Cuando fallaba el Dharma, Krishna hacía lo posible por evitarlo, por mantener el Dharma. Esto fue evidente en su acercamiento a Karna a quien advirtió:”Eres el hijo mayor de la reina Kunti y se supone que debes luchar del lado del Dharma. No te apegues a él por los beneficios que puedas obtener. El Dharma debe salir victorioso. Solo entonces la gente vencerá. No te hagas amigo de adharma en aras de tus deseos egoístas. Proteger al mundo es un objetivo más importante. Por favor, ven, por favor, ven.”
Karna no hizo caso y por ello Krishna no sintió remordimiento alguno cuando mataron a Karna. Había hecho lo mejor con palabras y acciones y dejado el resto al destino de Karna. Aunque Krishna sabía anticipadamente lo que iba a pasar, lo intentó.
Seguir intentando, debe ser una lección para nosotros. Si fallamos a pesar de nuestros esfuerzos, nunca lo lamentaremos. Puede haber circunstancias en las que debamos ser humildes y otras en las que no. Nuestras vidas deben ir acordes a ese principio. Estas cosas tienden a suceder. Debemos mantener una actitud de aceptación. Nuestra conciencia debe mantenerse como una aguja bien equilibrada en la escala de medidas. Eso es Dharma. Si no vamos más allá de nuestra propia conciencia, no debemos tener miedo. Podemos ser felices en cualquier situación que tengamos que afrontar con el pensamiento de haber actuado de acuerdo al Dharma.
Una espina saca a otra. Para criar cerdos quizá tengamos que vivir entre ellos y para criar vacas tenemos que comportarnos como una vaca. Para transformar a ladrones, hay que empezar por actuar como un ladrón. Tenemos que ponernos a su nivel.
La observancia y confianza en el Ser era la peculiaridad de Krishna. Fue el líder más grande que ha visto el mundo. Y esto, porque Krishna también fue un trabajador social sin parangón en este mundo. El Señor Krishna insiste en la importancia de que cada persona crezca por sí misma, por su propio esfuerzo. Solo puede haber progreso mediante el esfuerzo. No obstante, incluso cuando nos proponemos este esfuerzo, debemos tener la actitud de entrega al poder de Dios que controla todo.