La mente es como el agua, siempre fluye en descenso. Incluso si el agua cae sobre la cima de una montaña, siempre fluye hacia abajo. Pero el fuego siempre arde hacia arriba, aunque pongas la llama boca abajo. Se puede vaporizar y subir el agua. Así, el fuego denota conciencia y el agua el flujo en descenso de nuestra mente. La mente siempre busca consuelos materiales. Tenemos que despertar la mente con el fuego o conciencia interior. Debemos hacer una resolución firme de avanzar hacia adelante.
Incluso cuando hayamos crecido físicamente, nuestra mente permanecerá infantil. Con Rajoguna debemos ganar sobre tamoguna. Devi ayuda en ello.
Con la gracia de Devi, podremos superar cualquier fruto kármico generado por nosotros en el pasado. Cuando un niño siente el peligro gritará a su madre. La madre vendrá corriendo a su rescate. Así mismo, cuando nos enfrentemos a las tormentas de la vida, Devi será el único refugio del devoto.
Una madre es alguien que solo piensa en el bienestar de sus hijos. Cuando la madre envejece, quizá tenga alguna expectativa de sus hijos. Cuando los hijos son pequeños no tiene tales expectativas. Solo quiere que ellos sean felices y que progresen. Devi siempre viene corriendo a proteger a sus hijos. Se dice que ella responde a nuestra llamada instantáneamente.
Desde tiempos remotos, la tradición de adorar al Supremo en la forma femenina, como la Madre, ha prevalecido en India y otras regiones del mundo. De hecho, muchos de los hijos de Amma de diferentes partes del mundo, han traído formas de la madre Divina venerada en sus antiguas tradiciones. Los cuatro Vedas alaban la Parasakti o energía femenina. Esto se ve en himnos védicos como Durga Suktam, Sri Suktam, etc.
En el Ramayana, el Señor Rama invoca a la diosa Durga su victoria sobre Ravana. Igualmente, como instruye el señor Krishna, los Pandavas adoran a la diosa Durga para ganar en la guerra del Mahabharata. Para casarse con el Señor Krishna, las gopis invocan a la diosa Durga. Todo esto muestra la antigüedad de la devoción a Durga en nuestra cultura. El Sanatana Dharma otorga a cada individuo la libertad de adorar a Dios en cualquiera de sus manifestaciones.