Sunday, 16 April 2023 18:31

La veneración de Dios con forma incluye la de Dios sin forma.

Podemos imaginar cualquier forma pero debemos tener fé en esa forma

Por Mata Amritanandamayi

Hijos, existen distintas concepciones de Dios en las distintas religiones. En verdad, Dios no tiene nombre ni forma. No es fácil, no obstante, venerar al Dios sin forma y sin atributos.  Si queremos cultivar la devoción y concentración debemos dirigirnos a alguna forma de Dios.  Cada devoto tiene el derecho a venerar una forma de la divinidad, la que prefiera.  Esto es ishta-devata upasana o adoración de la forma de Dios elegida.

Al igual que sube la marea del océano debido al empuje gravitacional de la luna, Dios asume muchas formas en respuesta al ardiente deseo del devoto.  Si se concibe a Dios como el Señor Shiva, Él aparecerá en esa forma. Si es adorado como Devi, Él se manifestará como la diosa.

Podemos imaginar cualquier forma, pero debemos tener fé en esa forma. Si adoramos a nuestro ishta-devata con la actitud de que Él o Ella es el Ser Supremo, nuestra adoración culminará en una visión de ese Ser.  La forma es como una escala. Igual que las sombras desaparecen a medio día, la forma se funde en la no forma cuando la concentración culmina en meditación.

En lugar de venerar a varias deidades, debemos venerar a nuestro ishta-devata. Si veneramos a distintas deidades en momentos diferentes no obtendremos a corto plazo los frutos de nuestra veneración. Nuestra mente debe establecerse en la forma del mantra asociado a nuestro ishta-devata. Si cavamos un pozo, no tendría sentido cavar pequeños agujeros en sitios distintos. Solo encontraremos agua si cavamos un hoyo profundo en un único lugar.  Debemos venerar en exclusiva a nuestro ishta-devata.  Este principio espiritual se refleja en la práctica de los peregrinos a  Sabarimala llamando ‘Swamiye Saranam Ayyappa (Danos refugio, oh Señor Ayyappa) en cualquier templo que visiten.

Solo si amamos a nuestro ishta-devata, su forma se integrará claramente en nuestro corazón. Debemos rezar constantemente por una visión de nuestra amada deidad. La actitud de un devoto de Dios debería ser la misma del amante hacia la amada. Si ha visto a su amada con un sari azul, cada vez que vea el color azul, la recordará. Tanto dormido como despierto, solo pensará en ella. Desde el momento en que despierte, su mente habitará solo en ella. Mientras se limpie los dientes o tome su café, solo pensará en lo que ella pueda estar haciendo en ese momento.

Debemos mantener ese amor absorbente que todo lo consume por nuestro ishta-devata. Debemos ser capaces de no pensar en nadie o nada que no sea Él o Ella. Incluso la calabaza amarga perderá su amargor si la sumergimos un largo tiempo en jarabe azucarado. Igualmente, meditando y recordando constantemente a su ishta-devata, el devoto se unirá a Dios como uno.

La autora es una líder espiritual y humanitaria reconocida mundialmente.

Tienes que aceptar nuestras cookies para poder disfrutar de la mejor experiencia posible en este sitio Web. We use cookies to improve our website and your experience when using it. To find out more about the cookies we use and how to delete them, see our privacy policy.

  I accept cookies from this site.
EU Cookie Directive Module Information