Hace mucho tiempo, la gente de India estuvo impregnada de espiritualidad. Por esta razón, también fue materialmente próspera. Pero gradualmente, algunos se fueron volviendo codiciosos. Empezaron a competir entre ellos por dinero, poder y posición. Su orgullo y celo los hizo abandonar el dharma y olvidar a Dios.
Se intensificó la discordia, que afectó adversamente a la unidad y fortaleza del país, lo que llevó a su conquista por poderes coloniales que gobernaron India durante siglos. Expoliaron los recursos del país y lo dejaron totalmente despojado de sus riquezas.
Que duro sería sembrar una semilla en un desierto y nutrirla hasta que sus brotes se tornaran en un árbol sano. Ese es el estado de este país. Tenemos que trabajar mucho para que de nuevo sea verde y abundante.
Tristemente, la verdad es que no hemos aprendido de tales amargas experiencias. La mayoría está empeñada en la ganancia personal más que en el desarrollo nacional. No se dan cuenta de que la verdadera prosperidad material puede ganarse solamente abrazando la espiritualidad. Si continuamos así, olvidando nuestra herencia, sufriremos mucho por ello.
La naturaleza ha dado mucho para el desarrollo sostenible del país. Si utilizamos adecuadamente sus recursos, aquí no habrá pobreza. Mientras otros países están convirtiendo desiertos en tierras de cultivo, nosotros estamos convirtiendo tierras fértiles en eriales.
El desarrollo rural no es aún una prioridad. Para que esto suceda, jóvenes formados deben ir a los pueblos y hacer comprender a sus habitantes las maquinaciones del gobierno en este sentido. Deberían motivar a la gente a ver el país como su propia casa. Deberían estimular a la gente a utilizar la tierra de cultivo en actividades agrícolas. Y al mismo tiempo, compartir con ellos nuestra cultura espiritual.
No basta con ondear una bandera, todos tienen que amar a su país, sentir amor por su tierra madre. Todas las naciones del mundo están creadas por nosotros. Tenemos un compromiso y un dharma hacia nuestro país.
Cuando tengáis una mente expansiva, nunca invadiréis o explotaréis a otra nación. Tenemos que desarrollar amor y compasión para que crezca este conocimiento. Aunque nuestro país se liberara, ¿estaríamos realmente libres de las muletas de nuestra mente?
La espiritualidad nos enseña a dar a la sociedad más que a tomar. Cuando asimilemos principios espirituales, seremos más considerados con el prójimo. Empezaremos a ver al prójimo como a nosotros mismos y querremos compartir con él nuestros recursos. Los sabios antiguos nos aconsejaron hacer dinero con cien manos y compartirlo con mil manos. Si asimilamos este mensaje, el futuro de India será glorioso.