La finca de Can Creixell, donde se ubica el ashram, es de caràcter agrícola y cultivamos olivos. Todos los años se genera una gran cantidad de restos de la poda de los mismos, que recogemos gracias a los voluntarios, que se apuntan al seva especial. Como aprovechamiento, se venían quemando los troncos en las estufas y se trinchaban los restos más pequeños para ser utlizados en el jardín. Desde el pasado otoño, cuando adquirimos una briquetadora, las ramas de olivo procedentes de la poda se trinchan con la trituradora y las convertimos en briquetas que transformamos en energía. Las briquetas alimentan la caldera de biomasa, que es la que genera el agua caliente tanto sanitaria como para calefacción, con lo que conseguimos calentar la masía del ashram y disponer de agua caliente para diversos usos.
¡Y nos quedan aún los troncos más gordos en la reserva!
Esta energía nos ha permitido desconectar de la compañia eléctrica a los efectos que citamos, así que los importes ahorrados en los recibos de la luz pueden ser derivados a la Obra Humanitaria de Amma. Cumplimos así con un doble compromiso: el de contribuir a la reconexión entre las personas y la naturaleza ahorrando costes energéticos y reutilizando lo que ella nos da y el de colaborar por todos los medios a nuestro alcance en la Obra Humanitaria de Amma.