La madre de Amma era muy estricta con nuestra educación . Era muy conservadora en lo que respecta al comportamiento de las niñas, -Amma  nunca obedeció en lo que atañe a que a las niñas no se les permitía correr. - Las niñas tenían que caminar tan suavemente que la tierra no tenía que sentir sus pasos. A las niñas no se les permitía reír a carcajadas. Tenían que hablar tan bajo que las paredes no se enterasen.  Las niñas tenían que estar en casa a la puesta del sol. Las mayores de doce años no podían ir de tiendas. Cuando sus hermanos eran más altos que ellas, tenían que meterse en sus cuartos cuando los hermanos estaban en casa. Estas eran algunas de las normas con las que Amma creció. No obstante, incluso en aquellos días de normas estrictas, la fiesta de Onam era un momento en que las niñas podían hacer lo que quisieran sin que nadie las riñera o reprendiese por ello. Podíamos reír y jugar, chillar y gritar, disfrutar sin tener que pensar si era de día o de noche. Imaginaos la alegría de alguien que ha estado en prisión varios años y de pronto es liberado. Nuestra alegría era aún mayor, ¡quizá cien veces más que eso!

Un par de casas más allá, todos podían reunirse y colgar de los árboles grandes columpios. Hasta diez personas cabían en un columpio y se balanceaban juntas. Nosotros cantábamos canciones y jugábamos a todos los juegos de Onam, como tuṁbituḷḷal etc.  Día y noche, durante diez días, el lugar era un clamor y podíamos correr cuanto quisiéramos. Estrenábamos vestidos nuevos. Hacían nuestras comidas favoritas. Incluso los pobres intentaban vender algunas cosas y así reunir un dinero para celebrar. Incluso si no tenían nada que comer al día siguiente, querían celebrar el día  de Onam. No pensaban en el mañana,  solo los importaba disfrutar y vivir  el momento de ese día. 

Amma siempre deseaba que cada día fuese como los días de Onam. Amma piensa a menudo: “¡Si todos en el mundo pudieran ser así! Cuando los niños ríen y juegan sin preocuparse de nada…Amma piensa eso a menudo. Ellos se sienten seguros en el conocimiento de que tienen una madre que los llamará y les dará de comer cuando tengan hambre. La madre siempre los cuidará y se asegurará de que estén libres de accidentes  o amenazas externas. Por eso, los niños se sienten seguros  y sólo se ocupan en jugar y disfrutar. Amma imagina de este modo a todos sus millones de hijos, como niños pequeños que saltan, corren y juegan sin una preocupación en el mundo. 

Incluso vecinos que se pelean hacen las paces el día de Tiruvonam y los niños corren a las casas de los otros. Se olvida la ira. Por eso el día de Onam tiene una extraña atracción,  que hace que la gente deje de lado sus odios pasados y comparta su amor.

Amma dice siempre que Dios, el género humano, la naturaleza y todas las criaturas vivientes  comparten la celebración de la fiesta de Onam. El mensaje de Onam es el mensaje del amor, la amistad, la prosperidad, la devoción y el entusiasmo. La enseñanza nuclear de Onam es que podemos crear nuestra propia felicidad, incluso en medio de toda la tristeza. Incluso en estos días difíciles  de la pandemia, el mensaje de Onam sigue siendo tan relevante como siempre.

Esta fiesta de Onam crea una isla de alegría y entusiasmo en medio de la pandemia del virus Corona y teje una red de esperanza y sueños para mañana. Por otra parte, hay ciertamente muchos retos en el mundo de hoy.

Pero incluso así, es quizá en este tiempo que el mensaje de Onam es más relevante. Porque Onam nos enseña a ser felices con lo que tenemos, a amarnos unos a otros, a compartir nuestras penas, a esperar lo mejor, a soñar en un mañana mejor. También Onam nos trae el mensaje del sacrificio, la devoción y la entrega a Dios. Esta fe, optimismo, alegría, placer y entusiasmo es lo que más necesitamos ahora.  Despertemos unidos y reavivemos todo esto de nuevo.

De hecho, esta es una oportunidad de darnos cuenta de que la felicidad no es algo externo, sino algo que creamos interiormente. Cuando alguien toma una decisión firme, “pase lo que pase voy a ser feliz” no hay fuerza en el universo que lo impida. Por eso, tenemos que intentar absorber el amor y la felicidad y compartirlos con el prójimo. Unámonos, seamos uno, como una sola mente en el amor, la devoción y la unidad. Esto es lo que Amma tiene que decir. 

Que todas las acciones que realicemos durante este tiempo de Onam, sean como ofrendas divinas. Que el pokkalam que creamos para recibir a Bhagavan esté hecho con las flores del amor y la compasión. Que la decisión de construir una nueva vida sobre los cimientos del conocimiento dhármico y la rememoración de Dios, sean los vestidos nuevos para Onam. Que los juegos de Onam sean un ejemplo de cómo compartir con otros todo lo que nos produzca alegría. Igual que todos se reúnen para jugar a los juegos de Onam, sin importar la religión, la casta o la creencia, que estos sean el sentimiento de alianza que llene nuestros corazones. Que olvidemos todas nuestras diferencias, unidos en una mente en unidad, amor y gozo. Que el sol del amor, la felicidad y el contento salga en todas partes. Que la gracia bendiga a todos, para hacer que esto sea posible.