Cuando consideramos la naturaleza de las deidades veneradas en los templos, debemos entender la diferencia entre ellas y el concepto de Dios como la conciencia omnipresente. El Dios omnipresente no tiene limitaciones de restricción, no hay diferencia entre lo masculino y lo femenino. Hay una diferencia entre el pescado en el océano y el pescado criado en una pecera doméstica. Al pez en la pecera tenemos que darle alimento, proveerle de oxígeno y de vez en cuando cambiarle el agua. El pez en el océano carece de esas limitaciones.
Cuando nos bañamos en un río no tenemos que seguir restricciones o yama-niyamas [esto sí, esto no] Por otra parte, cuando se llena una piscina con agua del mismo río, esa agua tiene que ser filtrada y clorada. La gente que quiere nadar en la piscina, tiene que ducharse antes y ponerse ropa de baño. No debemos usar jabón en una piscina. Aunque para llenar la piscina solo se usa agua del río, las normas de higiene son diferentes aquí. Igualmente, aunque es real y únicamente el Dios omnipresente venerado en la deidad de un templo, las normas y prácticas que conciernen a la pureza de la veneración de la deidad de un templo son distintas y específicas.
Cuando sembramos una semilla, obtendremos frutos en el futuro, solo si regamos el retoño, lo abonamos con regularidad y atendemos al cuidado de la planta. Así mismo, la deidad de un templo tiene que ser venerada en tiempo correcto, ofrecerla solamente naivedyam [alimento consagrado] y deben observarse las diferencias de pureza e impureza y los códigos de conducta deben seguirse de manera estricta. Pero esas normas no existen para venerar al Dios omnipresente.
Cada deidad en cada templo tiene una serie de normas que deben ser seguidas para su veneración. Por ejemplo, el procedimiento para la veneración de Devi en un templo donde ha sido consagrada en raudra bhava [de modo violento] es diferente de aquél que en otro templo donde ella ha sido conceptualizada en shanta bhava [modo pacífico]. Si no se siguen esos procedimientos específicos, ello puede afectar a la santidad del templo.
Las deidades veneradas en templos están consideradas como menores [según la Constitución de India]. Lo mismo que un niño requiere el cuidado de sus padres y maestros, la deidad requiere el cuidado de tantris ypujaris. El papel de los devotos de la deidad también es de la máxima importancia. De hecho, la deidad ciertamente existe para beneficio de los devotos.
Es creencia de los devotos que Sabarimala Ayyappan era una naishtika brahmachari [siempre célibe]. Los devotos también creen que los votos asociados con el santuario respetan sus últimos deseos antes de su entrada en elsamadi final y de dejar su espiral mortal.
Es necesario hacer cambios de acuerdo con el cambio de los tiempos, pero si hacemos estos cambios a nuestro gusto cuando se trata de templos, podría producirse una pérdida de nuestros valores fundamentales. Es como intentar bañar a un niño una y otra vez y finalmente borrar al niño del proceso.
Sri Sankaracharya, Sri Narayana Guru y Sri Chattambi Swamigal, estaban establecidos en Advaita [la verdad última de que todo es una conciencia omnipresente]. Pero después de alcanzar ese estado más alto, ellos continuaron estableciendo templos de veneración y señalaron las normas de procedimiento para la veneración de esas deidades. Yo también he sido invitada a visitar esos templos y he ido. En algunos templos de Shiva, se pidió a Amma que solo hiciera tres cuartos de circunvalación y después retornar según la tradición. Amma se inclinó ante esos procedimientos específicos y los siguió.
Incluso cuando Amma empezó a consagrar los templos Brahmasthanam en sus ashrams, Amma consultó a expertos y pundits y siguió su consejo. Cuando Amma iniciaba a alguno de sus brahmacharis [estudiantes espirituales] en sannyasa[orden religioso], Amma seguía los procedimientos establecidos, invitando a un sannyasi [monje] de un linaje tradicional a llevar a cabo las normas procedimentales. Así, Amma, a pesar de verlo todo como manifestación divina, no ha renunciado a las normas tradicionales.
Los templos son de hecho los pilares de nuestra cultura religiosa. Nos obliga el deber de cuidarlos. De otro modo, como una cometa con la cuerda cortada, la sociedad iría sin rumbo, a la deriva.
Incluso en el mundo profano, vemos en lugares como aeropuertos que solo se permite fumar en espacios específicos. La gente sigue tales restricciones.
En Mannar Salai, la tradición es que el sacerdote del templo sea una mujer. En algunos lugares hay escuelas y facultades exclusivamente para chicos o chicas. Ahí no se pide igualdad de género. Más aún, en Sabarimala no se puede decir que haya discriminación de género; las señoras de un grupo específico de edad, [menos de 10 y más de 50] tienen permiso para venerar.
Cuando las madres dicen a sus hijos pequeños, “si mientes te quedarás ciego” o “te cortarán la nariz”, están instilando un cierto temor en los niños para que no mientan. Si esto fuera cierto, ¡todos estaríamos ciegos y sin nariz! Pero tiene cierta utilidad, ponernos al nivel de un niño para elevarlos.
Una niña mostró a su padre un dibujo que había hecho y dijo, “Papá, ¡mira que elefante he dibujado!” El padre que estaba ocupado miró y solo vio unos cuantos garabatos. Y dijo ¿dónde está el elefante? No veo tal cosa.” El niño se entristeció y empezó a llorar. El padre, dándose cuenta de su error, dijo. “Oh sí, antes no veía bien el dibujo porque no llevaba puestas las gafas! Ahora que las llevo, puedo ver ahí un bonito elefante!”. El niño se sintió feliz.
De modo similar, hay un lenguaje del corazón. No podemos valorar todo con el intelecto. Para comunicar ciertas cosas, hay que ponerse al nivel de otros.
Dios es la verdad última y para alcanzarla los templos son tan útiles como las escaleras para subir al último piso. El último piso y las escaleras están hechos con los mismos ladrillos, cemento y mortero. Así que ciertamente, todo es Dios. Pero para alcanzar ese destino, no podemos ignorar la importancia de las escaleras. Sin su ayuda no podemos alcanzar el último piso.
En el pasado, Amma hizo una pequeña investigación, en un periodo de tiempo de unos 10 a 15 años. Durante la estación de Sabarimala, enviaba gente a varios hospitales para averiguar el patrón de afluencia de pacientes. Y observó que durante la temporada de peregrinación de Sabarimala, el número de pacientes que acudía a hospitales bajaba de un 30 a un 40%. Puede ser que la razón sea que durante esos meses muchos hombres, por la práctica de austeridades para ir a Sabarimala, no bebían alcohol, no consumían productos no vegetarianos, no peleaban con sus mujeres y hacían pujay mantra japasentados junto a sus familias. Así que la influencia del templo de Sabarimala para atraer vibraciones positivas, tanto en el cuerpo como en la mente de la gente en sociedad es obvia.
Por eso es importante que estas tradiciones sean alimentadas y mantenidas por la sociedad. La sociedad permanece de este modo sujeta a buenos valores. Todos deberían adherirse a ellos y avanzar.
Cuando Arjuna quería aprender el dharma de la guerra, pidió a Krishna que le enseñara, pero Krishna le dijo: “Aprende de Bhisma; él es la autoridad apropiada en ese terreno”. Así mismo, ciertas cosas deberían dejarse a sus autoridades correspondientes, las más competentes para dar la dirección correcta. En esta cuestión específica, son los devotos tantrisy pujaris de Sabarimala y los devotos ardientes como tú, quienes necesitan sentarse juntos, debatir y llegar a una conclusión. Hay un dicho en malayalam: “Si comes muy despacio, puedes comerte hasta una palmera.”
No tengo más que decir y mucha gente que habló antes que yo, ya dijeron lo que tiene que decirse sobre esta cuestión.
Om Namah Shivaya.