Durante el pasado año, hemos sido testigos de muchas tragedias y problemas en el mundo. Miles de personas perdieron sus vidas en guerras y revueltas. Muchas fueron víctimas de ataques terroristas. Muchas murieron a causa de desastres naturales y muchos perdieron los ahorros de su vida. La crisis de refugiados alcanzó su culmen. Incontables mentes estuvieron llenas de temor y desesperanza. A pesar de todo esto, no deberíamos caer en el abatimiento ni en el temor. El poder para afrontar tales retos está dentro de nosotros. Si todos unimos nuestras manos, podremos afrontar incluso los mayores problemas con serenidad y optimismo.

No es necesario preocuparse por el futuro. Los altibajos son la verdadera naturaleza de la vida. La espiritualidad es la ciencia que nos enseña a aceptar todo con buen ánimo. Si cambiamos nuestra actitud mental podemos gestionar los cambios que tienen lugar en situaciones externas. Si sabemos nadar, hacerlo en el océano será un juego delicioso. Los que no saben pueden ahogarse fácilmente. Entender la espiritualidad nos ayuda a afrontar cualquier cosa con fuerza mental. Cuando vienen los problemas algunos se hunden, incapaces de afrontarlos. Pero la persona espiritual es capaz de afrontar los tiempos difíciles con ecuanimidad.

Atithi devo bhava. La cultura india nos enseña a considerar cualquier atithi (huésped) como Dios. Atithi no son solo personas. Cada situación que nos encontramos por sorpresa es un atithi, {literalmente ‘algo intemporal’}. Afrontemos todo alegremente. Cuando lo hacemos así, cada situación se convierte en un trampolín hacia la madurez plena.

Cuando nos encontramos ante situaciones desafiantes podemos sentirnos intimidados. Pero podemos fortalecer nuestra vigilancia sin menoscabo de nuestra fuerza mental. Incluso si caemos o fallamos, no debemos descorazonarnos, debemos visualizar el revés  como un trampolín hacia el éxito.

Nada importa si no podemos conseguir grandes cosas. Es más que suficiente con decir una palabra amable, mostrar una sonrisa amorosa y escuchar atenta y pacientemente los problemas ajenos.

No porque haya terminado un año el sol va a salir por el oeste. Dos más dos continuarán siendo cuatro, no cinco. Nada cambiará por un salto de números. Tenemos en nuestras manos solo el momento presente. Utilicémoslo proactivamente, actuando de modo a generar una transformación positiva. Hagamos la resolución de no despilfarrar dinero en gastos extravagantes. Si el dinero puede usarse en ayudas a niños enfermos puede significar mucho. Por supuesto al final la muerte es inevitable. No podemos salvar a todos. Pero si con nuestra ayuda, podemos incluso prolongar la vida de un niño, significaría mucho para sus padres.

Comprometerse en esas acciones compasivas es como vivir las verdades expresadas en las declaraciones de los Upanishads proclamando nuestra unidad con Dios: tat tvam asi and aham brahmasmi. “Tú eres eso” y “Yo soy Brahman”. Por ejemplo, cuando metemos un dedo en un ojo nunca castigamos a nuestro dedo, por el contrario usamos el mismo dedo para frotar el ojo. Esto es porque sabemos que ambos, el dedo y el ojo son parte de nuestro cuerpo. De modo similar, cuando vemos a otros como nuestro verdadero Ser, la compasión surge espontáneamente. Igual que perdonamos nuestros errores, perdonemos igualmente los errores ajenos. Intentemos trascender cualquier sentimiento de ira que sintamos hacia los que nos han herido. Intentemos escribir cartas amables o emails a aquellos que están enfadados con nosotros. Puede proporcionarles algo de felicidad y ayudarles a disolver su enfado. No olvidemos expresar nuestra gratitud a nuestros seres queridos y a los cercanos a nosotros. Estas son las cosas nuevas que tenemos que hacer en el nuevo año. Tales acciones traerán un renacimiento real, una nueva creación.

Aprendamos de los fracasos del año pasado y entremos en el nuevo con mayor conciencia, entusiasmo y fe optimista. Al mismo tiempo ampliemos los horizontes de nuestro conocimiento. Hagamos que el nuevo año se bendiga mediante acciones que difundan la fragancia del amor y la compasión.

Amma reza al Paramatman para que sus hijos sean capaces de hacer esto. Amma desea a todos sus hijos un muy feliz 2017.