Sunday, 11 January 2015 19:08
Mensaje de Año Nuevo 2015 de Amma.¿Cómo puedo poner fin al sufrimiento?
El advenimiento del Año Nuevo siempre es una ocasión gozosa que enciende la esperanza, el entusiasmo y el optimismo en todos los corazones. Amma ruega al Paramatman que en el año que llega tanto el mundo como cada persona se llenen de paz, armonía y prosperidad.
El año que termina fue testigo de mucho dolor y sufrimiento. Miles de personas cayeron bajo balas terroristas. El número de muertos en África a causa del virus Ébola fue escandaloso, así como los recientes asesinatos masivos en Pakistán (1) y asma (2). No es fácil recuperarse de estas tragedias.
Podemos preguntarnos, "¿cómo podemos sonreir en medio de tanto sufrimiento?". Es cierto. No es fácil sentirse feliz en tiempos de tanto dolor. Sin embargo, el sentimiento de infelicidad y la depresión no aportan solución alguna. Si te hieren la mano y únicamente lloras, nunca va a curarse. Seguramente se infectará. La acción práctica es curar la herida. No perdamos la esperanza ni el optimismo de cara al futuro. Perder la esperanza y el optimismo nos hará sentir como aves que han perdido sus alas. Igual que esas aves que ya no pueden volar, no seremos capaces de remontarnos al cielo de la vida. No podemos permitirnos perder nuestra fuerza mental. En realidad, como cualquier otra decisión, la felicidad es también una decisión. Es la firme decisión de "Seré feliz ocurra lo que ocurra. Seré valiente."
El amor por esta meta nos aportará la inspiración para seguir luchando por su logro. Así, el dolor no nos inmobilizará. Habrá incluso dulzura en medio del dolor. Una madre siempre está dispuesta a llevar el peso de su bebé y a sufrir el dolor en el parto, por amor a ese hijo y a su deseo de estar unida con él. El amor por la meta es lo que nos da la fuerza para afrontar todos los obstáculos.
Con la llegada de un nuevo año, con frecuencia oímos decir: "este año ha pasado muy deprisa. Se ha ido sin darme cuenta". En verdad, el tiempo no pasa ni rápido ni lento. Lo que nos hace sentirlo rápido o lento, son las situaciones que debemos afrontar y nuestra actitud hacia ellas. Podemos haber estado muy ocupados, pero necesitamos preguntarnos, "¿porqué he estado tan ocupado? ¿He estado ocupado intentando alcanzar lo efímero o lo eterno? El advenimiento del Año Nuevo es un tiempo de introspección y evaluación de nuestro progreso espiritual. Si sentimos que hemos involucionado, necesitamos hacer una resolución, la de no permitirnos más deslices. Debemos asegurarnos de comenzar a avanzar de nuevo.
El Año Nuevo es también un recuerdo sutil de que ha pasado un año más de nuestro tiempo en la tierra y de que nuestro encuentro con la muerte se ha acercado otro año. Nadie escapa a la muerte. Puede llegar en cualquier momento. Deberíamos preguntarnos, "si la muerte llegara ahora, podría afrontarla con una sonrisa? O temblaría de temor e inseguridad?". Si realmente hemos comprendido la espiritualidad, no tendremos ningún temor. Veremos cada cosa en su lugar, sin ningún apego mundano.
La vida es como vivir en una casa alquilada. No podemos vivir ahí permanentemente. Un día u otro tendremos que irnos. Si mientras vivimos alquilados, construimos una casa espaciosa propia, no nos sentiremos mal cuando tengamos que dejar la de alquiler. Al contrario, nos sentiremos felices. Pero si no hemos encontrado un lugar permanente donde vivir, viviremos preocupados, "¿dónde iré a vivir cuando me digan que me vaya?" Así, como nos mudamos de la casa alquilada a la propia, estaremos preparados para mudarnos de esta casa alquilada – el cuerpo – al reino del Ser, nuestra verdadera casa.
Cada apego mundano que creemos debilitará nuestra fuerza mental. Al principio, podemos sentirlo como un pequeño apego, no hay nada que temer. Pero según va creciendo nos convertimos en su esclavo. Pronto actuamos como pedigüeños ante él. El apego se convierte en nuestro amo. El apego a Dios es diferente. La fe en Dios nos ayuda a cultivar valores como el amor y la compasión, nos ayuda a pronunciar buenas palabras y a realizar acciones virtuosas. El apego a Dios o al Gurú nos ayuda a despojarnos de nuestra dependencia del mundo y a ser autosuficientes.
En otros tiempos, el Año Nuevo se consideraba un día sagrado. La gente visitaba lugares de veneración, participaba de oraciones por su bienestar y pedía fuerza para realizar buenas acciones. Era un día para dar alimento a los pobres y realizar otras obras de caridad. Hoy en día la sacralidad de la fiesta ha desaparecido. El Año Nuevo es un día para emborracharse,bailar y celebrar. Pero no es necesario emborracharse para celebrar. Cuando la gente olvida el verdadero sentido de una fiesta y la usa para una celebración vacía, es como comerse la piel y tirar el fruto. No podemos perder los valores que nos hacen seres humanos.
"¿Existe Dios o no?" no es la pregunta relevante en esta ocasión. Preguntaros a vosotros mismos, "¿hay o no sufrimiento en el mundo? ¿Cómo puedo eliminar ese sufrimiento, el mío y el de los otros? ¿qué puedo hacer para ponerle fin?" Estas son las preguntas que debemos hacernos, especialmente en Año Nuevo.
¿Porqué encontramos novedad en un nuevo año? ¿Hay realmente alguna diferencia entre el 31 de diciembre y el 1 de enero? Nuestra mente es la que crea este sentimiento de novedad y esperanza. Si nos comprometemos en acciones que fomenten nuestro propio bienestar y el del mundo, encontraremos novedad, vitalidad y entusiasmo en cada momento. Si actuamos así en el momento presente, es suficiente. No deberíamos dejar para más tarde lo que es necesario hacer hoy. Debemos sumergirnos totalmente en la realización de buenas acciones. Debemos esforzarnos en ver el mundo con una mirada llena de amor y gozo cada día.
Si queremos vivir vidas plenas de significado, debemos tener presentes cinco cosas:
1) Nunca desperdiciar una oportunidad de ayudar al prójimo.
La ayuda que demos a otros despertará el gozo en sus corazones y en los nuestros. Por ejemplo, si damos alimento a un huérfano, calmaremos su hambre, lo que nos permitirá ver la felicidad en el rostro de ese niño. Sentiremos un gran contento contemplando su felicidad . Este sera el fruto visible de esa acción. Hay también un resultado invisible –el punyam (mérito) creado por la acción. Así, nunca perdáis la oportunidad de ayudar y servir al prójimo.
2) En el año que comienza evitemos usar palabras crueles. Nunca habléis mal del prójimo.
Usándolas perturbaremos nuestra mente y la de los otros. No olvidar nunca que todo el bien y el mal tiene su origen en las palabras.
3) Asegura las practicas espirituales como recitar tu mantra y meditar. Que no falten ni un solo día.
Estas prácticas diarias eliminan las impurezas acumuladas por la mente durante el curso de cada día. También otorgan paz y entusiasmo. Por ejemplo, suponed que tenemos que llegar a la oficina a las 10 de la mañana. Antes de acostarnos, ¿no intentaremos asegurarnos de que todo está listo, para no retrasarnos por la mañana? Cuando nos enfocamos en una meta, pondremos todo nuestro esfuerzo y entusiasmo e ignoraremos las distracciones.
4) Esfuérzate en pasar al menos un poco de tiempo en Satsang.
El estudio de las escrituras y pasar tiempo en la presencia de Mahatmas son formas ideales de satsang. ¿Cuánto tiempo empleamos en cotilleos y charlas innecesarias? Podemos emplear ese tiempo en leer libros de espiritualidad.
5) Cada día, pide con todo tu corazón al gurú o a Dios por la pureza de tu mente y por la fuerza para realizar buenas acciones.
Si deseáis hacer progresos espirituales, la humildad y la devoción son absolutamente esenciales. Deberíamos hacer un voto de humildad. Cuando somos humildes, nos hacemos automáticamente receptivos a la gracia.
Todos nosotros queremos que el mundo se llene de más bondad y belleza de la que hay ahora. Debemos aportar nuestra parte de compromiso para crear ese mundo.
Un nuevo año sin guerra ni terrorismo...
Un nuevo año en el que nadie sufra hambre ni pobreza...
Un nuevo año en el que todos tengan igual oportunidad de crecer y desarrollarse...
Un nuevo año en el que haya respeto mutuo entre todos, independientemente de sexo, religión o color de la piel...
Un nuevo año en el que los corazones humanos se unan en amor y unidad...
Podemos soñar. Para hacer ese sueño realidad, pongamos la voluntad de asumir el propio sacrificio.
Lo que hace que la vida de una planta alcance su plenitud es el brote, la floración, el fruto. Cuando esto ocurre, la planta presta su bondad y belleza al mundo. En verdad, incluso cuando se marchita, la planta nutre la tierra y las generaciones futuras. Roguemos para que nuestras vidas puedan tener un beneficio similar.
Dios nos ha dado un rostro a cada uno. Que éste exprese amor o ira es cosa nuestra. Si sonreímos todo el tiempo, haremos que otros también sonrían. Si tenemos amor y paz en nuestro interior, esto creará idénticos sentimientos en los otros. Así todo el entorno se llenará de felicidad. De esta manera, en este nuevo año que comienza, seamos capaces de hacer florecer el amor pleno en nuestra familia, país y el mundo. Entremos en el Año Nuevo con esta oración. Amma desea a todos sus hijos un 2015 muy feliz.
***
1) El 16 de diciembre de 2014, un ataque terrorista a una escuela en Peshawar dejó cerca de 145 muertos, de ellos 132 eran niños.
2) El 24 de diciembre de 2014, militantes separatistas mataron 81 campesinos tribales en el estado indio de Assam.
(Lo anterior son extractos del mensaje de Amma en el Ashram de Amritapuri en las primeras horas del 1 de enero de 2015.)
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