Abrid vuestros corazones
Tan sólo con abrir nuestros corazones, tendremos la experiencia del aire fresco de la gracia.
Un hombre fue a presentar una queja al jefe de la aldea y dijo:”Señor, necesito que me haga un favor. Mi cuarto está sucísimo y apesta. Tengo cuatro hermanos. Uno tiene perros el otro, gatos. El tercero tiene gallinas, y el cuarto tiene conejos. Con todos estos animales mi cuarto está lleno de porquería y huele fatal. Señor, ¡no hay aire fresco en el cuarto! ¡Me estoy asfixiando! Tiene que aconsejarlos para encontrar una solución a esto. Si al menos tuviera un poco de aire fresco, eso me bastaría.”
El funcionario preguntó: “¿No hay puertas ni ventanas en el cuarto?”
“Sí, hay”, -dijo el hombre.
“Y ¿porqué no las abres? Dijo el funcionario. “¡Así tendrías aire fresco!”
El hombre respondió: “¡Qué dice, hombre! Entonces mis palomitas se irían volando!”
Por la cuerda floja a la perfección
No es fácil desarrollar vairagya viviendo entre atracciones. Solo es posible para los valientes.
La danza del Señor Krishna con las gopis a orillas del río Yamuna se tornó en rasa-lila, una danza de gozo. Cuando se reunieron con el Señor Krishna, la auténtica encarnación de la dicha, las gopis se olvidaron de toda conciencia corporal y se sumergieron en el Ser Puro. Lo que ocurrió fue la fusión de Purusha y Prakriti, -creador y creación- consciencia pura y naturaleza. Cuando olvidaron todo en puro amor, despertó el Krishna interior de las gopis. Por eso ellas tuvieron la experiencia de un Krishna exclusivo para cada una.
Deberíamos recordar al creador, disfrutando de la creación. Deberíamos disfrutar del chocolate recordando a la persona que lo hizo, lo que no es fácil. Para eso, es necesario el conocimiento de las escrituras.
Encender la lámpara de la esperanza
Sin sucumbir al desaliento tenemos que iluminar nuestros corazones con la lámpara de la esperanza.
Sigamos adelante y trabajemos con mayor entusiasmo para proteger y restaurar la armonía de la naturaleza. Podemos conseguir un futuro más brillante prestando oído a la voz de su sabiduría. Trabajemos arduamente y recemos profundamente para aumentar el amor y la solidaridad entre la gente y las naciones. ¿Qué queremos decir tanto con rezar, como con poner esfuerzo? Cuando rezamos, las vibraciones que se crean alcanzarán a la gente comprometida y creará un efecto positivo o de transformación en sus mentes. Es una vibración que viaja en forma de ondas. No obstante, también se requiere que el receptor esté abierto. Cuando escuchamos una canción en el ordenador o en la radio el sonido nos llega a través de ondas. Por tanto, necesitamos tanta fe como esfuerzo.
Se paciente, el maestro está trabajando
Vamos de un lado a otro en la búsqueda de Dios. Cuando empezamos a echar raíces, pensamos, “No saco ningún provecho aquí, si voy para allá tal vez consiga algo más.” Lo que realmente necesitamos es paciencia.
Un hombre planta un árbol y al cabo de cinco días lo arranca para ver si las raíces han crecido, luego vuelve a plantarlo y lo arranca de nuevo después de cinco días para mirar las raíces y lo planta nuevamente. Finalmente, el árbol muere. Esto es lo que sucede cuando vamos de un lado para otro en busca de Dios. Cuando empezamos a echar raíces, pensamos, “No obtengo ningún beneficio aquí, si voy para allá tal vez consiga algo más.” Lo que realmente necesitamos es paciencia.
Acciones sin apegos
Aquellos que se apegan a sus acciones nunca podrán saborear la alegría de las mismas.
La Gita es una llamada a la seguridad de la sociedad y a la realización espiritual del individuo. Ella contiene la enseñanza capaz de llegar a la gente en cada fase de la vida y elevarlos mediante el encuentro con ella a su nivel. Como el señor de las gopis, como el gobernante de Dwaraka, como el mensajero de los Pándavas, como el conductor del carro de Arjuna, el Señor Krishna interpretó numerosos papeles. El señor podía disfrutar de la vida con ecuanimidad, ser útil a la sociedad y al mismo tiempo permanecer completamente desapegado. Realizaba sus acciones sin apego y esto era por lo que su vida y acciones atraían a la gente como las lilas de Krishna. La palabra lila significa juego, un entretenimiento.
Aquellos que estén apegados a sus acciones no podrán saborear la alegría de las mismas. Pero cuando las acciones se realizan sin apego, uno puede disfrutar de esas acciones totalmente, y además, este tipo de acción no nos encadena. Cuando esperamos algo de nuestras acciones y no lo obtenemos ello nos causa dolor. Cuando nos desapegamos de sus frutos, podemos disfrutar mucho más de la acción.
El amor trae novedad y frescura cada día
Si amamos algo, lo veremos nuevo y lleno de frescura. Cuando acaba el amor, todo parece perder su frescura.
Cuando llega el año nuevo, todos nos deseamos, “¡Feliz año nuevo!” En verdad, la felicidad no tiene que ver con las fechas del calendario, porque sólo cuando haya cambios positivos en nuestra perspectiva y nuestras acciones, sentiremos felicidad.
Podemos celebrarlo de dos maneras: haciendo lo que hace la mayoría, celebrar las fechas marcadas en el calendario con petardos, baile, canciones, cumpliendo deseos; o reconocer la grandeza y belleza de Dios en cada momento de nuestra vida. Lo primero es puramente externo, es sólo un breve espacio de alegría en medio de tristeza y dolor; como un relámpago en el cielo oscuro, los destellos de felicidad son efímeros y se desvanecen, al iluminar nuestra vida brevemente. Lo segundo es un estado mental continuo, ya que la verdadera celebración no se obtiene al satisfacer deseos triviales, es la etapa final de una preparación continua, porque la búsqueda de la verdad debe surgir desde adentro.
Un Guru es un hábil escultor
El escultor debe golpear fuertemente, algunas partes de la roca, con un martillo y un cincel, mientras otras partes las golpea suavemente; algunas zonas deben eliminarse por completo, mientras otras solo necesitan pulirse.
Cuando tenemos problemas de visión, nos apresuramos a acudir al médico y también a ponemos gotas en los ojos. Para sanar nuestra visión, llevamos gafas o nos sometemos a una operación. Nos preparamos para la operación, poniéndonos en manos del médico que eliminará las cataratas y nos devolverá la visión sana. Al hacerlo, se abrirá el tercer ojo y nos damos cuenta de nuestro Ser, siendo capaces de ver la unidad de todos los seres.
El Maestro es un escultor hábil, que a veces debe golpear algunas partes de la roca muy fuerte, con un martillo y un cincel, mientras otras partes las golpea suavemente; algunas zonas deben eliminarse por completo, mientras otras solo necesitan pulirse. El Gurú Supremo es un escultor divino que saca a relucir la magnífica escultura escondida dentro de la roca.
Mil peregrinaciones = presencia del Maestro
Puede que sea difícil, pero debemos seguir intentándolo. Aunque fallemos cien veces, una sola victoria es un gran éxito. Tal vez suspendamos una prueba varias veces, pero una vez aprobada, no hace falta repetirla.
Las aguas de los tres ríos sagrados están en los pies del Gurú Supremo y obtenemos el beneficio de mil peregrinaciones, cuando entregamos nuestros gustos y aversiones a los pies del Maestro y le servimos desinteresadamente. Su presencia es el pico más alto del Himalaya, es como bañarse en las aguas más sagradas.
Nuestro ego se transforma en las aguas de compasión, y se transforma en una ofrenda al mundo. Nuestro corazón desborda este amor, al igual que la leche se desborda al hervir, y fluye por todo el mundo, despertando estos pensamientos en los discípulos, “No debo deshonrar a mi Gurú de ninguna forma y para lograrlo me cuestiono, ¿cómo debo tratar a la gente?” Debemos ver a los demás como partes del cuerpo de nuestro Gurú y así, servirles. Al enfadarnos con alguien debemos intentar ver la sonrisa de nuestro Maestro en vez de la cara de esa persona y aunque el enfado persista, cuando vemos la sonrisa del Gurú podremos controlar esa emoción. Los pensamientos son variados y al organizarlos y ordenarlos, sabremos de cuales debemos deshacernos; es entonces cuando creamos poesía.
Toma poco, da más
Incluso cuando estaban hambrientos, pensaban en el dolor ajeno; incluso cuando tenían dolor, sentían compasión por los demás. Esta era la naturaleza de nuestros antepasados.
En la aldea donde creció Amma, el 90% de las personas vivían de sus sueldos diarios y lo que ganaban era para comprar comida. No tenían ahorros ni cuentas bancarias y raramente comían cada día. Amma solía ir a unas 60 casas, todos los días, para recoger restos de comida y alimentar las vacas y veía que algunas familias habían comido, mientras otras pasaban hambre.
Un día, fui a una casa con este propósito. Tenían 11 hijos y todos estaban tumbados en el regazo de sus madres y padres. Les pedí restos de comida del día anterior y la madre dijo que no habían comido nada en todo el día y, por eso, no tenían nada para darme. Al preguntarle por qué, dijo que su marido no encontraba trabajo y, por ese motivo, no podía comprar comida. Le pregunté por qué no pedían dinero prestado para comprar comida y dijo que su marido había caminado 10kms para pedir algo de dinero, pero no lo había conseguido. De vuelta a casa, a la luz de la luna llena, vio tortugas en la orilla del mar poniendo huevos y esperó que volviesen al mar, para coger algunos, entre los cientos que había, para llevarlos a casa, hervirlos y alimentar a sus hijos. Cada niño y niña comió dos o tres huevos y cuando uno de ellos le preguntó por qué no había traído todos los huevos, el padre contestó, “Si perdiera todos mis hijos, ¿cómo me sentiría? Si perdiera uno de vosotros, por lo menos el resto me podría consolar. Las tortugas se sentirían igual y si cogemos todos sus huevos, pronto se extinguirán.”
Olvidarse de uno mismo para encontrarse
La esencia de las escrituras está en su aspecto práctico. Al tratar con los demás, ¿fuimos capaces de mantener la compostura? De lo contrario, ¿cuál es la diferencia entre nosotros, una grabadora o un libro?
Tenemos mucho más que aprender de las personas que nos rodean, que de los libros. Las escrituras se enseñan en los ashrams y todo el mundo las aprende, pero su esencia está en su aspecto práctico. Aprendemos el lado práctico de las escrituras cuando tratamos con otras personas.
Debemos ser conscientes que cada situación a la que nos enfrentamos en la vida es una prueba que nos es dada por nuestro Maestro. Ansiamos recordar lo aprendido y aplicarlo en nuestra prueba. Al tratar con los demás, ¿fuimos capaces de mantener la compostura? De lo contrario, ¿cuál es la diferencia entre nosotros, una grabadora o un libro? Leemos un libro y repetimos lo que hemos leído; escuchamos una grabación y repetimos lo que hemos escuchado; si escribimos la palabra “miel” en un papel y lo lamemos, no saborearemos la dulzura de la miel. Diremos a todo el mundo que somos miel, pero no demostramos ninguna cualidad de la miel.