Para lograr esto, lo primero es calmar la mente. Solo una mente en calma puede pensar con claridad. Las emociones fuertes descontroladas afectan al discernimiento y pueden alterar la memoria. Por eso, en lugar de reaccionar impulsivamente, en primer lugar debemos calmar la mente para poder pensar con claridad y verificar las causas del desastre de lo sucedido.
Amma recuerda una historia. Un conductor borracho atropelló y mató a un joven. La madre del joven no podía soportar el dolor por la muerte prematura de su hijo. Durante largo tiempo ella permaneció perdida en la memoria de su querido hijo. Superada por el dolor, este fue transformándose en deseo de venganza. Y decidió matar al conductor para vengar la muerte de su hijo.
Pero cuando su mente se calmó, le sobrevino otro pensamiento. “Si le mato, ¿volverá mi hijo? No. Y no solo eso. Yo padecí una angustia infinita por la muerte de mi hijo. Si mato a ese hombre, su madre y seres queridos sufrirán otro tanto. ¿Por qué deberían sufrir por mi causa? Nadie debe sufrir a causa de mi infortunio.”
Y siguió reflexionando. “El coche mató a mi hijo porque el conductor estaba borracho. Si no lo hubiese estado, esto no habría sucedido. Así que, la causa real de esta tragedia fue el alcohol. Si lanzo una campaña para aumentar entre la gente la conciencia de los peligros de beber y conducir, esos accidentes pueden reducirse.”
Reclutó la ayuda de algunos amigos para aumentar entre la gente la conciencia acerca de los peligros del alcoholismo; pasó el resto de su vida de este modo. Sus enérgicos esfuerzos consiguieron la creación de una gran organización dedicada a la recuperación de adictos.
Si hubiese matado al hombre que mató a su hijo, habría sufrido un gran daño. No solo eso, el mundo no se habría beneficiado de su acto de venganza. Una vez que se dio cuenta de la verdadera causa de la muerte de su hijo, pudo controlar su indignación y servir a un propósito noble. Esto benefició por igual, a ella y a la sociedad.
Normalmente, no nos ocupamos en encontrar la causa real de nuestros problemas. Por eso no cesan jamás. Pero si buscamos con calma las causas, como hizo esta madre, podremos canalizar nuestra ira y deseo de venganza mediante una salida que beneficie a la sociedad. Si nos esforzamos en averiguar las razones de nuestros problemas, en lugar de reaccionar impulsivamente, podremos hacer mucho bien en este mundo.
La autora es una reconocida líder espiritual y humanitaria.