Con el recitado de Ganapati Bappa Morayya, la procesión continuó su camino a la playa. (Moraya Gosavi fue un ardiente devoto del Señor Ganesha del estado de Maharashtra) Este recitado recuerda al que recita y al que escucha  la inseparable relación entre el Señor y el devoto.  

Finalmente la efigie fue llevada al borde del muelle donde fue sumergida en el océano, donde se disuelve de nuevo en arcilla sin forma. Unos de los aspectos más hermosos de la celebración es que a pesar de la belleza pura de la efigie de Ganesha  y el amor y afecto con que fue creada, es ofrecida al océano con alegría y celebración, nada de dolor o arrepentimiento. Esto nos recuerda que los objetos de este mundo son temporales y un día perecerán. Así que sin aferrarse  a ellos,  permanecemos unidos al Creador.

Este ritual está diseñado para recordarnos la verdad universal de que todos los objetos con nombre y forma son una manifestación del principio sin forma o de la única verdad.