Una vez, un hombre de mediana edad viajaba en un tren. Un joven, sentado a su lado, le preguntó: “¿Qué hora es?” El hombre le mandó callar. Otro pasajero testigo de la interacción dijo, “él solo le ha preguntado la hora. ¿Porqué le enfada tanto una simple pregunta?”. El hombre contestó, “sí, solo ha preguntado la hora, pero si le contesto empezará a hablar del tiempo y después hablará de los titulares del periódico de hoy, luego hablará de política y después me preguntará por mi familia, lo que me obligará a preguntarle por su familia”.
Y ya que nos hemos conocido, quizá le invitaría a casa cuando lleguemos. Incluso podría pasar una noche ahí.
Tengo una hija muy guapa, que podría enamorarse de él. O él de ella. Nunca estaría de acuerdo en casar a mi hija con un hombre que ni siquiera tiene un reloj. Por eso le he mandado callar al principio, para evitar cualquier conversación posterior.”
Si alguien pregunta la hora, podemos decírsela o no. ¿Tenía este hombre alguna necesidad de imaginar tanto a futuro? Debido a su conflicto mental, los otros pasajeros perdieron su paz mental.
Si la mente dice stop cuando caminamos, nuestras piernas dejarán de moverse inmediatamente. Si la mente dice stop cuando aplaudimos, las manos pararán de moverse al momento. Pero si decimos a la mente que se pare, ¿lo hará? No. Dicho esto, debemos ser capaces de parar la mente. Para eso practicamos la meditación.
Todo se revela en una mente en calma. Para pintar un cuadro que inspirará a quien lo observe, escribir un poema conmovedor, ayudar a un estudiante a concentrarse en sus estudios para un examen, ayudar a un científico a meditar en los misterios del universo, es necesaria esta concentración. Igual que nos servimos de un control remoto para cambiar de programa de televisión, encender o apagar otros aparatos eléctricos, la meditación nos ayuda a mantener la mente bajo control. Sobre todo, necesitamos una mente en calma para darnos cuenta de nuestra verdadera naturaleza. Solo en esa calma, podremos disfrutar de la dicha suprema y de la paz.
La autora es una líder espiritual y humanitaria reconocida mundialmente.