iba a morir.

-Dijo, que pensó que este ataque iba a devaluar el dólar, y pensaba adonde debería transferir su dinero, a que país, y a que banco.

*Cuando uno está en su lecho de muerte, el último pensamiento estará en función de sus vasanas.

*Amma sabe de una mujer que murió recitando un mantra, aunque estaba inconsciente sus labios se movían.

*Y mi abuela paterna, dice Amma, solía enhebrar malas para el Templo, cada día, durante muchos años, e incluso estando inconsciente, sus dedos continuaron haciendo el movimiento de enhebrar los malas con su sari.

*La acción crea el hábito y el hábito determina nuestro carácter.

*A veces puede no manifestarse externamente, pero lo hará en el interior.

*Amma narra una historia del Bhagavatam, cuando Ajamila obtiene moksha (liberación), llamando a su hijo, Narayana, cuando él estaba en su lecho de muerte.

-Escuchando esta historia, un hombre decidió poner a todos sus hijos diferentes nombres del Señor.

-En su lecho de muerte llamó a sus hijos, Krishna, Govinda, Murare, Narayana. Fueron los cuatro, y el padre se enfadó, y dijo: si estáis todos aquí ¿quién se ocupa de la tienda?, y en este momento murió.

-Ajamila podía haber recitado mantras en una vida anterior y sólo recitando el nombre del Señor, puedes llegar a Dios.

*Quizá esta sea la moraleja de la historia, pero tenemos que trabajar mucho y continuamente.

*La vida es un ciclo de nacimiento y muerte, y cuando nos entregamos, nos escapamos de este ciclo.

*Algunas personas pueden no creer en próximos nacimientos. Todo es Atman, lo que nace, y lo que muere. Algunos piensan así.

*Según la experiencia de Amma, Ella no puede aceptar este tipo de argumento.

*El ashram es una gran familia, pero aquí tenemos la aceptación de haber nacido y que moriremos algún día.

*La flor se abre pero también se marchita y muere.

*Aquí tenemos la mentalidad de aceptar esto, por tanto no nos preocupamos.

*Aquí recitamos mantras, recitamos la Gita, cantamos bhajans y hacemos del funeral una celebración.

*El pensamiento predominante o deseo irreprimible que tengamos en el momento de morir, determina en que nos vamos a reencarnar.

 

RESUMEN

La verdad es que hay mucha gente a la que no le gusta hablar de la muerte.

Aunque sabemos que es un trance por el que tenemos que pasar, y que no lo podremos evitar.

Lo cierto es que si vivimos la vida siendo conscientes de que en algún momento vamos a dejar el cuerpo que estamos ocupando ahora, nos estaremos preparando para morir.

Y el cuerpo humano nos ha sido dado para esto precisamente, para que nos preparemos, para que tengamos el estado de conciencia óptimo, cuando Dios nos diga: el tiempo ha finalizado.

La vida la deberíamos de concebir como algo que está dentro de la propia vida.

Por ejemplo cuando estamos estudiando algo, o cuando nos preparamos unas oposiciones.

En estos casos tenemos que pasar por un examen, y de acuerdo a como hemos estudiado nos dan una nota u otra nota.

Y ahí está el quid, vivir la vida con una actitud de aprendizaje continúo.

Esta actitud te hace llegar al momento del examen con más conocimiento.

A más conocimiento hayas acumulado en tu vida, en mejores condiciones estarás de que te den una buena nota en el examen de tu partida, abandonando el cuerpo, mientras te vas a otro plano.

Y ojalá hayamos vivido la vida con tanta sabiduría como lo hizo el Maestro del swami Paramatmananda, a quien el propio swami, cuando se le apareció, un día después de morir, le preguntó: ¿dónde estás?

Le respondió: en el último momento, apareció Eso, y me fundí con Eso.

Así de poderoso fue su último pensamiento. En su mente estaba sólo Dios y Dios apareció.

Así cortó el samsara, el ciclo de nacimientos y muertes.

La vida, es precisamente esta preparación que nos ha de llevar a este último pensamiento antes de abandonar el cuerpo. Y a esto debemos dedicar nuestros esfuerzos.

Recordemos lo que Amma nos dice al respecto:

“La otra vida será según sea el último pensamiento”

“El último pensamiento será en función de nuestros apegos: esposa, hijos, nietos, pensareis en aquellos por quienes sintáis mayor apego”.

“La acción repetida se convierte en hábito, el hábito transforma nuestro carácter, y esto es lo que aparece en el último momento”.

“En el último momento seguiremos en aquello a lo que estemos habituados”.

“Cuando uno está en su lecho de muerte el último pensamiento estará en función de sus vasanas”.

“El último pensamiento llegará en función de lo que hayamos cultivado”.

Amma nos lo explica muy claro, estamos en un curso, con la ventaja, con el privilegio de tener a la mejor Profesora, con la ventaja de contar con la mejor Maestra.

La misma Maestra que en el momento del examen, nos preguntará si la recordamos, si la reconocemos, en este preciso instante.

La nota más alta de este examen sólo nos la pueden dar, si mantenemos la presencia de Dios en nuestra conciencia en el momento de partir.

Y esto dependerá de como hayamos estudiado las asignaturas que la vida nos ha propuesto a cada una, a cada uno.

Amma nos pone unos ejemplos de lo que piensan diferentes personas en el momento de morir.

El de un superviviente del ataque a las torres gemelas en Estados Unidos, quien sólo pudo pensar el que haría con su dinero, ni siquiera se hizo consciente de que la situación se lo llevaba de este mundo..

La manera que murió su abuela paterna, teniendo su mente focalizado en hacer malas, que es lo que había hecho durante muchos años de su vida.

O el de aquella mujer que murió recitando el mantra. Estaba inconsciente, pero a través de sus labios repetía el mantra. ¿Cuántos mantras habría recitado a lo largo de su vida, para tenerlo integrado de esta manera?

También nos explica Amma la muerte de Ajamila, relatada en el Bhagavatam, quien alcanzó la liberación en el mismo momento de la partida, mientras llamaba a su hijo Narayana.

El nombre de su hijo, que es un nombre de Dios, lo llevó a Dios.

Pero esto pudo ocurrir así porque durante el curso de la vida, hizo el aprendizaje adecuado, según Dios le pedía. De la contrario no hubiera podido ocurrir.

No vale hacer trampas, a Dios no se le puede engañar.

Amma nos pone el ejemplo de aquel comerciante que a todos sus hijos les puso nombres divinos, imitando el ejemplo de Ajamila, pero lo que le vino a la mente en el momento de partir, fue su negocio, y que sus hijos no lo estaban atendiendo.

No tuvo el pensamiento para los nombres de sus hijos, porque había vivido como negociante, no como devoto de Dios.

Amma nos pone unos ejemplos de porque esto es así:

“Si llevas el reloj en la muñeca izquierda durante 20 años, y lo cambias un día a la derecha, al principio cuando vayas a mirar la hora, mirarás a la izquierda”.

“Si durante muchos años has guardado las llaves del coche en un cajón, pero un día decides guardarlas en el bolsillo, irás a buscarlas al cajón”.

“Porque la acción ha determinado tu carácter”.

“Necesitas del esfuerzo consciente por tu parte para recuperar la conciencia”.

El esfuerzo consciente para recuperar la conciencia, significa vivir adecuadamente para poder recordar a Dios en el momento de abandonar el cuerpo.

Y si esto no es posible, vivir la vida para acercarnos lo máximo posible a esta conciencia.

Las personas que estamos con Amma tenemos una gran ventaja, si la sabemos aprovechar.

Hace unos años murió un amigo, devoto de Amma, nos conocimos en Amritapuri, cuando Ânand vivía allí, y en donde Amma ya le dijo, que tuviera cuidado con los dolores que empezaban a aparecer en su cuerpo. De hecho Amma le estaba preparando.

Luego compartimos seva en el ashram de aquí, mientras se cuidaba y hacía los posibles para sanar su enfermedad.

Cuando ya no podía venir al ashram me llamaba por teléfono asiduamente, pues decía que hablar con Ânand le tranquilizaba.

Un día me llamó por teléfono y me dijo: Ânand te llamo para decirte que me voy a morir, para que lo sepas.

Le dije: y que pasa si te vas a morir, sabes perfectamente que Amma te está esperando, y te espera con los brazos abiertos, para darte el mejor dharsan, (abrazo). Estate tranquilo, y abandona tu cuerpo en paz.

Despidió a toda su familia que estaba en su casa, y se quedó solo con su esposa, que compartía camino espiritual con él, y con la misma Maestra: Amma.

Y se preparó pare tener su mente concentrada en Amma.

Cuando voy a Amritapuri, a veces pienso en él, pues siempre decía que el próximo nacimiento le gustaría que fuera en Amritapuri.

Y me digo si este fue su último pensamiento, a lo mejor uno de estos niños que corretean por la arena de Amritapuri es él.

También recomienda Amma que si se han de tomar fuertes medicamentos, para evitar dolores muy intensos, mejor tomarlos, pues la ausencia de dolor, ayuda a mantener la mente en paz, y poder recordar al Señor.

Pues al menos sin dolor, podremos ser más conscientes de nuestras vasanas o hábitos, y centrarnos más en Amma, centrarnos más en Dios.

La semana pasada, después de un tiempo enfermo, en el que luchó para traspasar la enfermedad, murió otro amigo, con el que he compartido el camino en el que estamos todos nosotros.

Nos conocimos en Amritapuri hace 16 ó 17 años. 

Desde hacía un par de años había adquirido una enfermedad grave, que produce muchos dolores, y los doctores que le llevaban, no se podían explicar como era posible que él no tuviera ningún dolor.

¿No se ve la presencia de Amma, aquí?

Hace unas cuantas semanas me pidió consejo acerca de lo que tenía que hacer, y le dije que si estuviera en su lugar, me buscaría una persona de confianza que hablara inglés, y me iría a Amritapuri, a poner la enfermedad y mi propia vida a los Sagrados Pies de Amma, pues en este momento Ella estaba en Amritapuri.

Y así lo hizo, con una persona joven y de su confianza viajó a Amritapuri, y recibió un dharsan (abrazo) entrañable, memorable de Amma, con Amma llorando con él durante un buen rato. 

Todo el mundo le dijo en Amritapuri, que nunca habían visto un dharsan así.

Fui compartiendo con él su enfermedad, pero hace 20 días lo hospitalizaron.

El día antes de morir, todavía hablé con él por teléfono, y me decía que le costaba mucho centrarse en lo que tenía que hacer.

Por la tarde de este mismo día me llamó su hija para decirme que su padre reclamaba mi presencia, y si era posible que fuera.

Le dije que aquella misma tarde o a la mañana siguiente iría.

La mañana siguiente me llamó su hijo, diciéndome que su padre estaba peor, y que preguntaba por Ânand. Le dije que terminaba un tema en el que estaba y que en 10 minutos tenía previsto salir hacia el hospital.

Estuve un par de horas con él. Me acerqué a su lado, y me cogió la mano y con una voz muy apagada me dijo: ayúdame hasta el último momento Ânand, y me repitió, me cuesta mucho concentrarme en lo que debo hacer.

Sin soltar su mano, empecé a decirle al oído: Rezo y continuaré rezando para que sea lo mejor para ti, así lo pido fervientemente a Amma. Aquí está todo bien, intenta no preocuparte, no te resistas, entrégate a la experiencia. Te diriges a un espacio de amor, donde nadie te va a pedir nada. Intenta centrarte en esto, vas hacia un lugar donde todo es paz, sólo hay alegría allí. No tengas miedo de nada, entrégate a eso. Recuerda el abrazo que recibiste de Amma hace unas semanas, lo tiene grabado en tu corazón. Estos brazos divinos son los que te protegen, son los que te dan cobijo, no temas nada, sumérgete en estos brazos divinos que vas a ver muy pronto. Continúa andando, sigue avanzando, sin miedo, sin resistencias, con total entrega, estás llegando a un espacio donde disfrutarás de una gran felicidad, una felicidad verdadera.

Estos son los mensajes que deberíamos dar a las personas que van a dar el paso de abandonar su cuerpo, y están preparados para escucharlo. U otros más suaves si no están tan preparados.

Pues es lo que está en línea con las enseñanzas de Amma:

“Los hábitos están ahí, y a veces pueden no manifestarse externamente, pero lo hacen en el interior”.

“La vida es un ciclo de nacimiento y muerte, y cuando nos entregamos, escapamos de este ciclo”.

“Algunas personas pueden no creer en próximos nacimientos”.

“Amma no puede aceptar este tipo de argumento”.

“El ashram es también una gran familia, pero aquí tenemos la aceptación de haber nacido, y que moriremos algún día”.

“La flor se abre, pero también se marchita y muere”.

“Aquí tenemos la mentalidad de aceptar esto, por tanto no nos preocupamos”.

“Aquí recitamos mantras, recitamos la Gita, cantamos bhajans, y hacemos del funeral una celebración”.

Las personas que estamos con Amma ya tenemos aceptado que tal como hemos nacido, llegará el momento de morir, esto es lo que Amma nos dice.

Sólo nos falta vivir con este punto de entrega, que nos llevará a que el último pensamiento esté focalizado en Dios.

Que el último pensamiento lo ocupe Amma, y nada, ni nadie más.

El pensamiento predominante o deseo irreprimible que tengamos en el momento de morir determina en que nos vamos a reencarnar.

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