Esto también pasará


Esto también pasará...por Swami Shubamritananda Puri, 22 de marzo del 2020  

Infinitos y humildes saludos a los pies de mi Maestra, nuestra queridísima Amma, y saludos a todos los que participáis en la retransmisión de hoy. Espero que todos estéis muy bien de salud y de ánimo en medio de este reto que afronta el mundo con la pandemia del coronavirus. Amma ha estado pensando en todos vosotros e informándose constantemente de la situación de los distintos países, y sin duda sus oraciones han ido dedicadas a todos y cada uno de vosotros.

Como muchos sabéis, Amma había advertido de que alrededor de 2020 habría en el mundo una situación parecida a la guerra que afectaría muchos ámbitos de la vida humana. Cuando oímos hablar a los gobernantes de las naciones, en su mayor parte se refieren a la situación actual como «una guerra con un enemigo invisible». Amma nos aconseja que todos hagamos todo lo que podamos para contribuir al esfuerzo colectivo de afrontar esta pandemia, aislándonos, haciéndonos las pruebas, etc., e interiormente siendo optimistas, valientes y piadosos y no permitiendo que el miedo sea la emoción dominante. Permanezcamos firmes en la convicción de que «esto también pasará».

Hace justo un mes, cuando todos estábamos atrapados en nuestro propio mundo, nadie pensaba siquiera que nos encontraríamos en una situación en la que quedarnos en casa tumbados en la cama viendo la televisión sería considerado un acto con el que estaríamos contribuyendo a la salvación del mundo. Los mismos que te habrían reprendido por llegar tarde a la oficina te están pidiendo ahora que, por favor, te quedes en casa. 

Amma dice que la vida nos pone muchos exámenes por sorpresa y que, sin duda, este es un examen colectivo que está afrontando el mundo. «La vida es una maestra diferente: primero te pone el examen y después te enseña la lección». Es justo al contrario de cómo funcionan nuestras escuelas y universidades, en las que las clases vienen primero y los examines después. ¿Qué lecciones nos está dando esta pandemia? Me gustaría compartir algunas de mis reflexiones al respecto. Al final de cada lección, también propondré algunas formas prácticas de aplicarlas en estos tiempos.

1.- Nunca des las cosas por supuestas

Valora lo que tienes antes de que se convierta en «lo que tuviste». Actualmente, como se nos aconseja estar aislados, hasta ir de paseo se ha convertido en un lujo. ¿Vimos alguna vez las ocasiones que teníamos antes de ir de paseo a la naturaleza como un regalo o le dimos alguna vez las gracias a Dios por ello? Pocas veces lo hemos hecho. Normalmente damos muchas cosas por supuestas, especialmente en relación con la salud, el medio ambiente o las personas que hay en nuestra vida. Comprendemos su importancia cuando ya no están. Por ejemplo: nunca nos damos cuenta de la importancia de los dientes cuando los tenemos; pero, si se nos cae uno, la lengua va una y otra vez al hueco que ha dejado.

A veces solo nos damos cuenta del valor de un momento cuando se ha convertido en un recuerdo. Vivamos conscientemente en el presente. Cuando nos tomamos tiempo para realmente darnos cuenta de lo que está pasando en este momento, absteniéndonos de vivir en el pasado y / o pensar en el futuro, es cuando reconocemos y valoramos las cosas grandes y pequeñas que nos rodean ahora mismo.

Con las prisas de la vida, nos olvidamos de disfrutar de la belleza de todos los momentos que pasan, de expresarles nuestro amor a los seres queridos, de dedicarles tiempo y atención. Pero más adelante todo eso nos pesa mucho, y comprendemos que lo que nos hemos perdido es inmenso.

Oímos a la gente pronunciar responsos conmovedores por sus seres queridos cuando estos se han ido; pero si les hubieran dicho esas mismas palabras cuando todavía estaban vivos, les habrían hecho muy felices. Aprendamos, pues, a aprovechar cada momento con que contemos. Vivámoslo con amor y gratitud.

Aplicación práctica: No dejemos nuestra sádhana o nuestras prácticas para el futuro. Muchos piensan que las prácticas espirituales son una actividad para la jubilación; pero eso es una necedad. La vida es muy frágil. Utilicemos el momento presente. Reflexionemos también sobre nuestra vida, contemos todas las bendiciones que se nos han dado y sintamos más gratitud. Usemos este tiempo para comprender mejor a nuestros seres queridos, para fortalecer los lazos con ellos. Tomemos conciencia de los momentos que tenemos a mano y vivámoslos al máximo de nuestra capacidad.

Recordad: No ha sido prohibido oír música.

No ha sido prohibido pasar tiempo de calidad con nuestra familia.

No ha sido prohibido leer un libro.

No ha sido prohibido cantar en voz alta.

La risa no ha sido prohibida.

No ha sido prohibido compartir la esperanza.

Abracemos lo que tenemos...

2.- Busca lo eterno

La crisis que afrontamos hoy también nos recuerda la importante verdad de que la transitoriedad es la naturaleza de todo lo que hay en el mundo. Lo único garantizado en el mundo es la «falta de garantía» de todo. Con esta crisis, en el lapso de unas pocas semanas han llegado muchísimos cambios a la vida de las personas. Los mercados bursátiles han caído, muchos sectores de empleo se han visto afectados, los planes de viaje han cambiado, los horarios diarios de las personas han cambiado. La transitoriedad siempre ha sido la naturaleza del mundo, pero estas situaciones hacen que esta verdad sea más visible. Nunca sabemos lo que va a pasar en el siguiente instante.

No es posible sentirse seguro en un mundo cambiante a menos que hayamos descubierto lo inmutable. Amma dice que es como tratar de bailar en un escenario que se mueve todo el tiempo. Por tanto, entendiendo esto, tenemos que adquirir la concentración y la intensidad necesarios para luchar por lo eterno, por lo inmutable. Si somos capaces de mantener el foco en nuestro verdadero Ser o en Dios dentro de nosotros, podemos presenciar todos estos cambios sin vernos realmente afectados por ellos. Esto puede hacerse cultivando la actitud de testigo o mediante la actitud de entrega a lo Divino.

En la Múndaka Úpanishad hay un hermoso ejemplo: En un árbol viven dos pájaros. El de la rama inferior está ocupado comiendo frutas y comunicándose, mientras que el de la rama superior solo observa sin moverse al pájaro de la rama inferior. El pájaro complaciente representa nuestro estado mental atrapado en el mundo y afectado por todo lo que sucede a su alrededor. Pero también tenemos que cultivar la actitud del pájaro testigo, que está completamente inmóvil en paz y felicidad, sin rastro de desdicha en él. Cuando nos convertimos en testigos de la vida y de la mente, siempre hay paz en nuestro interior, independientemente de las situaciones externas. Una persona así puede ayudar a los demás de una manera real, ya que sus acciones provienen de ese centro pacífico. Eso es lo que vemos en Amma. Ella está con nosotros en nuestros sufrimientos y, sin embargo, puede aconsejarnos sobre el modo correcto de actuar, ya que es capaz de ver las cosas claramente desde la distancia sin verse afectada interiormente.

Amma también nos recuerda que ese mismo estado de serenidad interior se puede adquirir cultivando la actitud de entrega a lo Divino. Cuando nos vemos como instrumentos en manos de lo Divino, nunca nos apegamos a nada del mundo. Solo estamos apegados a Dios. Cuando Amma estaba visitando Bhuj (una provincia del estado de Gujarat) después del devastador terremoto que sacudió la región en 2001, visitó muchas casas de personas afectadas por el enorme desastre. Delante de una casa había sentado un anciano que había perdido a algunos familiares. Su casa fue arrasada y también había perdido sus tiendas. Amma le preguntó:

—Hijo mío, ¿cómo estás afrontando la situación?

Su respuesta fue muy hermosa. Dijo en un tono tranquilo:

—Amma, todo lo que he perdido le pertenecía a Dios. Ahora ha decidido llevárselo, y tiene todo el derecho a hacerlo.

Había mucha calma en este hombre, que en el sentido mundano lo había perdido todo. Pero, como nos dijo Amma, no había perdido su verdadera riqueza, que era la fuerza interior adquirida por medio de su relación con Dios.

Aplicación práctica: Todos nos quejamos a Amma de falta de tiempo para las prácticas espirituales. No podemos seguir haciéndolo. Intenta seguir una disciplina espiritual y mantenla. Puede incluir cantos, meditación, yoga, lectura de libros espirituales, reflexión, votos de silencio, etc. Todo esto nos ayudará a fortalecernos interiormente y a afrontar la situación sin perder la paz interior.

3.- Todos somos seres interconectados y no islas aisladas

Cuando comenzó la pandemia en China, muchos pensaron que no era su problema; pero ahora se ha convertido en el problema del mundo entero. No todos seremos infectados por el virus, pero ya estamos afectados por él. Un virus no respeta ningún límite de país, idioma, color, nacionalidad, etc. También hemos tenido experiencias parecidas antes. En el año 2011, debido a una erupción volcánica en Islandia, el movimiento de personas se detuvo en todo el mundo. Amma siempre nos pone este ejemplo: supongamos que una persona que vive en el décimo piso de un edificio ve arder la planta baja y oye a la persona que se encuentra allí pidiéndole ayuda. Si dice: «La que está en llamas es la planta baja. Es tu problema. ¿Por qué voy a preocuparme?», es una completa tontería porque el fuego de la planta baja puede extenderse rápidamente hacia arriba. Igualmente, el problema actual de otra persona mañana será nuestro problema. Por tanto, no intentemos hacer oídos sordos ante los problemas de los demás y seamos proactivos y compasivos para ayudarles. En sánscrito, compasión se dice «karuna», que se parece mucho a «corona». Alejemos el «corona» y difundamos el karuna.

Aplicación práctica: La gente está asustada y tensa sobre la situación que hay en este momento. Las personas mayores y las que tienen enfermedades previas se sienten especialmente vulnerables. Hay que estar ahí con ellos. Si tienes un amigo o familiar así o alguna otra persona que se sienta aislada o asustada ante la situación, llámalos. Ponte en contacto con ellos y llámalos con frecuencia, e invítalos también a chatear por vídeo. Además, podemos aprovechar esta ocasión para practicar el perdón. Puede haber amigos o familiares con quienes no nos llevamos bien y con los que hace mucho no tenemos contacto. Es un buen momento para llamarles o enviarles un mensaje preguntándoles cómo están. Podría significar mucho para ellos y también arreglar los puentes rotos. Además, el lienzo de nuestra mente se limpiará de remordimientos y rencores.

Queridas hermanas y hermanos, al afrontar estos desafíos en este momento, Amma está con nosotros dándonos la mano mientras avanzamos. Alimentemos la llama de la fe y no dejemos que el miedo y la ansiedad nos gobiernen. De lo contrario, nos enfrentaremos con tres pandemias. No permitamos que el miedo y la ansiedad también se conviertan en pandemias.

Una sincera solicitud en mi nombre: no creamos todos los mensajes que lleguen a nuestro Whatsapp o Facebook. Informémonos en fuentes fidedignas. Tampoco estemos todo el tiempo oyendo las noticias. Todo eso solo puede alimentar las emociones del miedo y la ansiedad. Hay actos hermosísimos de amor y atención que personas y organizaciones están realizando para difundir la esperanza y la alegría. Difundamos estos mensajes y vídeos todo lo que podamos.

Incluso fisiológicamente, el miedo crea estrés. El estrés produce inflamación. La inflamación hace que el sistema inmunológico se vea afectado y nos vuelve más propensos a enfermar. De modo que, en momentos en que estamos tratando de fortalecer nuestro sistema inmunológico, conceder al amor y la esperanza un lugar adecuado en nuestro interior también es una manera de estimularlo. «Aislamiento» es un término que oímos bastante. Aislemos también el virus del «miedo». Permanezcamos con la solución, no con el problema.

El mundo ha afrontado muchos desafíos semejantes a este. Ha habido hambrunas, enfermedades como el cólera, la viruela y la gripe española a principios del siglo XX. En los últimos tiempos hemos tenido el SARS, la gripe A, etc. Pero, finalmente, los seres humanos lo derrotarán. Todas estas situaciones ponen de manifiesto la resistencia del espíritu humano, que sin duda se acabará imponiendo. Y estoy seguro de que, con la gracia de Amma, «esto también pasará». Aunque no podamos viajar durante este tiempo, hagamos que el viaje interior sea extenso y alegre.

Me encantan estas líneas de Albert Camus:

En medio del miedo, descubrí que dentro de mí había un amor invencible.

En medio de las lágrimas, descubrí que dentro de mí había una sonrisa invencible.

En medio del caos, descubrí que, dentro de mí, había una calma invencible.

En pleno invierno, descubrí que dentro de mí había un verano invencible.

Por muy fuerte que el mundo empuje contra mí, dentro de mí hay algo más fuerte, algo mejor, empujando en la dirección contraria.

Manteneos sanos y a salvo, y que la gracia de Amma nos proteja a todos.

Om Lokah Samastah Sukhino Bhavantu...

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