Hoy en día, hemos descendido al lugar desde donde vemos el mundo como un producto económico, no como una familia. Desde esa perspectiva, nuestras expectativas aumentan y nos esforzamos en alcanzar el crecimiento infinito en todos los frentes. No obstante, tal crecimiento no redunda siempre en nuestro beneficio. La causa del cáncer es el crecimiento indiscriminado de células humanas y si no es tratado a tiempo puede conducir finalmente a la muerte. Del mismo modo, cualquier crecimiento que vaya en detrimento del crecimiento de la sociedad en su conjunto, jamás puede ser un crecimiento sano. Finalmente, tal crecimiento pavimenta el camino de la destrucción del individuo y de la sociedad. La situación actual nos recuerda que debemos ser cuidadosos con que nuestro crecimiento y desarrollo siempre garanticen la protección de la Naturaleza.
Así mismo, en esta vida tenemos dos opciones: La primera es aportar el esfuerzo. La segunda es la aceptación. No podemos cambiar todo en el mundo. Hay muchas cosas más allá de nuestro control. Arjuna, el guerrero incansable, ganador de todas las guerras, tuvo que vivir la muerte de su propio hijo. Panchali, fue capaz de cumplir su juramento de matar a Dushasana, pero no pudo salvar de la muerte a sus propios hijos. Por todo esto, la única forma práctica de actuar es afrontar la situación con la actitud de aceptarla.
Ojalá Vishu motive a la humanidad a reivindicar una vida en la que Dios sea una prioridad y que la compasión hacia todas las criaturas vivientes sea reavivada. Que todos mis hijos sean bendecidos por la gracia.