Si entendemos esto, no sufriremos. La naturaleza del fuego es calor y luz. Esperar que el fuego dé solo luz y no calor no es realista. Así mismo, si aceptamos el amor mundano que inevitablemente produce dolor, podremos afrontar todas y cada una de las situaciones con ecuanimidad.
Hay amor puro en todos. Todos tenemos la capacidad de amar a otros sin esperar nada a cambio. Como el amor es nuestra verdadera naturaleza nunca podemos perderlo. Un diamante puesto en una botella de aceite puede perder brillo, pero si limpiamos la capa de aceite podemos restaurar su brillantez. Del mismo modo, si eliminamos las impurezas de la mente, podemos recuperar la forma más prístina del amor.
La escala del amor tiene muchos peldaños. Ahora, muchos estamos en el más bajo pero no debemos pasar la vida ahí. Despacio, debemos subir la escala hasta alcanzar el peldaño superior del amor que realice nuestras vidas.
La gente dice habitualmente: “Te amo”. Pero la verdad es “Yo soy amor. El amor es mi verdadera naturaleza.” Cuando decimos, “te amo” hay dos entidades: “Yo” y “tú”. Hay una zanja entre los dos. El amor queda aplastado en la zanja.
Desde esta perspectiva, “yo” y “tú” amándose con expectativas, es como una pequeña serpiente queriendo devorar a una rana enorme. Un calvario para ambos. Pero, si amamos sin expectativas, nunca nos arrepentiremos.
Nuestro amor desinteresado puede despertar amor desinteresado en otros. La vida entonces se llena de amor y gozo. Nos damos cuenta de que el amor es nuestra verdadera naturaleza. Por tanto, nos liberamos del deseo y la expectativa. Nuestro amor será como un río, que fluye libre y toca y purifica todo. Todo lo que hagamos será en beneficio del mundo.
No hay mayor poder que el poder del amor. No hay mayor felicidad que la que se experimenta a través del amor. Sentimos amor donde el ego individual acaba y los corazones se unen como uno. El amor es la mayor realización, ver a otros como nosotros. Es hora para nosotros de construir puentes de amor y amistad. De este modo podremos llevar a cabo una familia mundial de amor sin ataduras.
El sentimiento más cercano a nuestro Ser es el amor. Nuestras vidas están concebidas para amar, vivir amando, y eventualmente terminar amando. En verdad, el amor no tiene fin. Es eterno y conecta con todos los aspectos de la creación, seres humanos unidos con la naturaleza y con Dios. Así, la refulgencia siempre estará con nosotros como nuestra verdadera esencia. Que todos podamos alcanzar el alto nivel de tal amor puro.
Mata Amritanandamayi
La autora es una líder espiritual y humanitaria reconocida mundialmente.