Onam es una celebración de amor, amistad y unidad. Enfatiza las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza, entre los seres humanos y Dios y de los seres humanos entre ellos. Como parte de esto, también invoca las relaciones entre gobernantes y gobernados. Entre vecinos, entre miembros de la familia. De ahí que Onam sea una fiesta que une a la gente y fortalece todos los vínculos humanos.
Las viejas tradiciones de Onam, tales como cantar poovili y salir a por flores por la mañana temprano, por patios y campos para hacer pokkalams han desaparecido. Incluso los campos han desaparecido en su mayoría. Y nuestros patios no tienen las mismas flores, libélulas y mariposas, como antes. Tales cambios no solo han ocurrido en la Naturaleza, también en el corazón humano.
A menudo hacemos del ego el centro de nuestra existencia. Todo nuestro esfuerzo consiste en reforzarlo. Pero cuando hacemos de Dios el centro de nuestra existencia nos convertimos en la sombra de Dios. Al hacer eso renunciamos a nuestro sentido de hacedores. Con avatares como Vamana, el Señor Vishnu eliminó el ego de Mahabali y su noción de hacedor. Solo entonces Mahabali estuvo completo.
Las cualidades del bien y el mal, de deva y asura están dentro de cada uno de nosotros. Si como Mahabali podemos despertar cualidades divinas en nuestro interior, la senda de la inmortalidad se extenderá ante nosotros.
Mahabali representa una cultura ilustre construida sobre los cimientos de valores somo la verdad, la rectitud, la caridad y la devoción. No obstante, cuando hoy en día la gente celebra Onam, olvida a menudo los nobles valores que representa. Onam y otras fiestas se han convertido en ocasiones de fiestas salvajes para emborracharse . La visión real detrás de la celebración se ha perdido. No necesitamos celebraciones que olvidan la cultura. Más bien necesitamos celebraciones que la cultiven. Cada celebration debería ser una oportunidad para despertar y nutrir nuestros valores morales.
Durante Onam, tenemos la tradición de hacer tres columpios. Mayores y jóvenes se turnan columpiándose. Si las cuerdas del columpio están atadas a una rama robusta no hay nada que temer. Si no, la risa y la diversión pueden acabar en lágrimas. Cuando el columpio se empuja enérgicamente, los niños suelen gritar de alegría y risa. Aunque temerosos por la posibilidad de caerse, confían en que sus padres se ocuparán de su seguridad e impedirán que se caigan. De este modo, incluso un hecho potencialmente peligroso se transforma en una experiencia feliz para el niño. La enseñanza aquí, es que cuando vivimos en este mundo nuestra mente debe estar firmemente sujeta a su cimiento, Dios. Solo así podremos avanzar sin perdernos en los vivenes de la vida.
Onam no debería ser una celebración de un día al año. Hagamos un Onam de toda nuestra vida. Hagamos con las flores del amor y la compasión un hermoso pokkalam en nuestro corazón. Llevemos cada día los vestidos eternamente nuevos del servicio al mundo y el amor de Dios. Permitamos que los juegos y deportes de Onam nos inspiren a pensar en nuestra vida como una lila (un juego divino) y así aceptar todo lo que venga. Olvidando nuestras diferencias en el espíritu de la unidad y el amor, transformaremos toda nuestra vida en una celebración dorada de Onam.
Después del sátsang de la mañana Amma cantó algunos bhajans y al final pidió a los devotos que bailaran al son de la música. Después de dar darshan a algunos centenares de personas, comenzó a servir a todos Ona Sadya. (almuerzo prasad) También dio de comer a Lakshmi la elefanta del ashram. Jugando y coqueteando, Amma dio a Lakshmi arroz, plátano, payasam y pappadam. Por la tarde Amma dirigió una sertie de bhajans. Hubo muchos programas culturales presentados por hijos de Amma de la India y de fuera. Amma terminó las celebraciones del día con una canción en perfecto inglés. Héla aquí:
Solo el amor es nuestra luzSolo el amor puede unirnos
Solo el amor brilla tan radiante
Solo el amor puede acabar esta posibilidad