Una vez, un granjero perdió su reloj en un montón de heno. Él, apreciaba mucho ese reloj, regalo de su abuelo, como regalo de un cumpleaños en su infancia. Rebuscó entre el heno mucho rato, sin encontrar el reloj, hasta que descorazonado cesó de buscarlo.
Unos niños jugaban al fútbol por allí cerca. Se acercó y los pidió que le ayudaran a buscar el reloj. Los niños peinaron el almiar pero no encontraron el reloj.
Cuando el granjero casi había perdido la esperanza de encontrarlo, uno de los niños vino a pedirle otra oportunidad de encontrar el reloj. El granjero consintió. El niño fue al granero donde el heno estaba almacenado. Unos minutos después, reapareció con el reloj perdido.
El granjero estaba sorprendido. Cuando preguntó al niño por el secreto de su éxito, éste dijo: “Durante un rato, me senté en el suelo a escuchar atentamente. En el silencio, escuché los tic tac del reloj procedentes de un rincón del montón de heno. Entonces fue fácil encontrarlo.
La historia muestra claramente cómo una mente en calma puede pensar con claridad y encontrar soluciones de problemas fácilmente. Hay muchos modos de reducir la tensión. Podemos gozar de la belleza de la naturaleza, apreciar la música, tomar parte en juegos y actividades que relajen la mente.
Pasar tiempo con amigos y niños, también puede reducir la tensión. La respiración consciente, asanas de yoga como savasana, (cuerpo muerto) y la meditación, son especialmente beneficiosos para aliviar tensiones y relajarse.
Pero lo más importante de todo esto, es adoptar un acercamiento a la vida. Debemos cultivar una conciencia que nos ayude a mantener el equilibrio interior en todo momento, en lugar de desorbitarnos por la victoria o de hundirnos en el fracaso. Si actuamos así, nuestra mente se calmara y quedará en paz, y nuestras acciones podrán ser más eficientes.
La vida debería ser como una salida de picnic. Si vemos un lugar hermoso, una casa bonita o una flor, lo disfrutamos. Miramos todos los lugares sin permanecer en ellos. Simplemente, avanzamos. Cuando es hora de regresar, por muy hermosas que sean las cosas que nos rodean, las dejamos atrás y volvemos a casa, porque volver a casa es lo más importante de todo.
Del mismo modo, cualquiera que sea nuestro estilo de vida, no debemos olvidar nuestra casa verdadera, a la que debemos regresar, porque no debemos olvidar nuestro objetivo. Independientemente de todos los sitios hermosos que veamos en nuestro tránsito por la vida, solo hay un lugar al que podemos llamar nuestro propio hogar, donde podremos descansar, y esa es nuestra morada original, nuestro Ser verdadero.
Mata Amritanandamayi
La autora es una reconocida líder espiritual y humanitaria mundial.