SINTESIS SATSANG 23.06.2018

Enseñanzas de Amma, compartidas por Ânand

Entendimiento para el camino espiritual – 2ª parte

*Si no hay silencio en la mente, ¿cómo podremos escuchar a Dios?

*Parábola:

Érase una vez, en un pequeño pueblo en el que el gobernador se preguntaba como podría despertar la espiritualidad de sus habitantes, y se dijo bueno invitaré a un hombre espiritual para que venga a dar charlas, con lo que habló con un prestigioso saddhu y le expuso su plan.

El saddhu aceptó.

El gobernador convocó a todo el pueblo en asamblea y apareció el shaddak para dar la conferencia.

Las primeras palabras fueron:  ¿Saben ustedes de que voy a hablar?

Y todos contestaron al unísono:   NO

Entonces, si no saben ustedes de que voy a hablar, que propósito tiene que esté yo aquí, y  se fue.

El gobernador quedó preocupado, habló con su gente y les dijo que iría a ver al saddhu, para que volviera, pero que tuvieran presente de contestar si, si les hacía la misma pregunta.

O sea, que fue a ver el saddhu, para pedirle que volviera a hablar con la gente de su pueblo, a lo que el sabio accedió.

Una vez reunida toda la asamblea de ciudadanos, apareció el saddhu, y les hizo la misma pregunta:

¿Saben ustedes de que voy a hablar?

Y todos contestaron conjuntamente:   SI

A lo que el sabio dijo: Bueno, pues si ya saben de que voy a hablar, que propósito tiene que lo haga, y se fue.

El gobernador se preocupó todavía más por la reacción del sabio.

Reunió a sus ciudadanos y les dijo: tenemos que lograr que este hombre nos hable, porque nos conviene mucho, iré a hablarle para que vuelva otra vez, y tener mucho cuido en contestar la mitad que SI, y la otra mitad que NO.

Volvió el shaddak a la próxima semana, y una vez más ante la asamblea, hizo la misma pregunta:

¿Saben ustedes de que voy a hablar?

La mitad del si, se apresuró a contestar:   SI.

La mitad del no, se apresuró a contestar:   NO.

El sabio les dijo, pues la mitad de la gente que ya saben de que voy a hablar, que se lo cuente a la otra mitad que no lo sabe.

El gobernador enormemente preocupado de que su pueblo no pudiera disfrutar de la sabiduría del shaddak, pensó: bueno sólo nos queda una salida.

Reunió a su gente de nuevo y les dijo: voy a volver a hablar con el sabio para insistirle que vuelva la próxima semana y nos imparta  las enseñanzas.

Cuando nos haga la pregunta habitual, tener bien presente de no contestar nadie nada, la respuesta es:  SILENCIO.

En el momento que una vez más el sabio formuló la pregunta a la asamblea, a la siguiente semana:

¿Sabes ustedes de qué voy a hablar?

Sólo recogió   SILENCIO.

Entonces el orador dijo: Ahora ya están preparados para escuchar.

*Significado:

*NO: Es como una vasija boca abajo. Falta de anhelo, de entusiasmo, de interés por aprender.                         Entonces no vale de nada dar ningún consejo. Es mejor quedarse callado.

*SI: Es una vasija boca arriba, ya llena. La noción egoísta del yo, yo sé todo, es un verdadero      obstáculo para que la Gracia de Dios, fluya.. Si la vasija está llena, no cabe ya nada. No sirve ningún consejo, su mente está llena de ideas preconcebidas.

*SI/NO: Representa le mente que duda. Tengo fe, no tengo fe, es lo que se encuentra dentro de nosotros. Es más peligroso tener este tipo de mente que la primera y la segunda. Debes conseguir una mente muy fuerte para vencer la duda, sino no llegas a ningún lado nunca. Si hay tierra en un vaso y le echas agua, el agua siempre se ensucia.

Al que está dormido se le puede despertar. A los que disimulan estar dormidos, no se les puede despertar, porque ya lo están.

*SILENCIO: Estado de mente para recibir el Conocimiento.

                      No existen vacilaciones. Fé firme y total.

                      Mente quieta, silenciosa, ecuánime.

RESUMEN

En la segunda parte de este satsang del entendimiento para recorrer el camino espiritual, Amma le da suma importancia al silencio.

¡Cuánto nos puede ayudar el Maestro si tenemos una actitud de silencio en nuestra vida!

Vivir la vida en una actitud de silencio no significa que tengas que estar mudo, ni tampoco que dejes de escuchar a nadie.

Una actitud de silencio significa que cuando aparezcan en la mente cosas que tienen poca o ninguna importancia, mejor no sacarlas afuera, mejor dejarlas pasar, que utilizarlas para romper un silencio y crear una conversación.

Una actitud de silencio significa que cuando aparezca una conversación de temas banales, mejor no seguir la conversación.

Desde una actitud de silencio nos será más fácil mantenernos en nuestro centro.

Desde una actitud interior de silencio, captaremos mejor los mensajes que el Maestro nos transmite.

Ya vemos el jaleo que armó entre los vecinos de un pueblo al que a petición del alcalde acudió un mahatma (una gran alma, un sabio) para transmitir sabiduría.

La primera vez se encontró con que todos, le contestaron que NO, cuando les preguntó si sabían de que les iba a hablar.

Ante esta respuesta se fue, porque no tenía ningún sentido que les explicara nada.

Amma dice que el   NO   es una vasija boca abajo, falta entusiasmo e interés por aprender.

Esta es la actitud de aquellas personas que andan por la vida con una cierta desgana, no les motiva nada o casi nada, están ausentes, y mantienen una actitud de silencio, pero es un silencio que no emite buenas vibraciones.

La segunda vez que fue el sabio al pueblo, todos los asistentes respondieron que   SI   que si sabían de que les iba a hablar, lo que tampoco convenció al sabio y  se volvió a ir sin hablarles, sin transmitirles sus enseñanzas.

Amma dice que el   SI   es una vasija boca arriba, pero llena.

Es la noción egoísta del:   yo sé todo   . Ahí no puede fluir la Gracia de Dios, pues en la vasija no cabe nada más, porque está llena. La mente está llena de ideas preconcebidas.

Esta es la actitud de aquellas personas que incluso cuando escuchan las palabras de Amma, repitiendo un mensaje, repitiendo una enseñanza, expresan: bueno, yo esto ya lo sé, y siente el orgullo de saberlo, pero no se ocupan de reflexionar a ver que fibras de su interior toca el mensaje repetido, y como puede beneficiarse su vida de una enseñanza que escucha por enésima vez.

Cuando leemos un libro por segunda, o por cuarta vez, de acuerdo con nuestro estado de conciencia, nos damos cuenta de cosas que no habíamos percibido las veces anteriores, pero si tenemos la actitud de   ya lo sé, me pierdo las ventajas, pues el sabio se va.

Estas personas no suelen guardar mucho silencio, son ellos los que se quieren convertir en maestros de los demás.

En la nueva visita del sabio, cuando la mitad de la gente respondió que   SI   y la otra mitad contestó que   NO   , a la pregunta del sabio, de si sabían de que iba a hablar, el mahatma como en las veces anteriores volvió a marcharse.

Esta, nos dice Amma es una mente dudosa, y la mente dudosa es la más peligrosa, más peligrosa que la del que no quiere saber nada, y más peligrosa que la del que ya lo sabe todo.

Tengo fe, no tengo fe, esta es la duda, pero se deja arrastrar más veces por la falta de fe, se deja arrastrar más veces por las cosas del mundo, pues ante la duda, el maya tiene mucha fuerza.

Si os fijáis en los programas de Amma en un tour por occidente, os daréis cuenta de la diferencia de asistencia que hay en un programa en la misma ciudad, cuando cae entre semana, o cuando se celebra en fin de semana.

Mucha más gente en fin de semana evidentemente.

Si tengo tiempo, voy a ver a Dios, si no tengo tiempo, el próximo año.

Es un ejemplo de cuantas cosas ponemos antes que a Dios.

La mente que duda, lo mismo; bueno tengo que meditar, pero lo puedo hacer luego, ahora me voy  a tomar un café. Lo que pasa es que el café se alargó y ya no hay tiempo para meditar. Encima estas personas se suelen quejar que no tienen tiempo de nada.

La duda está en si tengo que centrarme en lo verdadero o en lo ilusorio.

¿Dónde está la verdadera felicidad?

Por fin el Mahatma se quedó. A la cuarta vez que acudió al pueblo, y que todo el mundo se quedó en   SILENCIO  cuando les preguntó si sabían de que les iba a hablar.

Amma dice que este es el estado de mente para recibir el Conocimiento.

La mente está quieta y silenciosa, no hay vacilaciones, la fe es totalmente firme.

Este es el punto más difícil de conseguir, un tipo de silencio tan humilde y preñado de absoluta fe.

Si nos damos cuenta, incluso cuando nos va a hablar Amma a nivel personal, nos falta para llegar a este punto de silencio en la mente.

Siempre nos queda ahí la pregunta: ¿a ver qué me dice?,... o que no me diga tal o cual cosa, no hay este silencio absoluto. Por esto Amma a veces no responde al 100% de lo que Ella quisiera, o nosotros deseamos, y  es porque no hemos llegado a este punto de silencio, que está sentado en una fe firme y total.

Entonces, si nos es tan difícil conseguir esta actitud de silencio, que nos pondría en disposición de encontrar más fácilmente la paz que deseamos, y vivir una vida más plena y en armonía con las enseñanzas de Amma, ¿qué podemos hacer?

¿No será que tenemos que pedir ayuda a Dios?

¿No será que tenemos que pedir ayuda a la Madre Divina?

¿No será que tenemos que orar?

Si decidimos que queremos orar para que Dios nos preste ayuda a conseguir una mayor actitud de silencio, podemos reflexionar en qué estado se encuentra nuestra conciencia, si en el  NO,  en el  SI,  en el SI/NO; o en qué porcentaje de cada uno de ellos.

En el librito   La Verdad Eterna   Amma nos transmite unos principios de oración u ofrenda a Dios.

Son unos principios espirituales, para tomar conciencia de vivir la vida de acuerdo a los mismos.

-Comer y dormir sólo según nuestras necesidades.

-Hablar sólo cuando sea necesario.

-Hablar de una manera, que no hiera a nadie.

-No perder el tiempo inútilmente.

-Ocuparse de los mayores y hablarles cariñosamente.

-Ayudar a que los niños adquieran una buena educación.

-Si no se tiene un empleo, aprender algún trabajo que se pueda hacer en casa, y  dedicar parte de los ingresos a ayudar a los pobres.

*Todas estas son diferentes formas de oración.

*Cuando llevamos la conciencia adecuada a todos nuestros pensamientos, palabras  y obras, la vida misma se transforma en adoración.

*Esta es realmente la verdadera ofrenda a Dios.

Si nos fijamos, cada uno de estos principios de adoración a Dios, contiene unos valores que nos acercan a lo que verdaderamente importa en la vida, que nos acercan a una actitud de silencio.

Es para verlos uno por uno, sin la actitud del   NO   , sin la actitud del   SI   , sin la actitud del SI/NO.

Es para reflexionar sobre ellos con la humildad de soy nada, soy nadie.

Sólo así los podremos poner en práctica en nuestra vida diaria.

Así es como oramos a Dios.

De esta manera el silencio se irá apoderando de nosotros, y el entendimiento espiritual penetrará en nuestros corazones. Y esto es lo esencial.

En relación a lo esencial esta semana ha caído en mis manos una referencia a lo esencial, como centro y norte de nuestra vida.

Decía así:

-Lo esencial, es mantener lo esencial, siendo lo esencial.

-Lo que quiere decir: no puedes permitirte perder tu rumbo, en el remolino de opiniones, comentarios, información, o distracciones que plagan nuestra vida diaria.

-En lugar de esto tienes que enfocarte en aquello esencial, a lo que le has dado prioridad, por un día, por un año, o incluso por toda tu vida.

Parecen mensajes de un Maestro espiritual, verdad? Pues no lo son, es la opinión de un economista.

Es la publicación de un economista, que nos vendría muy bien tener presente en nuestra vida diaria de buscadores espirituales. Centrarnos en lo esencial, sin perdernos en opiniones y comentarios de unos y otros que sólo nos distraen y apartan de lo esencial.

Dándole prioridad a lo que de verdad la tiene, y adquirir el compromiso con lo esencial.

Así nuestra mente se irá volviendo: más silenciosa, más quieta, más ecuánime.

Así entrará el entendimiento espiritual en nuestro corazón.

Así es como podremos escuchar la Voz de Dios.

OM NAMAH SHIVAYA

 

SINTESIS SATSANG 16.06.2018

Enseñanzas de Amma, compartidas por Ânand

Entendimiento para el camino espiritual – 1ª parte

*Pregunta: ¿Cuál es el entendimiento para empezar el camino espiritual?

*Cuando estás estudiando cualquier cosa, por ejemplo si estudias agricultura, tienes que atender la materia profundamente, tienes que entender y saber más y  más sobre el tema.

-La física, la botánica, y otras cosas no son importantes para ti.

-Necesitas enfocar toda tu atención, sólo en lo que debes estudiar.

*Deberíamos desarrollar entusiasmo y agilidad e interés en el camino espiritual una vez empezado.

*¿Cuál es la Meta?

*¿Cómo debemos controlar nuestra mente?

*Deberías dejar tu interés por la vida mundana, dejarla de lado, una vez empezado el camino espiritual, porque ahora ya sabes que tu Meta es realizar a Dios.

*Dejar de lado todo lo que no nos ayuda en este camino, ahora que ya sé la Meta.

*Ejemplo: una persona con colesterol alto, continúa comiendo mucha carne, porque tiene este hábito, y por mucho que le digas, continúa comiendo carne.

-Pues has de darle un buen toque para que reaccione. No es suficiente decirle que está enfermo, sino: Si continúas comiendo carne te morirás.

*Sólo así podrás controlar tus hábitos, sino serás más tamásico cada día, más denso.

*Comer carne desarrolla lujuria, te convierte en más tamásico, denso; empeora la salud.

*Debemos controlar los hábitos alimenticios.

*Si uno tiene la enfermedad de la mundanalidad, y todos estamos en esta enfermedad, pues todos tratamos de cruzar el océano.

*La medicina es llevar nuestra mente a temas espirituales.

*Pensar en Dios permanentemente nos ayudará a cruzar el Océano.

*Ejemplo: Cuando una persona está casada se previene de mirar a otros, a otras. Fidelidad.

*Pero si no está casada, mira a todos, o a todas.

*En occidente es más difícil, aunque siempre ayuda a mantener a las personas fieles.

*Pero en India las costumbres están mucho más enraizadas, son más fuertes, un matrimonio tiene la tendencia de durar.

*De esta misma manera es el amor por Dios, mantener nuestra mente enfocada en ÉL, y dejar de lado todo lo demás, así conoceremos a Dios.

*No se trata de dejarlo todo.

*Discernir cuales son los obstáculos, en nuestro camino espiritual:

-Nuestras relaciones con los demás.

-Envolverse en placeres sensuales.

-Otros placeres.

*Estos, son obstáculos para recordar a Dios, y hacen el proceso más lento.

*Discernimiento:  -¿Qué cosas me ayudan?

                              -¿Que cosas son obstáculos?

*Hay que tener la actitud de un pez, que cuando llega a la orilla y nota que le falta agua, le embarga una gran ansiedad, un anhelo de volver adentro: aaaaaah!.

*Esta ha de ser la intensidad, y  así poco a poco podremos controlar nuestra mente y se irá volviendo:

-Más silenciosa.

-Más quieta.

-Más ecuánime.

*Sólo entonces podremos escuchar a Dios.

*Sólo entonces podremos ver a Dios en el lago de la mente.

RESUMEN

La pregunta que le hacen a Amma versa sobre cual ha de ser el entendimiento al empezar el camino espiritual.

Creo que el entendimiento no lo necesitamos solamente cuando descubrimos cual es el camino de la Verdad, necesitamos la comprensión sobre todo cuando ya hemos empezado a recorrer este camino.

Una vez hemos conocido al Maestro, necesitamos comprender su mensaje.

¿Qué dice el Maestro?

¿Qué hace Amma?

Y usar el discernimiento para situarnos, para integrar el mensaje.

Así es como podremos seguir la actitud de Amma.

Pues todo lo que dice y hace Amma, son ejemplos para que los podamos seguir.

Y lo que nos dice a nivel personal todavía más.

Esto es el entendimiento cuando empezamos y cuando recorremos el camino hacia Dios, hasta que llegamos a la Meta.

Sobre lo que estamos comentando, Ânand tiene un ejemplo en su propio nieto, al que desde aquí le pido permiso para hablar de él.

Mi nieto ha estado el mes pasado conmigo en Amritapuri-India y Sri Lanka, con Amma.

Él tiene 20 años y está empezando ahora el camino hacia la Verdad.

Descubrió el objetivo de la vida el año pasado, y en este viaje ha tenido la valentía de preguntarle a Amma si era su Maestra.

Amma le respondió que sí, que Ella era su Maestra.

Entonces todavía tuvo más coraje al preguntarle que si Ella era su Maestra, que le dijera por favor,  que es lo que tenía que hacer en este momento de su vida.

Amma le respondió en cuanto a lo que le convenía hacer ahora, y también le indicó cual era su sadhana o práctica espiritual que mejor le podía ir en estos momentos.

Me imagino que él habrá podido tener sus movidas o resistencias interiores, pero lo cierto es que esta aplicando en su vida el 100% del mensaje que Amma le dio en sus respuestas. Y lo hace con un total convencimiento.

Esta semana me comentaba que la lectura espiritual que Amma le recomendó la lee muy despacio, muy poco a poco, porque prefiere usar el discernimiento e integrar el contenido de lo que está leyendo.

Este es un claro ejemplo, esta es una repuesta viva, al entendimiento cuando uno empieza el camino espiritual, que pide la persona que pregunta.

Oro a Dios, le pido a Amma que por Su Gracia, no sólo germinen, sino para que la humildad haga crecer estas semillas divinas que lleva en su interior, y se puedan convertir en un gran árbol, un gran árbol que pueda dar sombra y sosiego, paz y amor a su familia, y a la sociedad.

Y a esto es precisamente a lo que nos invita Amma en el sartsag de hoy. Veamos:

“Deberíamos desarrollar entusiasmo y agilidad e interés en el camino espiritual una vez empezado”.

“¿Cuál es la Meta?”

“¿Cómo debemos controlar nuestra mente?

“Deberías dejar tu interés por la vida mundana, dejarla de lado una vez empezado el camino de la Verdad”.

“Dejar de lado todo lo que no nos ayuda en este camino, ahora que ya sabes la Meta”.

“Ejemplo: una persona con colesterol alto, continúa comiendo mucha carne porque tiene este hábito, y por mucho que le digas, continúa comiendo carne”

“Pues has de darle un buen toque para que reaccione, no es suficiente decirle que está enfermo, sino: si continúas comiendo carne, te morirás”.

“Sólo así podrás controlar tus hábitos, sino serás más tamásico cada día, más denso”

“Comer carne desarrolla la lujuria, te convierte en más tamásico, más denso, empeoras tu salud”.

“Debes controlar los hábitos alimenticios”

Ahora Amma está rodeada casi continuamente de multitudes, va de una ciudad a otra, de un país a otro, o en el mismo Amritapuri, siempre hay muchísima gente alrededor de Amma.

Pero en un principio, cuando Ella era jovencita se producían encuentros informales con Amma, en las primeras chozas que nacieron en lo que hoy es Amritapuri, o simplemente en la arena a la orilla del mar, o al lado del back water, brazos de mar de Kerala.

Luego empezaron a asomarse algunos occidentales que iban de paso en pequeños grupos.

Cierto día estaba Amma en una de estas reuniones de tipo familiar, y se acercaron un grupito de 2 ó 3 occidentales, y preguntaron que estaba diciendo Amma.

Amma estaba hablando de los efectos nocivos para la salud que supone el comer carne, y como despierta la lujuria el consumo de carne.

Uno de estos occidentales quiso discutir con Amma acerca de esta afirmación, y hasta le dijo que no sabía lo que decía en relación a los efectos de comer carne.

Evidentemente Amma no entró en la discusión y así se cerró el episodio.

Transcurrido un mes de este hecho Amma recibió una carta de este occidental, en la que le pedía perdón por su actitud y por llevar la contraria en algo que en este corto espacio de tiempo él mismo había podido “sufrir” en su propio cuerpo y mente, tanto los efectos negativos para la salud de su cuerpo, como un ansia lujuriosa, por el hecho de comer carne, y sobre todo carne de cerdo.

En el discurrir de nuestra propia vida vamos entendiendo la manera de recorrer el camino espiritual.

¿Cuál sería la actitud adecuada para llegar a este entendimiento?

Nos lo recuerda Amma:

“Cuando estás estudiando cualquier cosa, si estudias agricultura por ejemplo, tienes que atender a la materia profundamente, tienes que entender y saber más y más sobre este tema, la física y la botánica, y otras cosas no son importantes para ti. Necesitas enfocar toda tu atención sólo en lo que debes estudiar”.

“Si uno tiene la enfermedad de la mundanalidad, y todos estamos en esta enfermedad, pues todos tratamos de cruzar el Océano”.

“La medicina es llevar nuestra mente a temas espirituales”.

“Pensar en Dios permanentemente, nos ayuda a cruzar el Océano”.

“Ejemplo: cuando una persona está casada se previene de mirar a otros, a otras. Fidelidad”.

“De esta misma manera es el amor por Dios, mantener nuestra mente enfocada en ÉL, y dejar de lado todo lo demás, así conoceremos a Dios”.

“No se trata de dejarlo todo, discernir cuales son los obstáculos en nuestro camino espiritual:

-Nuestras relaciones con los demás.  

-Envolverse en placeres sensuales.

-Otros placeres”.

“Esto son obstáculos para recordar a Dios, y hacen el proceso más lento”.

“Discernimiento: ¿Qué cosas me ayudan?     ¿Qué cosas son obstáculos?

Amma nos dice que estamos enfermos, la enfermedad se llama mundanalidad.

Todo lo del mundo nos atrae de tal manera, que aparta nuestra atención de Dios.

Y nosotros los que conocemos el camino espiritual, los que hemos conocido a un Maestro verdadero, tenemos la ventaja de saber esta realidad, y podemos aplicarnos a mitigar total o parcialmente la enfermedad.

Pero las personas que o no se han enterado de la espiritualidad, o que simplemente están de espaldas a ella, lo tienen mucho más difícil, pues no están conscientes de que sufren la enfermedad de lo mundano.

Una vez tenemos conciencia de esta realidad, se trata de tomarnos la medicina que alivie la enfermedad, y no hay otra medicina que tener presente el máximo de tiempo posible a Dios en nuestra vida, en el día a día, en el momento a momento, en todo lo que hacemos, en todo lo que hablamos, en todo lo que pensamos.

Esta es la medicina que Amma nos recomienda.

La dosis a tomar es la que cada uno de nosotros desde su libre albedrío decide tomarse.

Una práctica que nos ayuda a tener la mente más concentrada en Dios, es la meditación.

Y Amma a lo largo del tiempo nos hace llegar poderosas y profundas meditaciones.

MA-AUM,  IAM,  Cursos de Amrita Yoga, la potenciación del MA-AUM, con la meditación de las flores blancas, flores blancas y puras que desde el cielo inundan a toda la tierra, incluyéndonos a nosotros; una plenitud de paz y amor que penetra nuestro corazón, y que desde el centro de nuestro corazón se expande a todo el planeta; una luz dorada que ilumina todas y cada una de nuestras células y que las envuelve de gozo, ayudándonos a liberar enfermedades físicas y mentales; y una perla brillante, justo en el centro de un triángulo, donde reside el tercer ojo. El brillo resplandeciente de esta perla se extiende por doquier.

Y todo esto resonando en nuestro interior, la palabra, la voz de la propia Amma.

Es una meditación que he estado siguiendo desde sus inicios, a través de los swamis, quienes me decían durante este tiempo que Amma la estaba configurando, que no era definitiva.

Y así han pasado aproximadamente dos años, lo que dio lugar a que se grabara una vez Amma la dio como terminada y se vendieran las grabaciones en el último tour de Europa.

Una condición sine quanon, y así se dice en el inicio de la propia meditación, es que esta meditación no se puede compartir ni enseñar a nadie. Es una grabación para usarla y disfrutarla a nivel individual.

Una práctica espiritual tiene diferentes efectos. No es lo mismo practicar en solitario, que  practicar en grupo.

Los componentes que forman un grupo no tienen efectos de sumando, tienen efectos de multiplicando. Quiere decir que si en un grupo hay meditando 40 personas por ejemplo, las vibraciones que emiten a nivel individual tienen efectos multiplicadores, por lo que en este mismo grupo cada individuo se puede estar beneficiando de las vibraciones como si estuvieran 400 ó más almas meditando.

Por este y otros motivos, como por ejemplo que no es lo mismo escuchar, que transmitir unas enseñanzas, como es el caso de esta meditación, con textos depurados por Amma hasta la última letra, no había sido autorizado esta meditación grupal si Amma no estaba presente.

Este mes pasado Amma autorizó a Ânand, para que la pudiera transmitir en grupo en Su ashram de España. Es la primera autorización que Amma da en este sentido.

Algunos hechos ocurridos durante la última semana, me ponen en contacto una vez más con lo presente que está en nosotros la enfermedad de la mundanalidad, pues nos comportamos de acuerdo a los principios que nos indica el mundo, no de acuerdo a las instrucciones del Maestro, que pueden venir vía swamis, o vía representantes de Amma.

He podido vivir como alguien pide copia de la grabación de esta meditación a otra persona que la ha comprado en el Programa de Amma en Valencia, todo y sabiendo que no se puede hacer, y sin consulta previa a Ânand, representante de Amma en el ashram, y la otra persona se la envía.

Escucho que no tiene más importancia, pues todo el mundo la tiene esta meditación.

Ahí está precisamente la muestra de que nos comportamos con los parámetros que recibimos del mundo, por lo que decidimos no tomarnos la medicina que Amma nos recomienda.

Cuando se propaga algo como lo que estamos comentando: un dame y te doy de algo tan sumamente importante como la meditación de Amma que estamos hablando, llega un momento que ya no le damos la importancia que tiene la propia meditación, llega un momento que la propia meditación pierde la profundidad y la inmensidad que tiene. Ya circula como si fueran cromos.

Y en este caso la propia medicina pierde una parte importante de sus efectos.

En el lenguaje del mundo nos puede parecer normal que algo incorrecto que practican muchos, por el mero hecho de ser muchos, ya le podemos dar la categoría de correcto.

Pero esto no es así.

Hay que mantenerse en el dharma, tanto cuando gusta, como cuando no gusta a los demás.

Así es como surte efecto el tomarnos la medicina que Amma nos receta para la enfermedad de la mundanalidad.

Así es como estamos en el entendimiento del camino espiritual.

Gracias.

OM NAMAH SHIVAYA

 

Sunday, 10 June 2018 17:46

¿ES NECESARIO EL GURU?

SINTESIS SATSANG 09.06.2018

Enseñanzas de Amma, compartidas por Ânand

¿Es necesario el Guru?

*Pregunta: Krishnamurti dijo que no se necesita Guru, que el Guru está dentro de uno. ¿Es así Madre?
*Krishnamurti, incluso fue a visitar a varios Maestros en los que buscó apoyo, y esta guía le ayudó a dominar su mente, y luego dice que no es necesario el Guru.
*Hasta que encontramos al Guru interno, necesitamos el Guru externo.
*Ejemplo: para aprender a nadar necesitamos un profesor, y si cuando ya sabes nadar dices que nunca necesitaste para nada al profesor, es absurdo.
*O subir al último piso de un edificio, y una vez arriba decir que las escaleras no han sido necesarias. No existe ninguna lógica.
*Sólo a través del Guru se alcanza la eternidad.
*Cuando ya alcanzas la Meta, no puedes desestimar al Guru.
*Aunque en este estado ya todo es el Guru.
*Esta es la actitud, la de entrega total, que uno debería tener: soy nada.
*Para que el verdadero Guru despierte dentro de nosotros, debe despertar antes el discípulo.
*Hasta que esta entrega no está lista no te beneficiarás del Guru, hasta que llega este momento no podemos oírle dentro de nosotros.
*Krishna y Arjuna eran amigos.
*Pero hasta que no se despertó el discípulo en Arjuna no se produjo la Bhagavad Gita.
*Leer el Vedanta nos inspira mucho, pero si no lo ponemos a la práctica no sirve de nada.

*Ejemplo: había un hombre que creía que era un ratón, y cada vez que veía un gato se ponía a gritar aterrado, pensando que el gato se lo iba a comer. Como la cosa iba cada vez a más, su esposa le dijo: vamos a visitar a un psiquiatra, esto no puede continuar así. El psiquiatra le enseñó la foto de un ratón por un lado, y por otro le puso un espejo delante, hasta que le convenció que era un ser humano, no un ratón.
-Pero a la próxima oportunidad que apareció un gato, su reacción fue la misma que antes de ir al psiquiatra, se puso a gritar y llorar, pensando que el gato le iba a atacar para comérselo. Su esposa le llevó otra vez al psiquiatra, y este le dijo: ¿Dónde está el problema?, ¿no quedamos que usted es un ser humano, que no es un ratón? A lo que el hombre contestó: sí, de acuerdo, pero... ¿el gato también lo sabe?

*Aunque tengamos mucho conocimiento, ante una situación difícil, el conocimiento desaparece, no somos capaces de ponerlo en práctica.

*Un hombre en medio de la calle daba un sermón, repitiendo: yo soy Bramhan, yo soy la Verdad. Ante esto hubo alguien de los que escuchaba que le pinchó con un alfiler, y de inmediato saltó vociferando: pero quien te has creído que eres, yo soy el hijo del rey, y voy a hacer que te encierren.

*Cuando le pincharon salió con quien estaba identificado, y no era precisamente con la Verdad, sino con su ego.
*Si no ponemos en práctica lo leído no avanzamos.

*Había un santo en las montañas que mientras meditaba repetía: yo soy Dios, yo soy la Verdad. Pasó por allí alguien que le quiso poner a prueba, y le cortó el brazo, pero el hombre continuó meditando, mientras repetía yo soy Dios, yo soy Bramhan. El hombre asustado y arrepentido le sacudió hasta que le despertó, y  le dijo: mira que te he cortado el brazo, y el santo respondió: ah!, bueno, y cogió el brazo y se lo puso en su sitio, el cual quedó integrado automáticamente a su cuerpo otra vez.

*No es suficiente leer o entender, sino practicar.

RESUMEN

¿Es necesario el Guru?

Es una pregunta que nos podemos hacer en algún momento del recorrido en el camino hacia Dios.

Y es una pregunta que no te harías, si no tuvieras conciencia del objetivo de la vida.

Porque cuando no eres consciente del que para que tienes un cuerpo humano, cuando no eres consciente del que para que Dios te ha regalado la vida, las preguntas que te haces van direccionadas a los objetivos de tu vida en el mundo.

Entonces, desde este punto de conciencia, no dudas en que para aprender algo, para adquirir conocimiento de cualquier clase, para conocer lo que no sabes, necesitas un maestro.

De pequeños nos llevan a la escuela, luego hay algún momento que tenemos que decidir que estudios superiores, o que profesión elegimos, y  en ningún momento dudamos de que nos vamos a encontrar con los maestros que nos transmitirán los conocimientos para ejercer aquella actividad que hemos elegido.

Incluso cuando ya llevamos un tiempo ejerciendo aquello que nos gusta, hacemos masters, o estudios complementarios para ser más sabios, y servir mejor a aquello que nos dedicamos, y otra vez estamos con el convencimiento de que tenemos que elegir aquellos profesores que nos impartan los conocimientos que deseamos.

Esto es lo que nos ocurre en nuestra vida focalizada únicamente en el mundo; no tenemos ninguna duda de que este es el camino a seguir.

Cuando estamos en el camino de búsqueda consciente de Dios, nos encontramos a veces con personas que creen que por sí solas pueden llegar a conocer a su verdadero ser, a Dios.

No hace mucho tiempo estuvo unos días una persona en el ashram que decía más o menos: no hace falta tantas monsergas, toda la sabiduría está en nuestro interior, y yo me encargo de buscarla por mí mismo.

Y sí, es cierto que somos divinos, pero esta es nuestra esencia, y necesitamos de alguien que esté establecido en la Divinidad, para que nos guíe hasta esta esencia divina que somos y que la hemos cubierto de oscuridad a lo largo de nuestra existencia.

Y este alguien es un Maestro realizado, quien conoce cuales son los pasos a dar para que esta oscuridad se vaya disolviendo.

¿Qué nos dice Amma al respecto?

“Hasta que encontramos al Guru interno, necesitamos el Guru externo”.

“Sólo a través del Guru se alcanza la eternidad”

“Para aprender a nadar necesitamos un profesor, y si cuando ya sabes nadar dices que nunca necesitaste para nada al profesor, es absurdo”.

“O subir al último piso de un edificio, y una vez arriba decir que las escaleras no han sido necesarias, no existe ninguna lógica”.

“Krishnamurti incluso fue a visitar a varios Maestros, en los que buscó apoyo, y esta guía le ayudó a dominar su mente, y luego dice que no es necesario el Guru”.

“Cuando ya alcanzaste la Meta, no puedes desestimar al Guru”.

“Aunque en este estado, ya todo es el Guru”.

Esta claro pues que para encontrarnos a nosotros mismos, para encontrar a Dios en nuestro interior, necesitamos la guía de un Guru, necesitamos que un Maestro establecido en la Verdad nos lleve de la mano.

Pues nosotros, por nosotros mismos, no somos capaces de atravesar esta gruesa cortina de oscuridad que nos separa de nuestro verdadero ser.

Es como si alguien desea estudiar algo, desea aprender algo, y buscando, buscando..., descubre..., se encuentra con el mejor Centro docente, o la mejor Universidad, en donde identifica a los mejores profesores.

Ya ha encontrado lo que buscaba para realizar sus sueños.

¿Y ahora qué?

Pues nosotros lo mismo, estamos haciendo la travesía de la vida, y tenemos la fortuna de haber conocido al Maestro, en este caso a una Maestra de Maestros, como lo demuestra, todos los monjes, y otros Maestros que acuden a su encuentro para postrarse a Sus pies.

¿Y ahora qué?

Ya tenemos la fortuna en nuestras manos.

Ya tenemos a Amma en nuestras vidas.

¿Qué vamos a hacer ahora con toda esta fortuna?

Pues lo mismo que el estudiante que ha elegido la Universidad de sus sueños, con los mejores profesores, si no hace el esfuerzo de estudiar a conciencia, todas y cada una de las asignaturas, no aprobará los exámenes, y si no aprueba los exámenes no podrá llegar allí donde desea: ser un gran abogado, o ser un buen doctor, o ser un gran arquitecto, o un excelente sicólogo,...

Tenemos al Maestro, en este caso a la Maestra de mayor magnitud que recuerdan las escrituras, pero tenemos que hacer el esfuerzo que en cada momento nos pide, de lo contrario no aprobaremos los exámenes a los que nos somete, y un exámen que no pasamos queda pendiente de aprobación para una próxima oportunidad.

A través de las circunstancias Amma nos va presentando de una o de otra manera los mismos exámenes que nos negamos a hacer el esfuerzo necesario para aprobarlos, hasta que nos vamos dando cuenta de lo que nos está pidiendo y nos rendimos, hasta que nos vamos dando cuenta de lo que nos pide y nos entregamos, hasta que nos damos cuenta de cual es su petición para nosotros y nos postramos a Sus sagrados pies.

Los pies del Maestro es el lugar de su cuerpo por donde fluye Su energía divina, es por este motivo que ponemos nuestra cabeza, donde reside el ego, a Sus sagrados pies.

¿Cómo nos lo cuenta Amma en este satsang?

“Para que el verdadero Guru despierte dentro de nosotros, debe despertar antes el discípulo”.

“Hasta que esta entrega no está lista no te beneficiarás del Guru. Hasta este momento no le podemos oír dentro de nosotros”.

“Esta es la actitud que uno debería de tener, la entrega total: soy nada”.

“Krishna y Arjuna eran amigos, pero hasta que no se despertó el discípulo en Arjuno, no se produjo la Bhagavad Gita”.

“Leer el Vedanta nos inspira mucho, pero si no lo ponemos a la práctica, no sirve de nada”.

Y Amma nos pone el ejemplo del hombre que creía que era un ratón. Por mucho que le diga al psiquiatra que ya lo ha entendido, al ver un gato se asusta de nuevo, pues cree que el gato no sabe el mensaje del psiquiatra.

Lo que nos quiere decir Amma es que no es necesario que lo sepa el otro, si tu conoces el mensaje, ten confianza en el Maestro y ponlo en práctíca.

Practica el dharma que Amma te enseña.

Amma continúa:

“Aunque tengamos mucho conocimiento, ante una situación difícil el conocimiento desaparece, no somos capaces de ponerlo en práctica”.

“Si no ponemos en práctica lo leído, no avanzamos”.

Si no ponemos en práctica lo que Amma nos transmite, no avanzamos.

Usar el discernimiento, acudir al mensaje de Amma, apartar a nuestro ego de enmedio, y actuar en consecuencia.

Amma nos pone el ejemplo de este hombre en medio de la calle proclamando que era Brahman, que era la Verdad, y ante un pequeño pinchazo de alguien ya aparece el ego, y quiere apalear al que le ha pinchado.

¿Con quién está identificado con Dios, o con su pequeño yo?

Pues a esto se refiere Amma cuando nos pide la práctica de Sus enseñanzas.

Y esta es una de las especialidades de nuestra amada Maestra.

Nos pincha a través de las situaciones que nos crea en cada una de nuestras vidas.

Y Amma siempre sabe cuando te ha de pinchar, donde te ha de pinchar, y como te ha de pinchar, y lo sabe de todos y cada uno de nosotros.

En el pinchazo está la invitación para que pongas en práctica Sus mensajes.

Cuando sientes el pinchazo, no reacciones, reflexiona y con paciencia observa que papel representas en esta situación, y actúa de manera dhármica de acuerdo al papel que estés desempeñando.

Sólo poniendo en práctica las enseñanzas de Amma podremos ir encontrando esta paz inherente en cada uno de nosotros.

Amma nos pone el ejemplo del santo que ya estaba instalado en esta paz divina, y que ni se entera de cuando le cortan un brazo.

Todos los esfuerzos del Guru, todos los esfuerzos de Amma van encaminados a llevar nuestra conciencia a este punto, que es donde Amma mora.

Gracias.

OM NAMAH SHIVAYA

 

Sunday, 03 June 2018 20:08

YOGA Y DHARMA

YOGA Y DHARMA

Imparte: Bramacharini Amritapriya

Primero intentemos reflexionar sobre el significado de estas dos palabras. Yoga significa "unión", y en las Escrituras se refiere a "unión con lo Divino". Un yoga es un método, uno entre otros muchos, mediante el cual un individuo puede unirse a Dios, a la Realidad que subyace bajo este universo aparente y efímero. Para lograr tal unión hay que alcanzar el estado de yoga perfecto.

Dharma tiene muchos significados. Significa "la ley del universo", "la ley divina", "justicia", "lo que es correcto" o también "deber". La definición de Dharma que nos da Amma es: "La acción correcta, en el momento correcto, en el lugar correcto".

Amma dijo recientemente (2015) en uno de sus satsangs que conocerse a uno mismo es nuestro paramadharma como seres humanos, eso significa nuestro supremo dharma. Amma dijo que este dharma es eterno, que nunca cambia. En las Escrituras se dice que es muy raro obtener un nacimiento humano y que solo los seres humanos pueden lograr el conocimiento del Ser. Solo los seres humanos han recibido el don del intelecto que sabe discernir, pueden por tanto, discernir entre lo Eterno y lo que no es eterno. Solo los seres humanos pueden conocer la Realidad, el Ser supremo o Dios. Este es el objetivo de la vida humana, este es nuestro dharma. Este es también el estado del Yoga, por lo que ya podemos ver que el Yoga es nuestro último dharma, el yoga, y el dharma conducen a una y la misma cosa.

¿Acaso no es una buena nueva las palabras del evangelio cuando anuncian que "El Reino de Dios está dentro de nosotros"? Recuerdo que en mi juventud buscaba un sentido para la vida. ¿Cuál podría ser el significado de esta vida, de máximo unos cien años en esta tierra, entre el nacimiento y la muerte? ¿Por qué tanto sufrimiento? Las guerras, el hambre y las enfermedades eran lo que les había tocado en suerte a muchas personas. No podía entender, no podía aceptar el concepto de Dios en ese momento, porque no sabía acerca de la ley del karma. De acuerdo con esta ley, cosechamos aquello que hicimos; hacer buenas acciones y seguir el dharma es una gran ayuda para la vida espiritual. Y el objetivo supremo de la vida humana es realizar nuestra Divinidad innata. Es bueno leer o escuchar sobre eso, pero personalmente, me ayudó mucho conocer a Amma. Ella encarna la Verdad, Ella es la prueba viviente de que existe tal estado de Yoga divino. Y cuando percibimos la dicha que ella irradia, nos sentimos más inclinados a hacer prácticas espirituales y tratar de alcanzar ese estado. Amma es también la encarnación del dharma. Ella siempre cumplió su dharma hacia su familia y, por ejemplo, se ocupó de su hermano menor, Satish, que sufría de asma; Ella lo llevó en sus hombros al hospital cuando se estaba ahogando.

¿Cuál es la forma de alcanzar el estado supremo del yoga? Es hacer bien nuestro propio dharma (nuestro deber), hacerlo con la actitud correcta. Este es en realidad todo el tema del Bhagavad Gita, que los sabios consideran la Esencia de todas las Escrituras. Al comienzo del BG, en el primer capítulo, Arjuna, que se supone que lucha por el reino, se siente deprimido al ver a sus oponentes: la gente con la que se supone que debe luchar son sus primos, con sus queridos y respetados maestros, y con Bhishma, el “el abuelo" de la dinastía. Sin sentir apego, Arjuna siente que no tiene sentido matar a estas personas para recuperar su reino. Él quiere convertirse en un sannyasi, un monje. La verdad es que los primos, los Kauravas, eran personas injustas, a quienes no les importaba el dharma, y habían intentado muchas veces matar a Arjuna y a sus hermanos. También los engañaron en un juego de dados para quitarles su reino, y los obligaron a pasar 12 años en el bosque y un año más en el exilio, y cuando los Pandavas regresaron para reclamar el reino, habiendo cumplido todas las condiciones exigidas por sus oponentes, éstos se negaron a darles incluso 5 casas para ellos. (Duryodhana dice que incluso ni una aguja.) Uno de los propósitos del BG es convencer a Arjuna de que debe cumplir su dharma, y luchar. Al tratarse de un kshatriya (un príncipe, un guerrero), su deber era establecer la rectitud, el dharma, para proteger al reino y a los súbditos de la injusticia (adharma). Si desea convertirse en un sannyasin, en ese momento, no es por desapego, como debería ser, sino por apego a su familia y parientes. Tal paso hubiera sido solo para escapar de su deber y hubiera sido totalmente erróneo.

Nuestro propio dharma o swadharma varía de acuerdo con las personas, el lugar y el momento. Amma siempre dice que un cirujano en el hospital debe concentrarse en sus pacientes, y en su casa en su familia, debe ser un buen esposo y padre. Un maestro o maestra en la escuela es un maestro o maestra, mientras que en casa es una madre o un padre.

En el Mahabharata, la epopeya que narra el BG, el sabio Markandeya cuenta la historia de Savitri, quien salva a su esposo Satyavan de una muerte segura. Se supone que debe morir un año después de su boda, pero Savitri, a través de su amor, fe y austeridades, logra salvarlo de las garras de Yama, el dios de la muerte. Ella sigue a Yama, y habla tan bellamente sobre el dharma, que Yama finalmente le concede la vida a su esposo. Uno de los versos que ella dice es el siguiente:

 "Quien no tiene autocontrol no practica el dharma. Solo aquellos que poseen autocontrol practican el dharma, y hay tres formas de hacerlo: como cabeza de familia (grihastashrami), como brahmachari (estudiante de un guru) o como sannyasi (monje). Todos ellos practican el dharma para obtener sabiduría, vijnana, conocimiento, auto-realización. Es por eso, que los sabios dicen que la importancia del dharma es suprema. Según los sabios, si uno sigue correctamente el dharma de uno de estos ashramas (estados), uno obtiene la liberación (moksha)". Así que estas son las palabras de Savitri sobre el poder del dharma: conduce al yoga, a la unión con el Supremo.

Interesante es también este punto: sin autocontrol, uno no puede practicar dharma.

Amma a menudo dice que necesitamos disciplina, que todos hemos venido aquí para superar los gustos y las aversiones, la atracción y la repulsión. Por ejemplo, si nos levantamos para la archana, superamos nuestra atracción y apego al sueño. Cuando hacemos seva de reciclaje, superamos nuestra repulsión hacia el manejo de residuos. Amma nos brinda muchas oportunidades para trabajar en lo que nos gusta y lo que no nos gusta. ¿Por qué? Porque esas tendencias podrían impedir que practiquemos el dharma. Por ejemplo, las personas demasiado apegadas al dinero, pueden llegar a aceptar sobornos.

Además, los gustos y aversiones pertenecen al ego, y tenemos que rendir el ego para alcanzar el estado del yoga.

Por ejemplo, recuerdo que en la víspera de Navidad solo comí kanji, las gachas de arroz con verduras picantes. Era una noche de Devi Bhava. Estaba recordando la cena navideña que solíamos tener, pero luego pensé: "Bueno, todo está en la mente, ¿por qué no kanji en Nochebuena?" Es por eso que Amma nos hace reciclar, a través del proyecto Amala Bharatam, de recogida de basura, limpiando el lugar de peregrinación de Shabarimala o el cercano río Pampa. Recuerdo una vez que Amma nos llamó para cargar estiércol de vaca en baldes (era muy líquido y salpicaba) porque había sido puesto en un tanque equivocado. Amma se reía y cargaba con nosotros, luego se sentó y lo mezcló con paja para secarlo y que sirviera como combustible. También solíamos llevar ladrillos, arena o grava, un trabajo que a la gente normalmente no le gusta hacer. Para mí, también fue difícil al principio ir a enseñar francés en la Escuela Superior de Ingeniería. Tenía miedo de enseñar a estudiantes de una cultura diferente, sentía que era difícil combinarlo con mi sadhana o práctica espiritual, pues tenía que enseñar a jóvenes que se preparaban para llevar una vida mundana. Al final, solo a través de la gracia y la entrega podemos alcanzar la meta. Pero como preparación, necesitamos disciplina.

El sabio Patanjali, que compuso los famosos sutras del Yoga, resume en dos de sus sutras la disciplina que debe seguir un buscador espiritual. Lo que un sadhak debe evitar se llama yama YS II, 30 dice: "Yama es la abstención de dañar a los demás, de la falsedad, del robo, de la incontinencia y de la avaricia".

Por lo tanto, un sadhak no debe dañar a ningún ser, ya sea a través de hechos, palabras o pensamientos.

 Un sadhak no debería mentir, pero tampoco decir una verdad que sea cruel (Amma da el ejemplo de decir: pareces un mono). No se debería robar ni codiciar lo que pertenece a los demás. Deberíamos tomar del mundo solo lo que realmente necesitamos. De lo contrario, lo robamos al resto de la humanidad. Este es un punto muy relevante en una sociedad materialista, donde los deseos se multiplican artificialmente.

Continencia significa no solo celibato, sino también control de los sentidos. Por supuesto, la lujuria es una emoción muy poderosa, pero debemos tener cuidado con lo que comemos, vemos y escuchamos, porque nutre la mente y los pensamientos que tenemos. Es por eso, que la televisión es tan peligrosa, especialmente para los niños; influye en su mente, sus pensamientos y luego en sus palabras y acciones. Incluso Internet es peligroso, conozco a un brahmachari que se casó con una chica con la que había comenzado a chatear en Internet... Así que deberíamos tener cuidado de no perder el enfoque en el objetivo del yoga. Deberíamos hablar solo de lo que se necesita y recordar siempre a Dios, hablar sobre Dios.

Los niyamas, u observancias, se dan en el sutra II, 32: "Los niyamas son pureza, satisfacción, mortificación, estudio y devoción a Dios".

Pureza significa limpieza física y mental. De nuevo significa estar alerta, mantener pensamientos nobles y evitar los dañinos, no perder el enfoque en Dios. El contentamiento significa que aceptamos lo que la vida nos trae, ya sea bueno o malo. Esta es una expresión de devoción. De nuevo, no es tan fácil de practicar... a menos que tengas fe.

Las palabras de Savitri también insisten en el poder de cumplir el propio dharma, cualquiera que sea nuestra posición en la sociedad.

Hay una buena historia ilustra este punto. Había un buscador espiritual que estaba haciendo austeridades, meditando bajo un árbol e intentando enfocarse en Dios. De repente, una grulla sentada en el árbol defeca sobre la cabeza del buscador. Él se enoja mucho y mira al pájaro. El pájaro cae, reducido a cenizas por el poder de su ira. El sadhak (buscador espiritual) está asombrado y se siente un poco orgulloso de su logro. Después va a la ciudad a pedir su comida y llega hasta una casa. La señora de la casa le dice que espere, pues su esposo acaba de regresar y ella debe servirle primero la comida a él, ya que ese es tradicionalmente su dharma. El sadhak se siente molesto porque tiene que esperar. Pero ella puede percibir su estado mental y le dice: "No soy una grulla, a la que puedas quemar con el poder de tu ira". Entonces él se queda totalmente sorprendido, porque no hay manera de que ella sepa lo que le acaba de pasar.  Está tan impresionado que le pide perdón; al mismo tiempo siente algo de miedo por su poder. Él le pregunta cómo puede progresar y ella le aconseja que vaya a ver a su maestro. Entonces busca por la ciudad a este maestro, pero cuando finalmente lo encuentra, descubre que es un carnicero. Esta profesión se suele considerar de bajo rango y bastante impura. El objetivo de la historia es mostrar que la acción en sí misma no es importante. Es la actitud con la que se realiza la acción, lo que la hace pura o impura. El carnicero es un cabeza de familia, tiene que cuidar a su familia, él pertenece al sector grihastashrama, pero al cumplir su deber desinteresadamente, como una ofrenda a Dios, alcanzó el estado de Yoga. Entonces, aunque el sadhak pudo llegar a pensar que era más "espiritual" que el carnicero, ya que era un brahmachari que buscaba a Dios, la historia le enseña que no lo era.

Lo importante es la pureza del pensamiento, las palabras y las acciones. No puede haber progreso espiritual sin pureza interna. No podemos seguir el dharma sin pureza; por lo tanto, nunca podemos alcanzar el estado de Yoga sin pureza interna.

Jesús dice en el Evangelio: "Bienaventurados los que tienen corazón puro, porque ellos verán a Dios"

Patanjali, Y.S. II, 28: "Tan pronto como todas las impurezas han sido eliminadas por la práctica de las disciplinas espirituales (las partes del yoga), la visión espiritual de un ser humano se abre a la luz que le da el conocimiento del atman".

Amma da la siguiente definición de impureza: "La impureza es el sentimiento yo y mío", el sentimiento de separación, de división. Es muy difícil para nosotros deshacernos de este ego. El camino es la rendición total del cuerpo, la mente y el intelecto, dice Amma, es extremadamente difícil, pero podemos alcanzarlo si establecemos una conexión de amor con el maestro. El maestro nos guiará pacientemente hacia ese objetivo. Pero depende de nosotros rendir el ego o no.

Hay una bonita historia sobre Kabir, el santo. Algunas personas vienen y le preguntan a San Kabir: "¿Qué es rendirse?" Kabir no responde de inmediato, pero poco después le pide a un discípulo que traiga una vela aunque sea de día y haya mucha luz. El discípulo obedece implícitamente, demostrando su rendición, pero la gente no comprende y vuelve a hacer la misma pregunta. Entonces Kabir le pide al mismo discípulo que traiga dulces, gulab jamun, estas bolas muy dulces que se encuentran en el norte de la India; luego le pide que ponga sal en los gulab jamuns y nuevamente, el discípulo obedece. Kabir luego ofrece estos gulab jamun salados a todos, pero la gente se niega a comer. ¡Están molestos de que Kabir haya mezclado sal con estos dulces y pida luego que se los coman! Solo el discípulo acepta comerlo. Cuando se le hizo la misma pregunta por tercera vez, Kabir responde que el discípulo acaba de demostrar lo que es la rendición. Rendirse significa rendir nuestro ego y nuestra propia voluntad.

Las Escrituras dicen que el conocimiento del Ser amanecerá automáticamente en alguien cuyo corazón sea puro. BG IV, 38: "En la tierra no hay purificador tan grande como el conocimiento; aquel que ha alcanzado la pureza del corazón a través de una práctica prolongada de karma yoga, automáticamente ve la luz de la Verdad en el ser en el curso del tiempo".

El Chandogya Upanishad narra la historia de Satyakama y vemos allí un ejemplo de obtención de pureza a través del karma yoga. "Después de iniciar a Satyakama, el sabio le dio cuatrocientas reses magras y enfermizas, diciendo:" Cuida bien de estas, muchacho". El muchacho las condujo rápidamente hacia el bosque, prometiéndose a sí mismo que no regresaría hasta que fueran mil. Vivió en el bosque por muchos años, y cuando el ganado aumentó a mil, el toro de la manada se le acercó y le dijo: "Satyakama, nos hemos convertido en una manada de mil. Condúcenos a la casa de tu maestro y te mostraré un pie de Brahman" Así que el toro ayudó y enseñó a Satyakama, luego fue el fuego, luego un cisne, luego un somorgujo (una gran ave acuática).

"Finalmente, el joven llegó a la casa de su maestro y se presentó reverentemente ante él. Tan pronto como Gautama lo vio, exclamó: "Hijo mío, tu rostro brilla como un conocedor de Brahman. ¿A través de quiénes aprendiste? Satyakama respondió: "A través de seres que no son humanos", pero deseo que tú también me enseñes. Porque he oído de los sabios que solo el conocimiento que imparte el Gurú conducirá al bien supremo."

Entonces el sabio le enseñó ese conocimiento y no se dejó nada."

Aquí podemos ver primero la actitud humilde de Satyakama. Él sabe que es ignorante y viene a pedir el conocimiento supremo. Cuando el maestro lo envía al bosque, no protesta diciendo que quiere estudiar las Escrituras o estar con el maestro. Él obedece de inmediato. Luego, durante años, trabaja muy duro, haciendo karma yoga, cuidando él solo de cientos de vacas. Vive en el bosque, lo que significa una vida de renuncia, sin comodidades. Él rinde culto todos los días, postrándose y mirando hacia el este, dice el Upanishad. En la India, el Este es tradicionalmente la dirección hacia la que mira el sacerdote durante un ritual. Después de muchos años de llevar esta vida, su mente se ha vuelto tan sutil que puede ser enseñada por el toro, el fuego, el cisne y el ave acuática.

Pero él sabe que solo un maestro auto-realizado puede dar el conocimiento supremo, y lo pide con toda humildad. Esto muestra la importancia de la gracia. Para alcanzar el estado de yoga, se necesita gracia.

 

 

Importancia de la gracia

Nuestros esfuerzos son limitados. No podemos alcanzar el infinito con nuestros esfuerzos limitados. La gracia es necesaria, pero la forma de conseguirlo es la sinceridad. BG Ch IV, 34: "Comprende la verdadera naturaleza de ese Conocimiento acercándote al alma iluminada. Si te postras a sus pies, les prestas servicio y los interrogas con un corazón abierto e inocente, esos sabios videntes de la Verdad te instruirán en ese Conocimiento". Esto es exactamente lo que vemos en la historia de Satyakama.

El camino de Amma (visto como una imagen de pájaro): karma yoga, bhakti yoga, jnana yoga. Las dos alas y la cola, los 3 son necesarios.

Karma yoga ayuda a superar lo que te gusta y lo que no te gusta; si se hace con la actitud correcta conduce a moksha. Actitud: como una ofrenda a Dios, con concentración y devoción, solo soy un instrumento, no soy el hacedor.

Bhakti yoga: da dulzura, ayuda a conectar con el Supremo en el corazón. Los místicos cristianos y los místicos hindúes hablan de la cueva del corazón, donde Dios habita. Amma a menudo dice que el lugar donde Dios habita es el corazón, y tenemos que dejar caer la cabeza (el asiento del ego) en el corazón. Ayuda a obtener concentración. Donde hay amor, hay concentración.

Jnana yoga es la cola que le da dirección al pájaro. Estudiamos las Escrituras o las palabras de un mahatma para recordar el objetivo de la vida humana, para saber hacia dónde vamos. Amma a menudo cuenta la historia de un famoso escritor que viaja en tren y no puede encontrar su billete cuando llega el inspector del tren. Como es tan famoso, el inspector dice que no hay problema, pues sabe que seguramente habrá comprado el billete. Pero el hombre continúa buscando el billete porque ha olvidado cuál es su destino. Él no sabe a dónde va. Amma dice que somos iguales a este escritor, y es cierto en nuestra sociedad materialista, hemos olvidado completamente el objetivo, y éste no se enseña.

Pero somos muy afortunados por tener la Presencia de Amma. Hagamos lo que hagamos, el camino es la rendición, y mostrar una actitud de gratitud. Historia de los 2 sadhaks que hacen austeridades debajo de un árbol baniano. Narada va hacia Vaikunta para preguntar al Señor cuántos años se necesitan para alcanzar moksha. Contestación: tantos como hojas hay en este baniano. El 1º se va, mientras que el 2º baila con alegría y alcanza la liberación al instante.

Como conclusión, me gustaría citar estas palabras del Chandogya Upanishad, sobre las que podemos meditar, ya que describen nuestro objetivo: "Al igual que aquí en la tierra toda la riqueza que uno gana es transitoria, así también son transitorios los disfrutes celestiales adquiridos por la realización de sacrificios". Por lo tanto, aquellos que mueren sin haberse percatado del Ser y sus deseos correctos no encuentran felicidad permanente en ningún mundo al que vayan; mientras que aquellos que se han percatado del Ser y sus deseos correctos encuentran la felicidad permanente en todas partes".

El estado del Yoga es incalculable.

Como conclusión, me gustaría citar las palabras de Amma. Amma comienza cada Satsang con la misma frase: "Amma se inclina ante todos vosotros, que sois la encarnación del Amor Divino y la Conciencia Suprema. Premaswaruupikalum, aatmaswaruupikalum, ellavarkum namaskaaram. Esta plegaria contiene toda la sabiduría de las Escrituras de la India; también se parece mucho a las palabras de Cristo: el Reino de los Cielos está dentro de vosotros. Por la gracia de Amma, que todos podamos pronto percatarnos de esta Verdad y alcanzar el estado de Yoga.

Thursday, 31 May 2018 22:37

Revista Matruvani (Junio 2018)

Índice:


Junio 2018 (Vol. XVIII - n° 4)


 

4 MENSAJE DE AMMA
    El ego y la ira

     SÁTSANG
10 De la consciencia a la fe
     Swamini Krishnamrita Prana, Australia
18 Entregarse a la danza divina -2-
     Swami Paramatmananda Puri, Estados Unidos

     EXPERIENCIA  
27 La bendición floral de Amma
     Vaishnavi (Monica Ehnis), Alemania
33 Sin tiempo, sin espacio, nada
     Miliee Kassim, Malasia

39 PALABRAS DE SABIDURÍA

SANÁTANA DHARMA


40
Reflexiones sobre el Libro de Dios - 7 -  
     Swami Paramatmananda Puri, Estados Unidos

47 El camino de la dicha
     Padmanabhan, India


      ALREDEDOR DE AMMA
56 Un darshan de ensueño
      Preeta (Mélanie Gardyn), Francia
58 La verdadera agente inmobiliaria
      Latha Nair, India

60 INFORMACIONES

64 CONTACTOS


Tuesday, 29 May 2018 21:28

AMOR ESPIRITUAL Y AMOR MUNDANO

SINTESIS SATSANG 26.05.2018

AMOR ESPIRITUAL Y AMOR MUNDANO

¡Despertad hijos! Vol. IV

 

Pregunta un devoto: “Amma, ¿cuál es la diferencia entre el amor espiritual y el amor mundano?”

“Hijo, el amor es amor, pero la intensidad y la profundidad son distintas. El amor espiritual es tan profundo como un pozo sin fondo. No se puede medir su profundidad ni su amplitud. El amor espiritual no tiene límites, mientras que el amor mundano es superficial y poco profundo. El espíritu del amor mundano no es constante. Su ritmo fluctúa, va y viene. Al principio, nos parece bello y nos llenamos de entusiasmo pero, poco a poco, pierde belleza y emoción y acaba siendo superficial. En la mayoría de los casos, suele terminar en disgustos, odio y en un profundo dolor.

                El amor espiritual es distinto. Al principio suele ser hermoso y tranquilo. Después, llega la agonía de la añoranza. A lo largo del periodo intermedio, continúa la agonía, que se hace más intensa e insoportable. A ello le sigue un agonizante dolor que dura hasta poco antes de que se produzca  la unión con el amado. Esta unidad es hermosa, incluso mucho más que al principio. La belleza y la paz de esta unidad en el amor duran por siempre. Un amor así no se agota ni disminuye nunca. Es constante, siempre vivo y, cada momento, se vive enamorado. El amor te traga, te devora por completo hasta que tu `yo´ desaparece y sólo hay amor. Todo tu ser se transforma en amor. El amor espiritual culmina en unidad. En ocasiones, una relación entre dos personas, si es pura, puede alcanzar esta unión. La Madre os va a contar una historia. “

                La Madre empezó a narrar una historia sobre el amor puro entre Manohari y Arun. “La hija de un rey llamado Shaktivarnam, Manohari, era una hermosa princesa llena de virtudes. Su madre, la reina, tenía muchos sirvientes. Una de ellas era una piadosa mujer llamada Arundhati, cuyo hijo se llamaba Arun. Desde la muerte de su esposo, Arun era su única compañía. Cuando llegó a palacio para servir a la reina, Arun la acompañaba.

                La princesa  Manohari y Arun se hicieron compañeros de juego.

               Como eran niños, nadie dio importancia al tiempo que pasaban jugando juntos. Transcurrieron los años y, a medida que crecían, continuaron siendo amigos íntimos. Se contaban lo que hacían y cómo se sentían. Cada vez que Arun se presentaba en palacio, Manohari se sentía ansiosa por contarle todo lo sucedido en su vida y en el palacio. `Queridísimo amigo, la reina ha ordenado construir para mí una hermosa cama con incrustaciones de piedras preciosas… esta túnica dorada que llevo ahora, me la regaló el rey… ¿sabes, pronto la reina va a hacer que construyan un hermoso jardín para mí? Nosotros jugaremos juntos en ese jardín´. Estas eran las cosas que le contaba. Arun siempre escuchaba entusiasmado las historias de la princesa y él, a su vez, hablaba sobre cómo su madre trabajaba duramente todos los días para poder criarlo. Manohari, que era un parangón de todas las buenas cualidades, sentía una gran compasión por la situación de Arun y su dura vida.

                El tiempo fue pasando y, cuando se hicieron jóvenes adultos, su relación se afianzó más que nunca. Una cadena irrompible de amor los unía. Un amor que no se quedaba en la superficie, pues era un amor muy profundo. Por eso, les resultó muy difícil estar lejos el uno del otro, ya que empezaron a sentir la angustia de la separación. Además, cada vez era más difícil verse con tanta libertad y asiduidad como antes, pues ya no eran niños, sino un hombre y una mujer jóvenes. Sin embargo, se las ingeniaron para encontrase en secreto y abrir sus corazones el uno al otro. En silencio, mirándose profundamente en los ojos del amado, se olvidaban del mundo exterior.

                Aun en la distancia, ambos estaban ausentes y no hacían más que pensar en el otro. No dejaban de imaginarse una y otra vez dónde estaría el amado o qué estaría haciendo. El terrible dolor de la separación ardía en sus corazones. Cuando se reunían y estaban juntos, su encuentro se convertía en una meditación. Se sentaban uno enfrente del otro, mirándose a los ojos. No había contacto físico y, sin embargo, experimentaban el calor y la profundidad del amor puro”

                La madre hizo una pausa y dio más detalles sobre el amor puro: “Hijos, donde hay amor puro, no hay deseo sexual. Donde está Rama, Ravana no puede desarrollarse. En otras palabras, donde hay un amor puro e inmaculado (Rama), no hay lujuria (Ravana). La Madre se acuerda ahora de otra historia.

                Después de raptar a Sita, la consorte sagrada de Rama, y de llevarla a Lanka, Ravana, el rey de los demonios, intentó por varios medios conquistar el corazón de Sita. Pero todos sus esfuerzos fueron vanos. Sita no dejaba de cantar el nombre de Rama y siempre estaba pensando en él. Su corazón era uno con el de su Señor.

                A pesar de que Ravana era malvado, su esposa era una mujer virtuosa y honesta. Dispuesta a complacer a su marido, le sugirió la forma de conquistar el corazón de Sita. `Escuch, mi Señor –le dijo-, tienes muchos poderes. Eres capaz de asumir la forma que desees. Toma la forma de Rama y acércate a Sita así. Sin lugar a dudas, ella será tuya.´

                Entonces, Ravana respondió: `En cuanto me convierta en Rama, ya no tendré Kama (deseo sexual). ¿Qué sentido tiene acercarse a Sita de esa manera?´

                El amor puro trasciende el cuerpo, pues es un amor entre corazones. No tiene nada que ver con el cuerpo.”

                La Madre siguió narrando la historia de Manohari y Arun: “Los dos amantes perdieron el interés por cualquier otra cosa. Manohari se pasaba las horas en su habitación, experimentando el terrible dolor de la separación. Arun vagaba de una lado a otro, atormentado por encontrarse lejos de su amada. La llama del amor los quemaba y consumía. Sus corazones ardían como una vela. El rey y la reina se percataron del cambio experimentado por su hija y se preguntaban qué le estaría ocurriendo. Así que encargaron a unos espías que descubrieran qué hacía y a quién veía.  No pasó mucho tiempo antes de que saliera a la luz toda la historia de la relación entre Manohari y Arun. Fue un escándalo en palacio.

                Inmediatamente, el rey exilió a Arun a una remota isla y dio órdenes a sus soldados para que lo matasen envenenando su comida y enterrándolo después. Los soldados así lo hicieron. Para evitar sospechas, no metieron a Arun en un ataúd, sino en una sencilla caja de madera donde lo enterraron a altas horas de la madrugada.”

                La Madre hizo una pausa en la historia, cerró los ojos y se sentó, absorta en su propio Ser. De vez en cuando, se reía feliz. Después de un rato abrió los ojos y, haciendo girar su mano derecha en el aire, cantó: “Shiva, Shiva. Shiva, Shiva”

                Estuvieron en silencio hasta que alguien le recordó la historia. La Madre continuó: “Bien, ¿dónde estábamos? Ah, sí. Los soldados enterraron a Arun en algún lugar de la isla. Dos ladrones, escondidos tras unos matorrales, observaban de cerca todo lo que estaba ocurriendo. En la oscuridad de la noche, no pudieron distinguir qué era lo que los soldados enterraban. Todo lo que habían visto era una gran caja que portaban sobre los hombros. Creyendo que era un tesoro, lo desenterraron nada más irse los soldados. Los ladrones estaban emocionados y felices, pues pensaban que Dios les había otorgado una gran fortuna. Todo su entusiasmo y alegría se vino abajo cuando, al abrir la caja, vieron que no se trataba de un tesoro enterrado, sino de un hombre.

                Al principio pensaron que era un cadáver, pero se dieron cuenta de que todavía estaba vivo al ver cómo su pecho se movía. Aunque inconsciente, Arun respiraba. Se apiadaron del hombre que había sido enterrado vivo, le rociaron la cara con agua y lo sacaron de la caja. Cuando Arun volvió en sí, le dieron agua. Nada más terminar de beber, Arun comenzó a vomitar. Y siguió vomitando hasta limpiarse de todo el veneno.

                Arun mró a su alrededor y se sorprendió de estar todavía vivo. Aunque los ladrones le hicieron muchísimas preguntas, él no contestó ninguna. No hablaba; simplemente, los miraba. Un sentimiento de compasión desconocido y misterioso por ese hombre se apoderó de los dos ladrones. Conmovidos por esa extraña compasión, no le hicieron más preguntas y lo dejaron marchar. Sintiéndose mejor físicamente, Arun empezó a caminar en la oscuridad, como alguien que hubiera sido transportado a otro mundo.

                EL rey había mantenido en secreto sus órdenes de exiliar y ejecutar a Arun. Los soldados y la reina habían jurado no decir nada. Aunque Manohari desconocía la suerte de Arun, en cuanto él desapareció, ella se sintió inquieta y experimentó un agudo y terrible dolor en su interior. Este dolor alcanzó su punto álgido en el momento en que Arun fue enterrado vivo y su sufrimiento se convirtió en una profunda agonía. No recibía noticias de Arun y ya había pasado mucho tiempo desde que se habían visto por última vez, mucho tiempo desde que los dos amantes habían estado juntos.

                Cada día estaba más delgada y languidecía de dolor. Dejó de comer y dormir, y sólo pensaba en su amado. La familia real se preocupó mucho. La salud  de la princesa se deterioró con rapidez hasta que, al final, quedó postrada en cama. Fueron llamados eminentes médicos que probaron, en vano, varias medicinas y tratamientos. Nada le devolvía la salud a Manohari. Tenía la cara pálida y demacrada, y nunca cerraba los ojos. A pesar de su profundo dolor, en su rostro se reflejaba todo su amor y deseo por estar junto a su amado.

                De manera misteriosa, aparecieron en su cuerpo extrañas heridas, hematomas y cortes. Nadie lo podía explicar, pues en su habitación no había ningún objeto peligroso. Los médicos estaban verdaderamente confundidos. A veces, se caía de la cama, como si alguien la hubiera tirado. Otras, la encontraban a gatas encima de la cama. En ocasiones murmuraba extraños sonidos que parecían no querer decir nada. Sin embargo, a pesar de estos sucesos inexplicables e inquietantes, también había veces en las que estaba serena y en paz. Mantenía el porte de la princesa que en realidad era, y todo parecía estar en orden, con la excepción de que no decía nada, ni se percataba de la presencia de las personas que iban a su habitación. Nadie podía imaginarse qué significaba todo aquello y continuó siendo un misterio para los habitantes de palacio.

                Mientras tanto, Arun estaba solo, sin nadie a quien poder abrir su corazón. Vagó por colinas y llanuras, cruzó ríos y bosques en pos de su amada Manoharu. A veces, tenía arrebatos de locura y su aspecto exterior era el de un hombre trastornado, con el  pelo largo y enmarañado, igual que su barba. Estaba tan delgado y demacrado que parecía un esqueleto. Los ojo, hundidos en sus cuencas, todavía reflejaban el fuego del amor. No comía ni dormía y el nombre de su amada Manohari afloraba sin cesar en sus labios. Aunque parecía que se había escapado de un manicomio, tenía algo especial. Los habitantes de la isla se acostumbraron a él y a sus rarezas, y empezaron a sentir un gran cariño por él.

                A medida que pasaban los días, el amor de Arun se hizo más intenso. A veces gritaba el nombre de Manohari. Incluso empezó a preguntar a las personas con las que se encontraba: “¿Dónde está mi amada? ¿La habéis visto?” Como pasaba la mayor parte del tiempo en el bosque, también preguntaba a los animales, pájaros, árboles, plantas, arbustos e incluso a los granos de arena si habían visto a su amada.”

                De nuevo, la Madre entró en un estado de embriaguez. Cerró los ojos y las lágrimas corrieron por sus mejillas. La manera en la que la Madre contaba la historia era tan conmovedora, que todos los que la escuchaban también lloraron. Cuando la Madre menciona algo sobre el Amor Puro, se ve transportada a otro mundo. El amor es su Verdadera Naturaleza; por ello, hablar sobre el amor debe de suponer una prueba para la Madre, pues tiene que mantener su mente en un nivel de conciencia más bajo.

                Después de un rato, la Madre volvió al plano normal de conciencia y prosiguió con el relato: “El ardiente amor de Arun por Manohari prevaleció hasta tal punto que incluso los feroces animales salvajes se tornaban mansos ante él. Los leones y tigres se hicieron sus amigos. El amor los había domado de tal manera que se recostaban pacíficamente al lado de los ciervos y conejos. Sentían su tristeza y también lloraban cuando él lo hacía. Se unían a él cuando bailaba extasiado por la dicha del amor. Después, cuando el dolor atroz de la separación lo golpeaba, caía inconsciente.

                A veces, cuando se caía o tropezaba, se hería con alguna piedra afilada o una rama, o chocaba contra un árbol. Ya lloviera o luciera el sol, siempre estaba al aire libre, ajeno por completo al estado de su cuerpo. Los dos amantes estaban tan compenetrados, que todo lo que le ocurría a Arun se manifestaba en el cuerpo de su amada. Ese era el misterio que se escondía tras las heridas, moratones y cortes que aparecían en el cuerpo de Manohari.

                La princesa no salía de la cama y había entrado en coma. Su cuerpo se iba consumiendo. Yacía como un cadáver. A veces, sus labios se movían ligeramente y, si alguien prestaba mucha atención y escuchaba con cuidado, podía oír cómo decía: `Arun… Arun… Arun…´ Salvo en estas ocasiones, apenas respiraba. Sus padres estaban sumidos en un profundo dolor y ya no tenían esperanzas de que se recuperase su hija. Los sirvientes de la princesa, que sentían un gran amor por ella, se lamentaban alrededor de su cama. Todo el reino estaba sumido en la melancolía. Hasta los campos dejaron de dar una buena cosecha.

                En estas circunstancias, un día apareció en el palacio un hombre santo. Un aura de serenidad y profunda paz lo rodeaba. Al ver la aflicción del rey y la reina, que tanto sufrían por la extraña enfermedad de su hija, pidió ver a Manohari. Entró en la habitación de la princesa y vio a la muchacha en coma. Observó en silencio su lamentable estado, se sentó y se dispuso a meditar. Cuando abrió los ojos, llamó al rey y a la reina y les dijo: `Hay un modo de salvar a vuestra hija, pero…´ En ese momento se detuvo.

                El rey suplicó inmediatamente; `Oh, Venerable, dinos el remedio. Sea lo que sea, haremos todo lo que esté en nuestras manos. Por favor, dinos qué es.´

                El santo les contestó: `Vuestra hija ama profundamente a un hombre. Sólo él puede salvarla. No existe otra manera. De otra forma, pronto morirá. Haz venir al hombre aquí y deja que toque a la princesa. Él le devolverá la vida.´

                El rey, aturdido, cayó a los pies del santo. Le confesó toda la historia sobre cómo había exiliado a Arun a una isla remota y había ordenado a sus soldados que lo envenenaran y enterraran. El remordimiento  golpeó la conciencia del rey, que empezó a llorar arrepentido, a los pies del santo.

                Valorando lo que acababa de escuchar, el santo volvió a meditar. Después de hacerlo, sonrió y le aseguró al rey: `No se preocupe. El muchacho todavía está vivo y en la misma isla donde fue exiliado´. Antes de salir de la habitación, acarició con suavidad y afecto a la princesa, como transmitiéndole la idea de que pronto se pondría bien.”

                Amma hizo otra pausa. Es este corto intervalo de tiempo, uno de los brahmacharis nuevos estuvo a punto de hacer una pregunta, pero se contuvo al recordar que no era apropiado interrumpir cuando el Gurú estaba hablando. La Madre se dio cuenta de ello e instó: “Hijo, vamos, no dudes. ¿Qué querías preguntar?”

                “Amma”, dijo, “dijiste que Arun preguntó incluso a los animales y pájaros sobre su amada Manohari. Esto no tiene sentido para mí. Hay que estar loco para hacerlo.”

                Amma respondió: “Tienes razón, hijo. Estaba loco. Loco de amor. Cuando una persona está loca de amor, no ve objetos con sus diversas formas. Sólo ve a su amada en todo lo que contempla. Todos los objetos palpitan de vida. No mira más que en una dirección. Está alerta y consciente. Su mente sólo fluye hacia un objeto, su amada. El resto deja de existir en este tipo de locura.

                En un estado normal de locura mental, la persona pierde la concentración. La mente y el mundo se convierten en una  confusión infernal. Pero, en el estado de locura que surge del amor puro, no se mira más que en una dirección. Todo el ser, cada poro del cuerpo se concentra por completo en un solo punto. En este caso, la locura es divina y divinamente purificadora.

                Hijos, ¿qué hicieron las Gopis de Brindavan? Ellas también encontraron mensajeros en los objetos, ya fueran animados o inanimados. El dolor que experimentan al estar separadas de krishna era tan insoportable que incluso pensaron que una abeja podía ser un buen mensajero  capaz de interceder por ellas ante el Señor Krishna. El mensaje de una de las Gopis fue: ` ¡Oh, abeja, ruega a mi Señor que se ponga la guirnalda de mi adoración´. Otra Gopi dijo: `Dile a mi amado que venga a iluminar la oscuridad de mi corazón´. El mensaje de Radha fue: `Suplica a mi amado Señor que haga brotar verde hierba en las arenas desérticas del corazón de Radha para que sus pies puedan caminar sobre ella, ligeros y suaves.´

                ¿Qué hizo Rama cuando Ravana raptó a Sita? Él también preguntó a los árboles, plantas, pájaros y animales sobre su amada. Pero terminemos ya la historia.

                La Madre continuó: “El rey envió inmediatamente un destacamento de soldados a la isla para buscar a Arun. Los que lo habían enterrado condujeron a los demás hasta el lugar donde dejaron la caja. Cavaron en ese punto pero no encontraron nada.  No encontraron ni rastro de que algo hubiera estado enterrado allí y, por supuesto, ni rastro de un cuerpo. Los soldados se dividieron en pequeños grupos encargados  de rastrear el terreno en busca de Arun. Allá donde iban, preguntaban a los habitantes si habían visto al joven. Al cabo de un tiempo oyeron hablar de un vagabundo local y algo especial.

                Continuaron con la búsqueda y, al final, llegaron al bosque en el que vivía Arun. Se quedaron atónitos cuando vieron a un hombre bailando, cantando, riendo y llorando entre leones, tigres, ciervos, ardillas, pájaros y otros animales del bosque. Los animales estaban muy tranquilos, con una actitud amistosa, y ninguno atacó a los soldados ni salieron huyendo  de miedo ante ellos. Los soldados querían saber si ese extraño hombre era en realidad Arun. En verdad, no creían que pudiera ser la misma persona que solían ver en palacio. ¿Cómo podían descubrirlo? Finalmente, alguien tuvo una gran idea. La mejor manera de saber si se trataba de Arun era repetir en alto el nombre de la princesa para que él lo escuchara. Así que un hombre se acercó a aquel loco y gritó: “Manohari… Manohari… Manohari…”.

                Al escuchar este maravilloso sonido, Arun sintió que un néctar de ambrosía inundaba  su corazón. Se giró y caminó en dirección a las voces. Sus ojos se llenaron de amor mientras corría tras el nombre de su amada hasta que cayó  en el lugar donde estaban los soldados. Ahora, no tenían ninguna duda de que se trataba de Arun. Lo subieron a hombros y emprendieron la marcha. Los pájaros y animales contemplaron la escena en silencio y lloraron al ver cómo se llevaban a su querido amigo y alma gemela.

                Condujeron a Arun hasta el reino. Cuando se acercó al lecho de Manohari, todo su ser resplandecía. Su mera presencia insufló vida y energía al cuerpo de la princesa. La tocó y, como saliendo de un profundo sueño, se despertó suavemente. Creyó que estaba en trance y que podía ver a su amado. Se sonrieron  y sus ojos bebían en profundas corrientes de amor. Era como si nunca se hubieran separado y, en cierto modo, nunca lo habían hecho.

                El rey y la reina se sentían alegres y agradecidos  porque su hija había vuelto a la vida. Con una gran sonrisa, los sirvientes de la corte se apresuraron a contar a todos  que la princesa se había despertado y estaba bien. Pero no era la vida de la corte lo que los amantes deseaban. No querían nada del mundo. Sus corazones se habían unido mucho antes del exilio y su mundo era el del amor. Los dos eligieron vivir una vida espiritual. Renunciaron al mundo para hacerse sannyasins y sus corazones permanecieron por siempre unidos.”

                Así terminó la Madre la historia de los dos amantes, Manohari y Arun. Era un cuento maravilloso que había conmovido los corazones de todos los que escuchaban en profundo silencio. Emocionados y sin hacer el más mínimo movimiento, observaban a la Madre. En su corazón, cada devoto sentía que estaba ante la encarnación del mismísimo Amor. A veces, tenían la sensación de que si la miraban fijamente, detectarían el secreto de lo que andaban buscando; pero, por supuesto, siempre se les escapaba. Uno de los brahmacharis aprovechó para preguntarle: “Amma, ¿cuál es la conclusión?”

                “Hijos –respondió Amma- ya se trate de amor espiritual o de amor mundano, el amor siempre es amor. La única diferencia está en la profundidad e intensidad. Aunque el amor tenga un toque mundano al principio, puede alcanzar el punto más alto de pureza si es unidireccional y desinteresado. El amor puro no tiene nada que ver con el cuerpo. El amor une el alma del amante con la del amado. Pero como la Madre dijo antes, el amor puro supone un enorme grado de auto sacrificio. En ciertas ocasiones, puede provocar un intenso dolor, pero siempre culmina en la eterna felicidad.

                >>En este estado final de unidad, aunque los amantes conserven sus cuerpos y existan como dos cuerpos, en la profundidad de su amor, son un único ser. Son como las dos orillas de un río, distintas desde fuera; pero, en lo más hondo, son una, pues están unidas en su profundidad. Lo mismo ocurre con los amantes auténticos. Aunque desde fuera  parece que son dos personas, en lo más profundo son uno, unidos en el amor.

                >>Hijos -prosiguió Amma- el amor puede conseguir cualquier cosa, lo puede conseguir todo. Puede curar enfermedades, cicatrizar las heridas del corazón y transformar la mente humana. Con amor podéis superar cualquier obstáculo. El amor nos puede ayudar a eliminar la tensión física, menta e intelectual y, de esta manera, conseguir paz y felicidad. El amor es la ambrosía que añade belleza y encanto a la vida. El amor puede crear otro mundo en el que sois inmortales.

                El amor puro es la mejor medicina para el mundo moderno. Es lo que falta en todas las sociedades. La causa principal de cualquier problema, tanto personal como global, es la falta de amor. El amor es el lazo de unión. El amor crea el sentimiento de unidad entre las personas. Une a un país y a sus habitantes. El amor crea un sentimiento de unidad, mientras que el odio divide. El egoísmo y el odio hacen añicos la mente. El amor debería prevalecer por encima de todo. No hay ningún problema que el amor no pueda resolver.”

Friday, 25 May 2018 13:44

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ammachi
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SINTESIS SATSANG 19.05.2018

ABANDONARSE A DIOS PARA AFRONTAR EL KARMA

(¡Despertad hijos! Vol. VI)

 Un invitado preguntó: “Amma, ¿hay algún período especial en la vida en el que la ley del karma comienza a actuar? ¿Es posible recibir alguna señal antes de que esto ocurra?”

                Con una sonrisa pícara en la cara, Amma respondió: “Cuando los sentimientos egoístas del `yo´ y `mío´ aparecen, entonces la ley del karma comienza a actuar sobre vosotros. Cuando emerge el ego, os olvidáis de Dios. Habláis y actuáis contra las leyes de la naturaleza. Degeneráis en todos los sentidos. Todas vuestras virtudes y buenas cualidades, como la preocupación por los demás, el amor y el perdón desaparecen. Es entonces cuando la ley del karma surte efecto. Cuando le dais vueltas al pasado, cuando criticáis e insultáis a los demás por los contratiempos que ocurren en esta vida, cuando planeáis y soñáis  un futuro lleno de promesas y os olvidáis de vivir el presente, ahí es cuando la ley del karma empieza a actuar en vosotros. Tanto en el caso de una persona en concreto o en el de una sociedad entera, esto ocurre cuando olvidamos a Dios. Es entonces cuando la gente entra en el ciclo del karma. En verdad, esta vida y este cuerpo son resultado del karma. Pero hay una manera sana e inteligente de que el karma actúe en vuestras vidas, una manera que nos permita llevar una vida feliz y alegre a la vez que nos enfrentamos a cada experiencia kármica predestinada.”

                Otro invitado preguntó: “¿Cuál es esa manera sana e inteligente de acabar con las experiencias kármicas?”

                “No os olvidéis nunca de vuestro verdadero Ser”, respondió Amma. “No os olvidéis nunca de que vuestra verdadera existencia es en Dios y de que todo lo que reclamáis como vuestro es pasajero. Si convertimos esto en nuestro lema y lo ponemos en práctica en nuestra vida cotidiana, tenemos la forma más inteligente de acabar con nuestras experiencias kármicas.

                >>Nunca os olvidéis de Dios. Nunca olvidéis vuestro verdadero Origen. Nunca os alejéis del verdadero centro que hay en vosotros. ¿Podéis hacerlo? Si es así, es posible superar la ley kármica. Si practicáis esto, el karma y sus efectos no os dañarán. El karma se neutraliza mediante la Gracia de Dios o la del Gurú.

                >>Sin Gracia, nadie puede enfrentarse al destino. El esfuerzo humano es, en verdad, poderoso. Pero los seres humanos carecen de discernimiento. Actúan por egoísmo y es por ello que, esencialmente, sus actos no tienen efecto en lo que a su destino se refiere. Abandonaos al Paramatman. Actuad sin enorgulleceros de vuestro poder; orad y tratad de sentir la presencia  de Dios en todo lo que hagáis. Agradecer su Gracia. Esto es lo más importante. Los seres piensan que es posible oponerse  al destino, pero no es así. Aunque luchéis con toda vuestra fuerza y energía, seréis derrotados y totalmente desarmados. El peso del destino os aplastará.”

                Después se planteó otra pregunta: “¿Está diciendo Amma que el hombre está desvalido ante el karma o el destino?”.

                Amma respondió: “No, no se trata de eso. La cuestión es que hagáis frente al karma sin sentiros egoístas por vuestro propio poder, sino invocando y confiando en Dios. Sólo se puede invocar  el poder de Dios cuando os habéis rendido a Él y rendirse significa ser humilde, ser capaz de inclinarse. Hijos, el camino es la humildad. Inclinaos con humildad y el karma no os afectará; pasará sobre vuestras cabezas porque sois siervos de Dios y Él os protege.

                >> A Amma le gustaría relataros dos incidentes que ocurrieron en la vida del Señor Krishna. Ambos sucedieron durante la gran batalla de Kurukshetra y este es el primer ejemplo. Cuando Drona, el gran maestro de armas de los Pandavas y los Kauravas fue asesinado por los primeros, Aswathama, su hijo, montó en cólera. Se sentía tan disgustado por el traicionero asesinato de su padre que disparó el Narayanastra, el misil más destructivo de todos. Escupiendo fuego y lanzando miles de armas destructivas desde su interior, el poderoso misil hizo estragos entre las filas de los Pandavas. En unos segundos, murieron miles de soldados. El Señor Krishna era el único que sabía cómo evitar este gran misil. Corrió entre los batallones de soldados, instruyendo a todos para que tirasen sus armas y se echasen al suelo. La orden de Krishna fue obedecida de inmediato y la tropa Pandava al completo puso cuerpo a tierra, todos salvo Bhima, el segundo hermano Pandava, el cual permaneció en el campo de batalla gritando, vociferando y retando al arma mortal. No quería rendirse. Se negaba por completo a entregar sus armas y echarse al suelo. Como deseaba enfrentarse cara a cara con el gran misil Narayanastra, siguió retándole con descaro, provocando a Aswathama. Así que Bhima, uno de los hombres más fuertes del mundo, permaneció de pie, sin miedo, delante de la flecha.

                >>Por desgracia, ésta era extremadamente poderosa y resultó demasiado colosal incluso para él. El fuego que desprendía empezó a envolver a Bhima, que seguía bailando, gritando y saltando como una bola de fuego encolerizada. Al ver el inevitable peligro que amenazaba a Bhima, Krishna y Arjuna se le acercaron corriendo, gritándole, pidiéndole que arrojase sus armas y se echase al suelo. Pero sus ruegos resultaron inútiles hasta que Krishna y Arjuna le arrebataron las armas y las lanzaron lejos. Entre los dos, le agarraron y le obligaron a tumbarse. El efecto fu inmediato; el poderoso misil se retiró y se alejó de Bhima.

                >>Bien, hijos, el poderoso Narayanastra representa el karma. Nada podía evitar que este atacase a los soldados; incluso los guerreros más valientes y fuertes como Bhima se encontraban indefensos ante su poder. Sólo la orden del Señor `Echaos, sed humildes´, podía salvarles. Bhima era un egoísta. Pensó que podía vencer utilizando su fuerza, pero fue atacado y casi derrotado. Se habría convertido en un puñado de cenizas en unos segundos si no hubiera sido por la intervención del Señor. Bhima había actuado por voluntad propia, se había esforzado, había intentado contraatacar. Había actuado, pero de manera errónea, en el momento y lugar equivocados.

                >El mismo Señor les instruyó: `Echaos, abandonad vuestras armas´. Pero Bhima era demasiado egoísta para obedecer. Pensó que era grande, poderoso, que nadie le podía derrotar. La mayoría de las personas son egoístas y piensan que pueden hacer muchas cosas, pero el destino es mucho más potente y os destruirá a menos que sigáis las enseñanzas de un Maestro Perfecto o de Dios. Incluso entonces, el Señor le salvó porque Bhima estaba dispuesto a rendirse. Siempre había obedecido a Krishna, así que el Señor tuvo compasión de él y le salvó.

                >>Hijos, ante las experiencias kármicas, las armas del ego y la fuerza no valen para nada a menos que las abandonéis siguiendo las instrucciones del Gurú y os entreguéis con humildad. No podéis escapar del karma. Si la Gracia de Dios o del Gurú está con vosotros, la flecha del karma, que ya ha salido disparada del arco de vuestro pasado, no os herirá.”

                Después de una breve pausa, la Madre continuó: “Escuchad ahora este segundo incidente que ocurrió en el mismo campo de batalla del Mahabharata. En la lucha entre Arjuna y Karna, Karna era muy superior en el manejo del arco y la flecha. Con intención de herir a Arjuna en la cabeza, disparó un misil divino. El Señor Krishna, quien conducía el carro de Arjuna, previó el gran peligro kármico que acechaba a este. De inmediato, el compasivo Señor, presionando con su pulgar, obligó a los cuatro caballos a arrodillarse. Es más, la poderosa presión que el Señor ejerció con su pulgar hundió las ruedas del carro unos cuantos centímetros debajo de la tierra. Esto permitió que la flecha sólo se llevase la corona de Arjuna sin lastimar ninguna parte de su cuerpo.

                >>Aquí hay también varios puntos que recordar. En primer lugar, era el mismo Señor el que llevaba el carro de Arjuna, lo cual significa que Arjuna eligió al Señor para llevar las riendas del carro de su vida. Antes de que comenzase la batalla, a Arjuna y a Duryodhana se les dieron dos opciones. Krishna les dijo: `Puedo dejar el control de todo mi ejército a uno de vosotros, pero yo no iré. O puedo ir, conduciendo vuestro carro, pero desarmado. ¿A quién elegís: a Mí o a Mi ejército?´ Sin dudarlo un instante, Arjuna replicó `Te elijo a ti, Señor. Tú sólo eres suficiente. No necesito al ejército.´ Así que Arjuna eligió al Señor como Maestro. Al rendirse, Arjuna obtuvo la Gracia del Señor. Arjuna tuvo capacidad de discernimiento; él no eligió a soldados humanos como amigos y ayudantes, eligió la ayuda del Señor Divino. Ahí está la diferencia. La Gracia del Señor hace que la flecha kármica pase por encima de vuestras cabezas, tal vez destruyendo una corona insignificante o algo parecido, pero salvándoos de un contratiempo fatal.

                >>Arjuna era muy poderoso, pero no tan poderoso como Karna. Arjuna representa la acción, el esfuerzo humano; Karna es el destino que os aguarda. Karna era mucho más poderoso que Arjuna. Sin embargo, todos los esfuerzos de Arjuna no le habrían ayudado a salvar su vida ante la flecha fatal de Karna si la Gracia del Señor Todopoderoso no hubiera estado allí.  Como podéis ver, Durdyodhana tenía un ejército más grande  y mejor que los Pandavas. Contaba en sus filas con muchos guerreros valiosísimos. Su ejército era más poderoso desde todos los puntos de vista. Durdyodhana y su ejército representan la fuerza  y el poder humanos sin la Gracia. Los Pandavas contaban en sus filas con el Señor Krishna, la mismísima fuente de Gracia y Poder. Estaba escrito que la batalla tenía que ocurrir. Nadie podía evitarlo. Era la culminación de todas las acciones pasadas realizadas tanto por los Kauravas como por los Pandavas. Era el fruto de sus acciones. Pero la auto rendición, la fe y la devoción ayudaron a los Pandavas a superar la situación, mientras que la arrogancia, la malicia y el egoísmo arruinaron a los Kauravas. Ellos fueron víctimas fáciles de la poderosa fuerza del karma.”

                En esta satsang Amma nos instruye de forma sencilla acerca de aspectos profundos de la realidad. Ella nos enseña con amor y ternura qué pasos son necesarios dar para evitar el sufrimiento que nosotros mismos hemos creado durante innumerables vidas. Amma nos dice que para evitar los zarpazos del karma hay que poner en práctica la humildad. Esto nos lo dice en este satsang de dos maneras diferentes. Ella dice: “Actuar sin enorgullecerse” y (cito literalmente) “El camino es la humildad”. No dice que la humildad sea “un” camino entre otros posibles. Ella dice literalmente: “El camino es la humildad”. Ambos son uno. La humildad es el camino, el camino es la humildad. Sin duda, este solo ingrediente hará que nuestro camino hacia Dios sea mucho más fácil y seguro. 

                Me gustaría compartir hoy con vosotros una segunda parte de esta enseñanza de Amma sobre cómo evitar el dolor del karma que tenemos que vivir en esta vida de forma inevitable, para que su peso sea más ligero y llevadero, o incluso evitado. En esta segunda parte, Amma centra sus enseñanzas en un tipo concreto de karma que todos, algunos más, otros menos, pero que todos en algún momento de nuestras vidas hemos experimentado: los insultos. En este satsang, Amma nos enseña cómo hacer frente a los insultos.

                Amma había reprendido a un brahmachari con severidad por su desorden en la habitación y su poca sraddha en cuanto a la limpieza de su espacio y del polvo acumulado en  su dyana rupam, su foto de meditación. Aunque el brahmachari estaba un poco molesto al haber sido evidenciado en público, confesó estos sentimientos de rebeldía a Amma, lo que provocó mucha risa en los presentes. Amma se animó y empezó a reírse también.  Cuando se calmaron, Amma dijo: “Hijo, cuando la gente no puede hacer algo o le resulta muy difícil conseguirlo, trata de justificar sus propias acciones. Así es la naturaleza humana. Cuando se da cuenta de que va  a perder, busca la salida.  Aun si esto no tiene mucho sentido, lo racionaliza. Este es un vasana muy sutil, otro de los trucos de la mente. Tened cuidado y estad alerta ante este aspecto de la mente. Un buscador no debería caer presa de tal debilidad mental.”

Ahora que el brahmachari se sentía mejor, Amma prosiguió hablando: “Hijo, no hay nada de lo que preocuparse. Surgirán los sentimientos negativos; es el pasado. Al menos, has confesado tus sentimientos. Eso significa que no eres un hipócrita. Hay muy poca gente que pueda permanecer tranquila e indemne cuando se muestran sus faltas y debilidades. Estos sentimientos heridos han salido a la superficie ahora, en presencia de Amma, y los sentimientos negativos desaparecerán con tu amor por Ella. Pero en otros casos, la negatividad permanece y así crea otra herida profunda. Tened cuidado con esto.

>>La negatividad acumulada formará una larguísima cadena  en vuestro interior. Os han insultado y os han reñido muchas veces en los innumerables nacimientos  que habéis tenido. Cuando alguien os insulta, lo hace desde su pasado y, cuando vosotros reaccionáis, también lo hacéis desde vuestro pasado. Ambos habéis sido víctimas de insultos y habéis hecho a otros vuestras víctimas tanto en vidas anteriores como en esta. Por eso, todas vuestras acciones y palabras, ya sean positivas o negativas, reflejan el pasado. La acumulación del pasado se encuentra en vuestro interior, y el almacén está lleno, incluso sobrecargado. En primer lugar, para vaciar el ego, el cual es la suma total de todos estos sentimientos negativos, deberíais sentir toda su pesadez. En verdad me maravilla que no sintáis la pesada carga. Empezar a sentir esa pesadez es una buena señal. De ahora en adelante, comenzaréis a descargarla.

>>Amma ha escuchado la historia de un discípulo cuyo maestro le instruyó de esta manera: durante tres años tenía que dar dinero a todo el que le insultara y no debía replicarle. Una vez que este periodo de prueba terminó, el maestro le dijo: `Ahora puedes ir al mundo del verdadero conocimiento y aprender sabiduría´. Cuando el discípulo estaba a punto de entrar en el mundo del verdadero conocimiento, se encontró con un sabio sentado a la puerta insultando a todos los que entraban y salían. Este hombre también insultó al discípulo, quien inmediatamente se echó a reír. ` ¿Por qué te ríes cuando te insulto?´, le preguntó el sabio. `Porque durante tres años he pagado por esto y ahora me lo das a cambio de nada´, respondió el discípulo. El hombre sabio le contestó: `Entra en el reino del conocimiento; es todo tuyo.´

>>Reíros de corazón de aquellos que os insultan mientras veis cómo su pasado se refleja en sus palabras. Premiad a aquellos que os insultan. Intentad no replicarles nada malo y poco a poco, a su debido tiempo, tratad de no guardar ningún resentimiento hacia ellos. Actuad pero no reaccionéis. Si lo hacéis así, entraréis en lo más profundo de vuestra conciencia.

>>Ahora, cuando pensabas que Amma te estaba insultando (le dice Amma al brahmachari), te mantuviste tranquilo y no reaccionaste. Es más, confesaste que te sentías herido cuando Amma pronunció esas palabras. Esa es una buena señal. Intenta hacer lo mismo con otros. Cuando te insulten o se enfaden contigo, intenta no responder, mientras imaginas que estás en presencia de Amma y que reaccionar así sería una falta de respeto. Trata de respetar a la otra persona, porque en verdad, está haciendo algo bueno para ti. Te está enseñando a guardar silencio y a tener paciencia. Empieza a sentir piedad por él, por su pasado herido y siente verdadera compasión y preocupación por él. `Pobre hombre, sufre por todas esas profundas heridas del pasado, está enfermo. Debería ayudarle tanto como pueda.´

>>Puede que todavía reacciones por dentro y que te hierva la sangre. Sin embargo, mediante un adecuado entendimiento y con conciencia, trata de comprender que quien te acusa está sufriendo por sus heridas pasadas. Y tú no quieres hacer daño a una persona herida y que sufre, porque eso es crueldad y tú no quieres ser cruel. Eres un sadhak, un buscador, y deseas ser amable y compasivo.

>>Es posible  que sientas respeto pero no compasión ni preocupación. Una vez que aparece la compasión, perdonas al otro y olvidas sus insultos. Una persona compasiva no puede reaccionar, sólo puede sentir compasión. En tu estado mental actual, esto es difícil de lograr, pero está bien. Soltar no es tan fácil. Puede que no sientas amor, tal y como te ha ocurrido en esta ocasión con Amma. Primero, tu silencio provenía del respeto y la reverencia, o llámalo miedo por Amma. Pero todavía reaccionaste un poco por dentro. Después, reflexionaste lo suficiente como para confesar esta reacción mental a Amma. Así que, si sientes respeto por la otra persona, considéralo como un maestro que te enseña paciencia; o, si puedes imaginarte que Amma te está hablando a través de él, podrás guardar silencio. Es como cuando tu profesor de escuela te riñe por portarte mal en clase o por no haber estudiado la lección bien. Tú no le replicas; te callas por respeto, ¿no? Guarda silencio y retírate de la persona que te insulta porque si permaneces físicamente a su lado, al cabo de un tiempo puede que reacciones, aunque hayas conseguido no decir nada al principio. Así pues, aléjate físicamente de este tipo de situación.

>>Si tienes que quedarte, intenta traer a tu memoria recuerdos queridos, como los sucesos más inolvidables que te acontecieron con tu maestro espiritual, el día en que lo conociste, cómo él te mostró su compasión y su amor por ti. Recordar ideas que elevan y acariciar dulces recuerdos puede ayudarte a guardar silencio.

>> Sin embargo, aunque seas capaz de permanecer en silencio mientras él te insulta, puede que todavía tengas pensamientos de odio  y venganza hacia él por su conducta mezquina y abusiva. Debes tener cuidado de no abrigar ningún sentimiento vengativo hacia esa persona. No lleves la herida del enfado y del odio en tu mente. Recuerda que él quería enseñarte algo, que tenía un mensaje para ti. Debes tener oídos y corazón para escuchar el mensaje y absorberlo. Más tarde, tendrás que trabajar para aceptar esto. Medita, reza, canta, repite tu mantra  y reflexiona profundamente para librarte de estos y otros obstáculos emocionales.”

Que la Gracia de Amma nos ayude a sentir compasión por nuestros semejantes y a erradicar todos los sentimientos negativos de nuestro corazón.

Gracias.

Om Namah Shivaia

                 

SINTESIS SATSANG 12.05.2018

LLORAR Y ROGAR A DIOS COMO MEDITACIÓN.

“¡Despertad hijos!”, vol. V

En el satsang de hoy compartiremos unas enseñanzas de Amma sobre la devoción a Dios como camino espiritual y sobre la oración, sobre cómo orar a Dios de tal manera que nos llegue su gracia de forma infalible, pues como dice Amma: “Dios no puede permanecer silencioso e impasible cuando alguien le llama” con sinceridad y amor. A lo largo de una serie de preguntas de devotos,  Amma va respondiendo, instruyéndonos una vez más sobre los profundos secretos de la vida espiritual, poniéndolos al alcance de todos nosotros.

Amma estaba dando Darshan en la cabaña cuando uno de los devotos preguntó: “Amma, yo sé muy poco acerca de la espiritualidad. Tengo fe en la Madre y quiero llevar una vida devota y dedicada. ¿Podrías, por favor, darme alguna indicación para ser más espiritual?”

                La Madre respondió así: “Hijo mío, lo primero es abandonar esa idea de querer convertirte en alguien más espiritual. Lo que tienes que hacer es rogar a Dios con sinceridad y meditar en Él. No pienses en llegar a ser más espiritual, ese mismo pensamiento puede ser un obstáculo.

                >>Llora y ruega a Dios, canta Sus Glorias; no hagas grandes esfuerzos por sentarte en la postura del loto o aguantes la respiración para meditar en su forma. La meditación es el recuerdo de Dios, un constante y amoroso recuerdo. Considéralo como tu amado o considérate como su hijo. O considéralo como tu padre o tu madre. Intenta simplemente pensar en Él como pensamos en nuestro padre, nuestra madre o nuestro amado. ¿Cómo recuerda un enamorado a su amada? Ciertamente no lo hace sentándose en la postura del loto. El recuerdo aparece simplemente en él cuando está echado, paseando o sentado junto al río. También puede sucederle en el trabajo. No importa dónde esté o lo que haga. De igual forma, recordad la imagen de Dios que améis siempre que podáis, no importa dónde estéis o lo que estéis haciendo.

                >>Contémplalo como a tu Creador, Protector y Morada Final a la que regresarás. Intenta sentirlo con el corazón, intenta sentir Su Presencia, Gracia, Amor y Compasión. Abre tu corazón y ruégale. ` ¡Oh, Señor!, mi creador, mi protector y mi última morada, guíame hacia tu luz y tu amor. Llena mi corazón con tu presencia. Me han dicho que soy tu hijo, pero yo soy totalmente ignorante de mi existencia en Ti. Mi muy amado Señor, yo no sé cómo adorarte, cómo agradarte ni como meditar en tu forma. No he estudiado las Escrituras, no sé cómo cantar tus glorias. ¡Oh Tú, el Compasivo, muéstrame el camino correcto para que pueda volver a mi auténtica morada que no es otra sino Tú!´

                >>Hijos míos, rogad y derramad lágrimas mientras pensáis en Él. Esta es la mejor de las sadhanas. Ninguna otra sadhana os dará la bendición del amor divino de una forma tan efectiva como lo hace el rogar sinceramente. No tenéis que seguir ningún curso académico para amar a Dios. No tenéis que ser estudiantes o filósofos para adorarlo o para llamarlo. Llamadle simplemente, pero dejad que la llamada surja de vuestro corazón. Igual que un niño llora para reclamar su comida o para que su madre le mime o le arrulle, llámale con la misma intensidad e inocencia. Llórale y ruégale; Él se revelará, no puede permanecer silencioso e impasible cuando alguien le llama de esa forma.

                >>Hijos, el ruego inocente clamando al Señor es la forma más poderosa de agradarle. No hay que ser un erudito para hacerlo. Hasta un hombre sin educación o un salvaje viviendo en los bosques puede obtener la gracia de Dios si tiene la firme determinación de alcanzar el objetivo.

                >>Hay una historia que ilustra este punto. Uno de los discípulos de Sankaracharya estaba muy orgulloso de su devoción al Señor. La deidad de su devoción era Narasimha, el hombre león, la cuarta encarnación de Vishnu. Con el fin de agradar a su amado Señor y obtener su visión, el devoto se internó en el bosque para realizar severas austeridades. Durante muchos años meditó sentado sobre una roca cercana a la ermita realizando muy seriamente una severa sadhana. Un día, sin que el sadhak se diese cuenta, un hombre que vivía en el bosque se acercó para mirarle. El hombre le observaba con gran curiosidad pero no podía comprender por qué aquel hombre permanecía sentado en una posición tan incómoda, tan derecho y con las piernas cruzadas. Como el sadhak  tenía cerrados los ojos, el hombre confundió la postura de meditación con el sueño. Tenía tanta curiosidad y tantas ganas de hablar con el durmiente que cada día iba allí y aguardaba durante largas horas esperando a que el devoto abriese los ojos.

                >>Por fin, llegó un día en que el sadhak salió de su meditación. El humilde habitante del bosque se le acercó y le dijo: `Tambra (término en que una persona de casta inferior se refiere a uno de casta superior, Reverenciado Maestro), ¿por qué siempre duermes sentado? ¿Por qué no te echas?´ Viendo la inocencia del lugareño, el devoto sonrió y dijo: ` ¡Tonto!, no duermo, medito en la forma de mi amada deidad´.

                >>Desde luego el pobre hombre no entendía nada. Había vivido toda su vida en el bosque y no había ido nunca a la escuela. ` ¿Meditando?, ¿amada deidad?, ¿qué es eso?´, exclamó. El devoto le dijo: `Tú no comprendes estas cosas. Intento rogar y llamar a mi Señor´. El hombre preguntó de nuevo: ` ¡Qué!, ¿llamar a alguien sin moverse del sitio? ¿Por qué no vas y le buscas?´. El devoto no respondió, simplemente sonrió y volvió a su meditación.

                >>Pasaron los días y la curiosidad del lugareño no lo dejaba estar en paz. Incapaz de controlar su curiosidad por saber más de la persona que el devoto estaba buscando, se había vuelto a acercar al sadhak. Con gran esperanza, preguntó: `Reverenciado Señor, ¿quién es ese hombre al que llamas? ¿Puedo ayudarte a buscarle?´. El devoto estaba encantado con la sinceridad del hombre. Como sabía que este no comprendería nada acerca de meditación u otras técnicas de la sadhana, el devoto le explicó: `Mira, la persona a la que llamo no es un ser humano sino un especial tipo de león, un sumamente poderoso hombre-león´. Con esta explicación el hombre quedó satisfecho.

                >>Los días se hicieron meses y los dos se hicieron buenos amigos. El hombre del bosque estaba preocupado por su tambra, que estaba siempre sentado en meditación, olvidándose de comer y de dormir. Pensó: `¡Qué criatura más desobediente es este hombre-león! Mirad al tambra, se ha quedado débil y flaco por falta de comida y sueño. Tengo que hacer algo por ayudarle, tengo que dar una lección a esa arrogante criatura que no contesta a las llamadas de mi tambra.´ El inocente habitante del bosque esperó a que el devoto abriese los ojos, le explicó lo que quería hacer y le pidió su permiso. El devoto se puso a reír de todo corazón. ` ¡Qué hombre más loco e ignorante!, cree que mi Señor vive en algún lugar del bosque´. Plenamente convencido de que era un disparate, pero pensando que no serviría de nada intentar que comprendiese, el devoto le dio su permiso. Divertido con la locura del hombrecillo, el devoto cerró de nuevo los ojos y se sumergió en la meditación.

                >>El hombre del bosque inició su búsqueda. Fue de cueva en cueva, de mata en mata, por valles y colinas, buscó por todas partes. Ni un lugar de la espesura quedó por revisar en su búsqueda del `león de su tambra´. Aún después de haber buscado en todas las cuevas, en todas las matas, en todas las colinas y en todos los valles, no se rindió. Entonces empezó a gritar: ` ¡Oh León de mi Maestro! Ven, ven´. No tenía conciencia del espacio ni del tiempo, sin sentir el hambre ni la sed se quedó flaco como un esqueleto. Su constante llamada resonaba por todo el bosque. ` ¡Oh León de mi Maestro! Ven, ven´. Llenaba la atmósfera, creando una constante y muy poderosa vibración por todas partes.

                Los árboles, las montañas, los valles, los matorrales, los pájaros y los animales se quedaban inmóviles cuando gritaba: ` ¡Oh León de mi Maestro! Ven, ven´. Sin él saberlo, la búsqueda le había transformado en una intensa pregunta que poco a poco había quemado su primitiva naturaleza y con ella todos su vasanas. La `materia mental´ se disolvió lentamente y todos los pensamientos desaparecieron; eventualmente, las llamadas verbales cesaron, se volvió totalmente silencioso. Sólo el fuego del amor que todo lo consume ardía en él y esto lo elevó directamente hacia lo alto, transcendiendo la mansión celestial y entrando finalmente en la residencia del Señor Vishnu. Las llamas de la meditación de este supuestamente ignorante habitante de los bosques eran tan poderosas, que Vishnu tuvo que responder. Tomando la forma de Narasimha, el hombre-león, apareció ante el humilde hombre del bosque.

                >>El hombre arrancó una liana, la enrolló alrededor del cuello del Señor y se lo llevó hacia el tambra, que todavía estaba sentado en la roca con los ojos cerrados, intentando ver la forma de su amada deidad… El hombre del bosque le llamó y le dijo: ` ¡Oh tambra, abre tus ojos! Aquí está tu hombre-león. Lo he traído para ti.´ El devoto despertó tras las repetidas llamadas y no podía creer lo que veía. Se frotó los ojos una y otra vez, miró y volvió a mirar y seguía sin poder creer lo que veía. Su Señor, la magnificente encarnación del Señor Vishnu, estaba allí mismo, frente a él. El hombre del bosque sostenía con una mano la liana anudada al cuello del Señor mientras con la otra le daba verde hierba para comer.

                >>Viendo el asombro del tambra, el hombre dijo: `Tambra, baja, toma tu león. Está bien, no es peligroso. Ya puedes bajar´. El devoto bajó de la roca como un poseso y se arrojó ante los dos, el Señor y el hombre del bosque, sollozando como un niño implorando su perdón. Esto confundió mucho al hombre del bosque. Entonces el Señor dijo así: `Levántate, querido mío. No te sientas mal. Recuerda que son queridos aquéllos que Me recuerdan amorosamente, sintiendo Mi presencia constantemente tanto en el interior como en el exterior. El ego no puede existir allí donde hay verdadero amor. Y allí donde hay verdadero amor yo puedo fácilmente entrar y morar´. Dicho esto, el Señor puso su mano sobre la cabeza del hombre del bosque concediéndole moksha, la liberación final. El Señor consoló al devoto diciéndole que también él alcanzaría la liberación en aquella vida. El devoto se volvió auténticamente humilde.

                >>Este hombre del bosque no había estudiado ninguna Escritura, pero tenía un corazón capaz de sentir y expresar amor. No buscaba para él mismo sino para otro. Esta clase de persona dotada de un corazón tan amoroso y compasivo es más querida por el Señor que una que medita sentada en la postura del loto, contemplando seriamente todos sus conocimientos sobre las Escrituras, técnicas de meditación y japa.

                >>Hijos míos, tomad esta historia como inspiración, intentad rogar hasta que vuestro corazón se funda, se deshaga en un río de lágrimas. Se dice que el agua del Ganges  purifica todo lo que se sumerge en ella. Las lágrimas derramadas recordando a Dios tienen un tremendo poder de purificación de la propia mente. Esas lágrimas son más poderosas que la meditación. Esas lágrimas son en verdad el Ganges.”

                La Madre instruye siempre a cada persona de forma distinta. Ella ve claramente es Ser de cada uno y le instruye según su calibre mental e inherente disposición espiritual. La Madre aconseja a algunos continuar en el camino que ya estaban siguiendo, pero a otros les instruye para realizar una sadhana completamente diferente. En algunos casos, la Madre le dice al sadhak que siga con la misma sadhana pero con ligeros cambios. La mayoría de las personas  que acuden a verla son instruidas para seguir el camino de la devoción, amor y oración (ruego).

                Podemos encontrar extraño que la Madre pueda instruir a un devoto en el sentido de no animarlo a esforzarse a sentarse en la postura del loto o a aguantar la respiración para meditar en la forma de una deidad. En lugar de ello, les enseña a llorar a Dios y a rogar con inocencia. La Madre dice que mucha gente acude a Ella quejándose de que nunca han tenido una “experiencia”, aunque llevan practicando una intensa sadhana desde hace años. La Madre cree que ello es debido, sobre todo, a la falta de amor e inocencia en su sadhana. Para verdaderamente vivir  y alcanzar una auténtica experiencia espiritual, uno debe desarrollar las cualidades de amor e inocencia. Amma dice que sea cual sea el camino espiritual que se siga, este debe estar construido sobre la firme base de prema (amor supremo). En el caso del devoto que había formulado la pregunta, el camino de la devoción debía ser la sadhana que le ayudaría a crecer espiritualmente, pues esto es lo que Amma le aconsejó. Un verdadero Maestro sabe lo que es mejor para sus devotos y sus discípulos.

                Uno de los brahmacharis preguntó a Amma: “Has instruido a un joven diciéndole sólo que ruegue y llore a Dios. ¿Es esto suficiente para conocer a Dios?

                ”Si”, dijo la Madre, “si se hace con todo el corazón. Hijo, no creas que la práctica  espiritual  consiste sólo en sentarse en la postura del loto y meditar y repetir un mantra. Esos son, desde luego, caminos, técnicas para recordar a Dios y para conocer el Ser. Ciertamente ayudan a disciplinar y amansar la mente y el cuerpo, que son inquietos por naturaleza, pero es erróneo pensar  que estas prácticas solas son el camino.

                >>Hijos míos, cuando lloramos podemos olvidarnos de todo sin esfuerzo. Llorar nos ayuda a dejar de estar siempre pensando en el pasado y soñando con el futuro. Nos ayuda a estar en el presente con el Señor y su divino lila. Supongamos que alguien muy cercano a nosotros muere, por ejemplo, nuestro padre o madre, esposa o esposo, o un hijo o una hija. Nos lamentaremos pensado en él o en ella, ¿no es cierto? Olvidaremos todo lo demás. En este momento lo único que tenemos en la mente es la dulce memoria del que se ha ido. Nuestro único interés será el pensar y contemplar a esa persona. Nuestra mente se centra completamente en esa persona.

                >>Hijos, el llanto tiene el poder de hacer que la mente tenga un solo objetivo. ¿Por qué meditamos? Para obtener concentración, ¿no es eso? Sí. Por lo tanto, la mejor forma de obtener concentración es llorar al Señor. Esta es una poderosísima forma de recordar a Dios, y eso es, de hecho, la meditación. Esto es lo que hicieron grandes devotos como las Gopis o Mirabai. Fijaros de qué forma más generosa oraba Mirabai: ` ¡Oh, Señor!, no importa si no me amas, pero no me quites el derecho a amarte´. Lloraban y rogaban hasta que su entero Ser fue transformado en un estado de constante meditación. Continuaron adorando al Señor hasta que estuvieron totalmente consumidas por el Amor Divino. Ellas mismas se convirtieron en la ofrenda.

                >>Una vez que te has convertido en la ofrenda, una vez que todo tu Ser está en estado de constante meditación, entonces, lo que queda ya no eres tú sino Él. Lo que queda es Amor. La oración puede hacer este milagro. Las lágrimas pueden efectuar esta maravilla. ¿Cuál es el propósito de la meditación. Es convertirse en amor. Es conseguir la Unidad. Para ello no existe mejor técnica de meditación que llorar y rogar al Señor.

                >>Suplicadle, abrid y vaciad en Él vuestro corazón, la meditación no es más que vaciar la mente, alejarse de los vasanas. Orar no es más que aceptar su supremacía y recordar nuestra propia nadería. `No soy nada. No soy nadie. Tú lo eres todo.´ La oración nos enseña humildad. Estás buscando refugio en Él, buscas su amor, su gracia, su compasión y ayuda para poder alcanzarle. Le estás llamando a gritos intentando expandirte. La oración es la rendición del ego. Desde lo más profundo de tu interior intentas ampliarte. Estás intentando ser más expansivo. Dices al Señor: ` ¡Oh, Señor! Yo no tengo poder. Creía que lo tenía pero ahora comprendo que estoy indefenso. Estoy en la oscuridad, no puedo ver. No soy nada… Guíame, condúceme, ayúdame. Mi ego me hizo pensar que era algo grande. Ahora veo que soy incapaz de hacer nada. Sin tu ayuda no puedo ser nada…´ ¿Qué es esto? Esto es verte a ti mismo como a una criatura impotente si no le tienes a Él y a su Gracia. Es hacerte humilde. Es la auténtica forma de acabar con lo vasanas. Tiene que haber un despertar a la toma de conciencia de la propia impotencia, uno tiene que sentir la propia debilidad. La impotencia le hace a uno humilde. Un comportamiento humilde ayudará a alcanzar la Gracia de Dios así como el amor humano.”

                “Amma, ¿en qué difiere la oración de un mero creyente de la de un verdadero devoto?”.

                Amma respondió: “Un mero creyente normalmente también reza. Puede usar los mismos términos y suplicar de forma parecida. De hecho, las palabras pueden ser idénticas, pero son sólo palabras que se pronuncian, que no significan nada. No ruegan verdaderamente desde el corazón, sólo charlan. A causa del miedo o para conseguir saciar sus deseos dicen algo, lo que para ellos es rezar. Pero en realidad están sugiriendo a Dios, incluso dándole instrucciones, sobre las cosas que quieren y las cosas que no quieren. Ellos dicen: `Dame lo que quiero y lo que me gusta. No me des las cosas que no me gustan´. ¿Cómo va a ser eso una oración? Es únicamente un intento de establecer supremacía sobre Dios. Esto es cuestionar la naturaleza omnisciente de Dios. El llamado creyente  está diciendo indirectamente que él sabe mejor que Dios lo que es mejor para él y lo que no le conviene. ¿Podemos llamar oración a esto? No, no podemos. Es simplemente una muestra del ego, tiene todavía sus propias preferencias. Su objetivo es cumplir sus deseos. El deseo es el punto central a cuyo alrededor gira la oración.

                >>Por eso, un verdadero devoto se ofrece a sí mismo al Señor cuando ora. La oración es un ofrecimiento, un ofrecimiento de la propia vida. La verdadera plegaria es verdadera entrega. En la verdadera oración no hay nada que pedir, ninguna demanda, nada que sugerir. Un verdadero devoto comprende que el Señor está dentro y fuera, que todo lo sabe y todo lo puede –omnipresente, omnisciente y omnipotente. Entendiendo esto, el devoto simplemente intenta expresar su total impotencia al Señor aceptándolo como su protección y guía. En una plegaria tan sincera y abierta de corazón, el devoto reconoce la inutilidad y la carga que es su ego. ¿Por qué seguir conservando algo que no sirve para nada? Por eso, ruega al Señor que se lo quite, que lo destruya. Este tipo de plegaria es verdadera meditación, y conduce a uno definitivamente al objetivo. En la verdadera oración el devoto no tiene nada que le guste o que no le guste. Lo que quiere es desprenderse del ego. Intenta verlo todo como una manifestación del Señor. No tiene otro deseo más que el de sumergirse en la eterna unión con su Señor.”

                “¿Puede una persona beneficiarse de la plegaria de otra?”

La Madre contestó: “Si, esto puede suceder. La concentración, devoción y pura resolución de la persona que reza puede afectar a otra y su deseo puede quedar satisfecho. Este tipo de plegaria puede salvar a alguien del peligro o para curar una enfermedad.

                >>Pero si el objetivo es realizar al Ser Supremo, uno tiene que llegar a carecer completamente de ego. Eso requiere auto-esfuerzo. El propio sadhak debe rogar sinceramente por la eliminación de sus tendencias negativas. Tiene que trabajar duro. Este ruego no tiene por objetivo realizar nada ni saciar ningún deseo, es para ir más allá de toda acción, para transcender todo deseo. Es un intenso anhelo de sadhak por volver a su auténtica morada. Se siente y se hace consciente de la carga que su propio ego representa y ese sentimiento crea en él una fuerte urgencia por descargarse de su pesada carga. Es esa urgencia la que se expresa en forma de plegaria.

                >>La eliminación del ego no puede conseguirse a través de las plegarias de otra alma limitada. Requiere auto-esfuerzo y la guía de un Maestro Perfecto. Trabajar sobre el ego o vaciar la mente se hace más fácil en presencia de un Divino Maestro. Aunque la Madre ha dicho que la oración de uno no ayuda a eliminar el ego de otra persona, el mero pensamiento, mirada o toque de un Satgurú puede llevar a cabo una tremenda transformación en el discípulo. Si Él así lo desea, un Satgurú puede incluso conceder la auto-realización a un discípulo o devoto. Su voluntad es una con la voluntad Divina.

                >>Pedir la realización de pequeños deseos es adherirte a tu mente y a todos sus apegos y aversiones. No sólo eso, es añadir más a los vasanas ya existentes. Se crean más deseos, más mundos. Al mismo tiempo, alargas la cadena de tu ira, lujuria, avaricia, envidia, ilusión y todas las demás características negativas. Cada deseo trae consigo esas emociones negativas. Los deseos insatisfechos producen ira, en contraste a esto, cuando uno ruego por la purificación con el propósito de crear Atma Bodha o conciencia del Ser, los vasanas son destruidas. Una plegaria así cambiará totalmente vuestra visión de la vida. Muere una persona vieja y nace una persona nueva. Por eso, pedir la realización de pequeños deseos no produce ningún cambio en la propia personalidad. La persona que así lo hace continua estando igual, su actitud permanece inalterada.

                >>Eso no significa que no debáis preocuparos  por aquéllos que están enfermos o que son menos afortunados que vosotros. Rogad por ellos para que el Señor les ayude. Esto es mucho mejor que pedir pequeños deseos para satisfacer los sentidos. Pero recordad, si vuestro objetivo es la auto-realización, es vuestro ego, vuestros vasanas, lo que tiene que ser eliminado. Esto requiere auto-esfuerzo y la guía y la gracia de un Satgurú.”

Tras esta explicación sobre la oración, la melancólica melodía de un bhajan llenó la atmósfera…

Oh Madre, por favor, posa tu mirada compasiva en mí

Para que mi mente pueda alcanzar la paz.

Adoro tus benditos pies en la flor de mi mente.

Día y noche se elevan, en mi mente, olas de dolor que la inundan.

¡Oh, Soberana de la Tierra!,

Destructora del sufrimiento y portadora del bien.

Muéstrame tu misericordia.

¡Oh, Madre! Permíteme adorar tus pies semejantes a una flor.

Que tu mirada compasiva se pose en mí

Para colmarme de bienaventuranza.

Ten la bondad de rociar mi mente

Miserable e indefensa,

Con unas gotas del néctar de tu puro amor.

Para que pueda sumergirme y nadar

En las frescas aguas del océano de felicidad.

 

Gracias. Om Namah Shivaia

Sunday, 06 May 2018 16:03

Sobre la muerte

SINTESIS SATSANG 05.05.2018

Enseñanzas de Amma, compartidas por Luis

Sobre la Muerte

En este satsang compartiremos una enseñanza de Amma sobre la muerte. Quien más quien menos ha tenido alguna experiencia con la muerte o la enfermedad, directa o indirecta, bien sea porque su trabajo está relacionado con ello, bien por haberle tocado vivir la desaparición del cuerpo de alguna persona cercana. Sin embargo, en este satsang Amma va un paso más allá y nos habla no sobre la muerte de los demás, que de una forma u otra puede resultar dolorosa, sino de nuestra propia muerte, que supone, como ella dice, “el mayor golpe para el ego”. A través de sus sabias palabras, Amma nos invita a reflexionar  sobre nuestra  propia desaparición como un trampolín para avanzar más rápido por el sendero espiritual.

El ambiente se tornó más solemne cuando uno de los brahmacharis preguntó: “Amma, ha dicho en varias ocasiones que los Mahatmas y las escrituras afirman que deberíamos darnos prisa en realizar al Ser o romper las cadenas que lo mantienen atado al mundo. ¿Qué quiere decir Amma con que debemos darnos prisa?”

“Es la urgencia por conocer a Dios o al Ser. Imaginad que os diagnostican una enfermedad muy grave. Los médicos os dicen que debéis empezar a tomar tal o cual medicina inmediatamente, sin demora. ¿Qué haréis? Intentaréis conseguirla al instante. Tal vez os resulte muy cara, pero no importa el precio. Y si no la tienen en vuestra ciudad, iréis a la siguiente, y si allí tampoco la encontráis, iréis a otra ciudad. Puede que incluso tengáis que ir a otro país para recibir tratamiento o someteros a una operación. Así que lo hacéis. No dudáis en dar esos pasos. Por supuesto que hay gente que no puede permitirse todo esto, pero la mayoría de las personas harán lo imposible por encontrar una cura. ¿Por qué? Porque la enfermedad amenaza sus vidas y no quiere morir. Vosotros no queréis dejar este hermoso planeta ni las cosas que apreciáis, ni las personas que amáis, ni lo que tiene valor para vosotros. Tan sólo pensar en la muerte, os hace temblar.”

                “Tratad de imaginar qué ocurrirá cuándo muráis. El cuerpo que vuestros seres queridos, vuestra esposa, hijos y padres tanto han amado, será llevado al cementerio. Nadie querrá conservarlo. Nadie lo querrá mirar. Su mera presencia asusta. Todo el mundo deseará quitárselo de encima lo antes posible, así que vuestro cuerpo será enterrado, o alguien encenderá la pira funeraria y habréis acabado para siempre. Tembláis al pensar que después de muertos el mundo seguirá sin vosotros y vosotros vais a echar de menos todo lo que os es hermoso: vuestro hogar, vuestros amigos, vuestra joven y bella esposa, vuestros hijos, las flores del jardín y su fragancia. Os sentís desgraciados al pensar que no los volveréis a ver, que no contemplaréis de nuevo la sonriente cara de vuestro hijito, que vais a extrañar todo lo que amáis.”

                “No volveréis a ver la Naturaleza en toda su hermosura, ni los ríos, montañas y valles, ni el Sol y la Luna, ni las estrellas y los océanos. Desaparecerán las fiestas y celebraciones, las cariñosas y reconfortantes palabras de vuestra esposa o esposo, las afectuosas caricias de vuestros seres queridos, todo desaparecerá. No sabéis a dónde iréis, pero sospecháis que todo será oscuridad a vuestro alrededor. ¿Os lo imagináis? Os asusta pensar en la muerte. Tan sólo de pensar en qué estado de indefensión os encontraréis cuando la muerte llegue, os puede originar un intenso anhelo de abrazaros al principio salvador de la vida, a la Verdad Suprema. Es el anhelo de realizar la inmortalidad del Ser.”

                “Mucha gente  no quiere meditar porque la quietud que han experimentado al hacerlo les lleva a pensar que van a morir. Sugunan-Acchan (el padre de Amma) tenía mucho miedo cada vez que ella meditaba. A Amma le contaron que él pensaba que Ella iba a morir si la meditación duraba más tiempo del habitual. Para salvar a Amma de la muerte, él la sacudía con violencia o le echaba cubos de agua por encima de la cabeza. El pobre Acchan no tenía ni idea de qué era meditar. Él no sabía que la meditación es el principio salvador  que nos hace inmortales y eternos. La meditación nos lleva por el ciclo de la muerte y el renacimiento. La meditación es ambrosía. En realidad evita el miedo a la muerte. Quita el ego y lleva al estado de no-mente. Una vez que transcendéis la mente, no podéis morir. La meditación ayuda a contemplar todo como una placentera representación teatral, de modo que hasta la hora de la muerte se convierte en una experiencia cautivadora.”

                “Así que, hijos míos, esta urgencia llega cuando todos vuestros sueños y esperanzas se derrumban. Y están destinados a caer, porque tratáis de encontrar la felicidad en el lugar equivocado, donde no la podéis alcanzar.”

                “Un hombre andaba por la calle a gatas: ` ¿Qué estás buscando? ´, le preguntó otro. `Mi llave´, respondió. Los dos emprendieron la búsqueda a gatas. Después de un rato, el vecino preguntó: ` ¿Dónde la perdiste?´, `En casa´, le contentó aquél. ` ¡Dios mío!´, exclamó el vecino, `entonces, ¿por qué la estás buscando aquí?´, `Porque hay más luz´. De la misma manera, la felicidad se encuentra en vuestro interior, pero la buscáis fuera y, así, es inevitable  vuestra frustración. Comenzáis a sentir que vuestra vida está en peligro y que no podéis aferraros a nada si no es a Dios o a un Poder Universal. El miedo de que la muerte os lo vaya a arrebatar todo, os lleva a buscar una salida. Esta búsqueda, al final, os conduce al verdadero camino, al camino espiritual. Vuestra búsqueda para vencer a la muerte acabará por llevaros hacia vuestro Verdadero Ser.”

                “El hombre quiere vivir eternamente. Nadie quiere morir. La vida y el amor, no la muerte, son el impulso natural que vibra dentro de todo ser vivo. Los seres humanos quieren vivir, vivir y vivir. Siente el apremio de aferrarse a todo lo que puedan, incluso al Universo. No quieren perder nada. Mucha gente ofrece distintos modos y técnicas sobre cómo vivir. Con frases como: `Consiga su más profundo deseo en diez simples pasos´ os tientan para que compréis su método para conseguir la felicidad y la satisfacción. Pero, ¡qué pena! Nadie da con el camino verdadero más que los buscadores sinceros. En ninguna parte del mundo se puede aprender a morir, a matar el ego, a desprenderse de los apegos, la ira, el miedo y todo lo que os impide alcanzar la paz perfecta. El hombre no sabe que en el proceso de poseer, dominar y llegar a la cumbre, inconscientemente está perdiendo. Cada vez se acerca más a una pérdida irremediable, una pérdida que nunca podrá compensar y desaprovechará la oportunidad de transcender el ciclo de la muerte y el renacimiento, lo cual es el verdadero propósito del ser humano en esta vida. Tan sólo el pensar: `Estoy perdiendo, no estoy ganando nada en absoluto´, puede, a veces, ayudaros a sentir esa urgencia y a acercaros al camino espiritual.”

                Todos permanecían sentados, absortos en las palabras de Amma. Ella prosiguió:

“Hijos míos, todos habéis oído hablar del gran santo Tulsidas. Claro que hoy todos le conocemos como un santo pero, antes de su búsqueda espiritual, él era un hombre de negocios. Estaba locamente enamorado de su mujer y su apego a ella, su deseo físico por ella, era tan intenso que ni siquiera quería ir a trabajar. En una ocasión en la que su esposa fue a casa de sus padres, el deseo de Tulsidas por ella se hizo tan intenso e incontrolable que caminó una larga distancia, de noche, con viento y lluvia para estar junto a ella. Tal era su determinación que incluso confundió un cadáver con una barca y así, cruzó un río torrencial. Finalmente, pasada la medianoche, llegó a su destino y descubrió que todas las puertas estaban cerradas con llave. Como la habitación de su esposa estaba en el piso de arriba, tuvo que escalar para llegar hasta allí. Confundiendo una pitón con una gruesa cuerda, escaló por ella y se deslizó a la habitación de su mujer. Después de tantas dificultades, esperaba que su esposa se alegrase de verle. Sin embargo, esta se avergonzó tanto de su demente apego por ella que le dijo: `Si hubieras dirigido este anhelo que sientes por mí hacia Dios, hace tiempo que lo habrías realizado.´”

                “Estas palabras sacudieron a Tulsidas, golpearon su ego e, incluso, debió sentirse terriblemente avergonzado por su estúpido y loco apego. Se dio cuenta del peso de su apego y todo su ser, cada célula, cada átomo de su cuerpo, cada latido de su corazón, cada respiración y cada poro de su piel se volvieron hacia adentro y, en aquél preciso instante fue consciente de la pesada carga que había soportado en nombre del amor. Su corazón se detuvo un instante para soltar aquella pesada carga y, acto seguido, se llenó de puro amor por Dios.”

                “En aquél momento decidió morir a su conciencia corporal y vivir en la Conciencia de Dios. Abandonó a su mujer y su hogar y deambuló como un asceta. Más tarde se convirtió en el renombrado santo que conocemos por el nombre de Tulsidas.”

                Tras unos minutos, la Madre prosiguió: “La hora de la revelación que ha llegado a muchas grandes almas, también puede llegaros a vosotros. Todo el mundo está preparado para alcanzar ese estado final de desapego de lo mundano, del ego. Debe llegar porque esa es la fase final de la evolución. No lo podéis evitar. Consciente o inconscientemente, podéis intentar esquivarlo hoy pero, antes o después, vais a soltar todo aquello a lo que os aferráis: posesiones, riquezas, cuerpo, todo lo que reclamáis como vuestro. Creéis que tenéis un cuerpo infinito para vivir, pero la conciencia crece a cada instante, sin que os deis cuenta. El destino final de toda alma es la liberación de los obstáculos que se interponen ante la paz y la satisfacción.”

                “Cuando ese momento llegue, soltaréis el ego y no pelearéis más. Ya no protestaréis, ni siquiera os pararéis a pensar si lo debéis dejar ir o no. Simplemente, os inclinaréis y os rendiréis. En lo más profundo, todas las almas están esperando que ocurra este gran desapego. La mayoría de la gente no lo siente así ahora porque sus consciencias están muy bajas, pero esta urgencia llegará un día.”

                Un brahmachari preguntó: “Amma ha dicho: `no hay lugar en el mundo donde uno pueda aprender a morir´. ¿Es la muerte algo que se puede aprender? ¿Puede Amma explicarlo?”

                “Sí, la muerte es un arte que se puede aprender y practicar abandonando el ego. Sólo se puede aprender practicando la meditación. Puesto que la muerte es la mayor amenaza, el mayor miedo, el mayor golpe para el ego, los seres humanos intentan a cada momento tapar y olvidar ese miedo a la muerte persiguiendo los placeres mundanos. Para evitar el pensamiento de la muerte, la gente quiere darse gusto y disfrutar la vida creando y cumpliendo sus deseos.

                >>Hijos, con cada cumpleaños damos otro paso hacia la muerte. Es el día de la muerte también. Los cumpleaños vienen a recordar el día fatal, el momento de la muerte misma. Pero no queremos acordarnos de eso, así que lo celebramos como un día de nacimiento. Organizamos una gran fiesta, invitamos a los amigos y parientes a cantar `Cumpleaños feliz o `Larga vida para tal y tal´.

                >> Sólo pensamos en la vida. Nunca queremos pensar en la muerte porque sentimos que la muerte es la aniquilación completa, la destrucción completa y la disolución de todo lo que pensamos sobre nosotros mismos. Aun así, el recuerdo de la muerte sigue viniendo y, cuanto más intentamos olvidarla, más viene. Y cuanto más frecuentemente pensamos sobre la muerte y su incertidumbre, más miedosos nos volvemos. Este miedo nos priva de nuestra paz interna. Sólo cuando aceptemos que es inevitable, sentiremos la urgencia de buscar la paz interna y la verdadera felicidad. Por eso, para vivir realmente una vida de felicidad y plenitud, debemos aprender a morir. Pero, por desgracia, no sabemos cómo morir en paz.

                >> En todas partes del mundo la gente muere con mucho dolor, pena y sufrimiento. La muerte es uno de los dolores más insoportables. Todos se aferran a este bello mundo, a su cuerpo, a sus riquezas, sus amigos y familiares, a sus casas, etc. El pensar que la muerte se lleva y aniquila todo esto, es muy doloroso. Entonces, mueren en el dolor y la tristeza porque no quieren dejar estas cosas. Quieren agarrarse a la vida y esto crea una lucha interior. Esta lucha provoca el intenso dolor de la muerte, pues no desean abandonar nada. Mucha gente está inconsciente mientras muere, pero en su interior hay lucha, conflicto y una pelea impotente contra la muerte según llega.

                >>Hijos, no muráis inconscientemente. Aprended a morir con conciencia. Si aprendéis a morir con conciencia, podéis decidir que deberíais ser, dónde y qué deberíais ser en vuestra próxima vida. O si no queréis volver a este mundo, eso también es posible.

                >>Amma ha oído hablar de un Mahatma al que mataron con un veneno. Este lo aceptó sonriente y, con alegría, escuchó las palabras del carcelero que le instruyó sobre cómo debía tomarlo. Sus manos no temblaron. No sentía ansiedad o miedo ante la muerte. Con mucha calma y tranquilidad, sorbió el líquido y rezó. Mientras estaba tumbado esperando la muerte, pudo describir cómo actuaba el veneno en su cuerpo. Murió conscientemente. Esto es el morir real; la muerte real ocurre cuando eres testigo de la muerte de tu cuerpo. Para tal persona, la muerte fue una experiencia real. El hombre es conciencia, por lo tanto debe aprender a vivir con conciencia.”

                Las palabras de Amma sobre la muerte consciente nos recuerdan aquella ocasión durante el Devi Bhava en la Sugunanandam, su padre, pidió que Devi abandonara el cuerpo de su hija. Al principio, él y muchos del pueblo ignoraban la unidad de Amma con El Supremo Absoluto. Creían que Krhsna y Devi la poseían tres días a la semana durante el Bhava Darshan y que el resto del tiempo estaba loca. “¡Quiero que me devuelvan a mi hija!”, gritó a la Madre durante el Devi Bhava. La Madre respondió: “Si te devuelvo a tu hija, ella no sería más que un cadáver que pronto se descompondría y tendrías que enterrarla.” Sugunanandam continuó pidiendo que su hija regresara y la Madre dijo: “Si así lo deseas, aquí tienes a tu hija. ¡Llévatela!”. Al instante, la Santa Madre cayó al suelo. Su cuerpo estaba rígido, su corazón dejó de latir y no respiraba. Aparentemente estaba muerta. Lleno de remordimiento, Sugananandam imploró a la Madre Divina por la vida de su hija. Los devotos que habían venido para Bhava Darshan fueron invadidos por la tristeza y rezaban con mucho fervor. Pasaron ocho horas en las que no hubo el más mínimo movimiento en su cuerpo antes de que ella retornara a la vida.

                Aquí, pues, Amman nos ilustra cómo morir con conciencia y regresar al cuerpo con conciencia. Una vez que aprendes a morir, podréis elegir vuestro nacimiento y vuestra muerte. Todo estará perfectamente bajo vuestro control.

“Hijos”, continúa Amma, “aprended a morir con gozo. De la misma manera que celebráis el cumpleaños o el nacimiento, dejad que la muerte y el morir sean momentos de gran celebración y gozo. La meditación es aprender a morir con gozo. Esto puede ocurrir solamente si aprendéis a desapegaros mientras vivís. A través de la meditación, podéis aprender a desapegaros, a no ataros. Toda vuestra vida debería ser una preparación para morir felices pues sólo cuando hayáis aprendido a hacer frente a la muerte con alegría, podréis vivir felizmente. Porque entonces os daréis cuenta de que la muerte, al igual que la vida, es también una verdad, que la muerte no es aniquilación, sino la total libertad de las garras del ego.

                >> Hijos, aprended a aceptar la muerte; dadle la bienvenida y saludadla. Sed amables con ella y la muerte será vuestra amiga. Una vez que hayáis aprendido a recibirla, desaparecerá todo miedo y comenzaréis a vivir en verdadera paz.

                >> El momento que viene no es nuestro. Sólo el presente nos pertenece. La verdadera vida es vivir en el presente, dejar el pasado y olvidar el futuro. No sabemos si acto seguido estaremos aquí, en nuestro cuerpo. Puede que expiremos y no volvamos a inspirar de nuevo. ¿Quién sabe si despertaremos mañana? Los grandes sabios y santos siempre vivieron momento a momento. Nunca hicieron planes para el futuro.  Solamente una persona que vive el momento puede liberarse por completo del miedo. Únicamente así se puede abrazar la muerte en paz. Este vivir en el presente es posible tan sólo a través de la meditación y las prácticas espirituales. Cuando hay ego, hay miedo a la muerte. Una vez que se transciende, uno ya no tiene ego y el miedo a la muerte también desaparece. En este estado, la muerte se convierte en una gran ocasión de celebración. Para los que viven el momento, la muerte, que con tanto miedo se vive, se transforma en una experiencia apacible y amorosa.

                >> Cuando la muerte llega, nos sentimos desamparados. El recuerdo constante de la posibilidad de la muerte es la mejor manera de aprender humildad. La humildad es abandonarse y esto es agachar la cabeza ante toda existencia. Entonces, ya no hay ego. Una persona sin  ego no muere, porque ya no es un cuerpo. Es conciencia. Sólo la gente que se identifica con el cuerpo morirá.”

                Los profundos discursos espirituales de Amma sobre vivir el momento presente, sobre cómo morir y cómo la hora de la muerte puede ser un gran evento, una experiencia dichosa, nos recuerdan la gran declaración de los Upanishad: “La realización del Ser está aquí y ahora, en este preciso momento”.

                Un devoto formuló otra pregunta: “Amma, ¿Cuál es la mejor manera de desprenderse del ego y abrazar la muerte con amor?” Amma dijo: “Confiad, simplemente confiad en la existencia del Gurú. Sólo confiar en el Maestro Perfecto os ayudará a deshaceros del ego y de todos los pensamientos egocéntricos  y os permitirá abrazar la muerte con amor. Vivid la vida de manera bella. La belleza que impregna vuestra vida se manifiesta en la belleza de vuestra muerte. Pero, en la vida, esta belleza sólo es posible cuando os entregáis a un Maestro real. Entregarse a un Maestro real es entregarse a toda la existencia.

                >> Un Maestro real os enseña a aceptar  todo lo que os ocurre en la vida. Os enseña a estar agradecidos por lo bueno y lo malo, lo acertado y lo equivocado, los amigos y los enemigos, los que os hieren y los que os ayudan, los que os aprisionan y los que os liberan. Un Maestro os ayuda a olvidaros del oscuro pasado y del brillante futuro lleno de promesas. Os ayuda a vivir la vida en el momento presente con total plenitud. Os hace saber que toda la Naturaleza –cada cosa, cada persona, hasta vuestro enemigo- os está ayudando a evolucionar y a alcanzar la Perfección.

                >> Cuando uno está agradecido por todo, lo dará todo por abrazar la muerte con amor y con una bella sonrisa en su rostro. Para tal persona, la muerte es extraordinariamente hermosa. Para él, la muerte no es un enemigo al que temer. Por el contrario, la muerte se convierte en la mejora amiga. Sin conocer la vida, no podéis conocer la muerte. Para quien no ha conocido la vida, para quien no ha vivido la vida en todo su esplendor, la muerte es oscuridad, es el fin. Pero para el que ha conocido la vida, la muerte es el corazón de la existencia. La vida florece en la muerte. Por eso, los grandes maestros, a pesar del sufrimiento de sus cuerpos, pudieron morir con amplias sonrisas de felicidad en sus rostros. Abrazaron la vida con amor desbordante. Abrazaron toda la existencia, toda experiencia, buena y mala; por tanto, fueron capaces también de abrazar  también la muerte.

                >> El arte de morir sólo puede aprenderse entregándose a un verdadero Maestro. Él os ayuda, también ayuda a vuestro ego a morir en Él y también os ayuda a vivir. No hay garantía de futuro, ni siquiera para el momento siguiente, sólo la muerte es la garantía del futuro o del momento venidero. Este momento es para vosotros, el próximo puede ser la muerte, ¿quién sabe? Por lo tanto, vivid el presente de manera correcta. Sólo este momento es la garantía, el futuro ya no pertenece al presente.”

Me gustaría terminar este satsang citando un pequeño fragmento de la autobiografía del Swami Paramatmananda, “Camino hacia la libertad”, poco tiempo después de que muriese su primer Maestro Ratnamyi: “Por la noche, al acostarme, se me apareció Ratnamyi. Me miró como si deseara que le dijera algo. Me aventuré a preguntarle: `Ratnamyi, ¿qué le sucedió en el momento de la muerte?´ Según mi visión, en aquel momento parecía estar en samadhi, o perfecta Unión con Dios. Y él me respondió: `Sentí una fuerza que surgía desde dentro de mí y me invadía. Me entregué a ella y me sumergí en Eso.´ Después de estas palabras, se alejó en dirección al cielo y, lentamente, desapareció.” Aquí podemos ver cómo las palabras de Amma se confirman punto por punto. Recemos para tener la fuerza de abrazar nuestra propia muerte con amor y entrega. Muchas gracias. Om Namah Shivaia.

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