Nuestra primera casa se asienta entre terrazas de cultivo de arroz y mostaza. Todos los materiales de construcción se descargan en la autopista. Mulas o porteadores nepalíes tienen que subir arena, grava, cemento, ladrillos y cables de acero sobre sus espaldas. Se pagan 20 rupias por subir treinta y cinco ladrillos a la colina. Un porteador fuerte puede hacer treinta viajes al día para ganar 600 rupias, unos 7,40 euros.
Bhoomi Puja – Puja para preparar la tierra antes de la construcción.
Primero, cada parcela de tierra se bendice con una puja, después Premamrita Swami personalmente mide la cimentación. Cavar es difícil, pues incluso en las laderas el suelo es una mezcla de suciedad y grandes rocas de río redondeadas. Al principio solo tenemos tres trabajadores, Babalu, Chitra y Umesh, que dobla como cocinero. Todo el trabajo se realiza con herramientas manuales, ya se trate de construir bloques de cemento con madera contrachapada, cortar acero de refuerzo o mezclar cemento.
Shanti Devi trabajando en su casa.
Me sorprendió mucho ver a Shanti Devi, futura propietaria de nuestra primera casa, trabajando en la obra a diario. Discretamente ayuda a llevar arena, grava o agua donde se necesite. Ella perdió en las inundaciones su casa, su marido, un hijo y dos mulas. Vivirá en la casa con el hijo que la queda.
El agua y la electricidad son necesarias antes de que el Swami comience los trabajos de cimentación. Funcionarios locales acordaron proporcionarlas diez días antes, pero llegado el momento seguían sin enganchar. Swamiji les dio cuarenta y ocho horas o un..."me vuelvo a Kerala y me siento a los pies de Amma". Al día siguiente, tanto el agua como la electricidad estaban enganchadas.
El trabajo se agilizará muy pronto, con más parcelas y más trabajadores.