Nuestras vidas no deberían  ser solo para nosotros mismos, si no también para la sociedad y la naturaleza que nos rodea. Los seres humanos son una forma más elevada de la creación. Deberíamos considerar como nuestro deber proteger a las criaturas más débiles que nosotros.

La historia de Mahabali está relacionada con yajna samskara, la cultura del sacrificio. De hecho, cuando el joven Vamana llega a la corte de Mahabali, está teniendo lugar un fuego yajna. Un yajna que debería beneficiar a todo el mundo. Debería hacerse sin ego, con una actitud de entrega. Ejercer la caridad es un componente esencial de yajna. La caridad es un factor muy importante en la cultura hindú. ¿Porqué? Porque nuestros antepasados sabían que lo que retornamos es lo más importante. Onam nos sirve de recordatorio de la importancia de la compasión y del compartir.

En la infancia de Amma, cuando se traían a casa los granos de arroz de la cosecha, antes de almacenarlos en el granero, la gente de las casas vecinas recibía una parte de la cosecha. Según el tamaño de la familia, recibían entre tres a seis kilos de arroz. Unas quince familias compartían esto. Antes de que los granos se pesaran y pusieran en sus recipientes, la madre de Amma ponía lo primero un poco con sus manos en cada recipiente. Solo después añadía el arroz medido. En cualquier caso, cada pala de medir se llenaba hasta el borde. Se hacía así para asegurarse de que los vecinos siempre recibieran más, no menos. En el mundo de hoy,  esta mentalidad de dar ha cambiado. La gente se ha vuelto más egoísta. Tenemos que cambiar esta actitud. 

La fiesta de Onam y su celebración nos envía el mensaje de que esa prosperidad, paz y afluencia que resultan cuando las antiguas tradiciones espirituales y el mundo moderno van de la mano. Mahabali era un buen gobernante que gobernaba su reino de acuerdo con los deseos de su gente. También era un devoto perfecto. Por eso daba la misma importancia al crecimiento material y espiritual de su gente. No veía separación entre vida material y espiritual, ponía ambas en el mismo lugar. Y con esta actitud mostraba como se debía vivir. Y así, aunque era un rey Asura (demonio) durante su reinado dorado prevalecieron el amor, la amistad, ecuanimidad, bienestar, prosperidad y honestidad.   

Cuando el hombre va en busca de “lo moderno”, tiende a olvidar que son las “antiguas” verdades las que le sirven de fundamento. Los valores espirituales nunca perecen. Son necesarios en todo lugar, en todo tiempo. El mundo es hermoso cuando comprendemos esta verdad y vivimos una vida moderna permaneciendo enraizados firmemente en estos antiguos valores. La espiritualidad no debe ser rechazada como “un modo antiguo de pensar”, por el contrario debe ser absorvida y practicada en nuestras vidas. No olvidemos nunca que la verdad antigua es también la nueva. Durante las batallas por la independencia de varias naciones, mucha gente sacrificaba sus vidas por sus países. ¿Llamamos “antiguas” a estas personas, las criticamos? Los cimientos de la independencia de hoy, son el sacrificio y la adversidad afrontados por aquellas personas. Cuando componemos nuevas canciones y bhajans, ¿menospreciamos las antiguas melodías? El cimiento de hoy es el mismo de ayer.

Del mismo modo, la cultura de una nación yace en los valores que la mantienen unida. Esta es la razón de su crecimiento y progreso. De ahí que sin una perspectiva espiritual la vida material estará llena de conflictos y agitación. Una sociedad así no puede ser próspera, pacífica, unida.

Dioses y demonios están en la mente humana. Cuando damos rienda suelta a los deseos sin control, cuando vivimos solo para satisfacer  nuestras victorias y deseos egoístas, el hombre es un asura, un demonio. Pero el hombre es capaz de progresar también en la dirección opuesta, hacia Dios. Aunque Mahabali era un rey Asura, poseía muchas cualidades divinas, naturaleza caritativa, amabilidad y compasión. Así, aunque nacido en el clan Asura, Mahabali era divino. Sus cualidades divinas inherentes fueron las que hicieron posible ese periodo de paz, unidad e igualdad.

El contento completo es el más alto estado mental. Es el estado que vemos en Mahabali. “He logrado cuanto necesitaba. He visto todo, experimentado todo. No me quedan gustos ni aversiones. Solo tengo un objetivo: Retornar a mi Ser, fundirme en Dios.” El flujo constante de este pensamiento, con profunda intensidad, es el contento real. Esto es lo que vemos en Mahabali.

Hoy en día vemos la loca carrera humana tras el placer material, nombre y fama, incluso con un pie en la tumba. Para aquellos que viven así, infligiendo confusión a sus propias vidas y también a las de otros, Mahabali es el mensaje definitivo.

La celebración de Onam de hoy diverge mucho de sus valores originales fundamentales. Mucha gente la usa como una ocasión para consumir alcohol, comer carne y ver espectáculos que pervierten nuestra cultura. Incluso nuestro icónico Mahabali es descrito como un tipo cómico, barrigudo que lleva un parasol de hojas de palmera.

En realidad, la fiesta anual de Mahabali debería simbolizar el retorno a los valores de Onam. Onam cobra significado solo con amor, amistad, compartir, amor por la naturaleza y otros valores que inunden nuestras vidas. Hoy en día, el dios dentro de nosotros tiene la forma de Vamana, un enano. Mediante nuestra inocencia, sacrificio, austeridad y compasión, este enano puede transformarse en el gigante Trivikrama. Debemos crecer para ver a Dios en los tres mundos y amar y servir a todos y todas las cosas. Solo entonces nuestro Onam será el Onam verdadero.

Que la gracia bendiga a mis hijos con un corazón lleno de altruismo.