De pronto, en un hermoso día, este crítico murió. Alguien fue corriendo hacia el aspirante para decirle: “Tengo buenas noticias. La persona que te criticaba ha muerto.”
Cuando el aspirante escuchó la noticia dijo con tristeza: “Muy triste. He perdido un buen amigo que siempre me ayudaba a mantenerme centrado en mi objetivo , mi guru, y en el progreso de mi camino espiritual.”
Así, cada circunstancia desfavorable puede transformarse en una favorable.
Un granjero tenía un caballo. . Un día el caballo cayó a un pozo muy profundo. El pobre caballo empezó a gritar desde el fondo del pozo. El granjero intentó rescatarle de varios modos sin resultado.
Finalmente el granjero se dijo a sí mismo: “De hecho no tiene sentido rescatar este caballo. Cuando consiguiéramos sacarle del pozo no viviría mucho más ni podría ya trabajar.”
Así que el granjero decidió dejar el caballo en el pozo y cubrirlo con tierra. Contrató algunos trabajadores y se pusieron a palear tierra y barro en el pozo. Pasado un tiempo el relincho del caballo se hizo muy fuerte, casi como si estuviera celebrando su victoria. El granjero salió a ver qué pasaba.
Lo que pasaba era que a cada palada de tierra que caía sobre el caballo, él la sacudía y la usaba para subir un peldaño. Así paso a paso, finalmente el caballo llegó al brocal del pozo, saltó fuera y se puso a trotar felizmente!
En este mundo, mucha gente nos arrojará barro en forma de palabras y acciones. Sin caer en la desesperanza, un aspirante espiritual podría sacudir la tierra de nuestras mentes liberándolas y convertirlas en trampolines de progreso. Solo entonces nos salvaremos del pozo cavado por las críticas de otros y progresar en la vida.
Cada vez que la gente nos critica, necesitamos recordar que no somos este cuerpo y mente. Somos el Atman. Cuando todo es el Ser verdadero, ¿quién puede criticar a quién?
Incluso en nuestro ashram hemos podido cambiar muchas cosas cuando la gente ponía voz a sus críticas. Debemos ser capaces de convertir nuestras debilidades en pasos que nos hagan progresar.
Nadie sabe cuánto tiempo nos queda de este nacimiento humano. La muerte está justo un paso detrás de nosotros. Este precioso nacimiento no puede ser despilfarrado en placeres efímeros. Tenemos ante nosotros una oportunidad de oro para alcanzar el verdadero objetivo del nacimiento humano. Hacer un uso correcto de este nacimiento para informarnos en profundidad acerca de nuestra esencia verdadera y comprender la causa real de paz y felicidad.